Tras destituir a Saúl, les puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él realizará todo lo que yo quiero”. Hechos 13:22 (NVI)

A veces me despierto por la mañana sintiéndome un poco malhumorada. Es hora de hacerlo todo de nuevo.

Compraré alimentos que serán consumidos. Lavaré la ropa solo para que se ensucie de nuevo. Barreré los pisos que de alguna manera necesitarán ser barridos nuevamente antes de que termine el día.

¿Tienen un propósito mayor las tareas de la vida cotidiana?

Un día, antes de saltar a la rutina normal, me senté con Jesús. Y mientras le echaba un vistazo a la vida de David en mi Biblia, encontré algunas grandes verdades. A pesar de su tendencia al pecado y su posición baja dentro de su propia familia, y a pesar de cómo lo veían los demás, David tenía la preciada seguridad de Dios. Y eso fue suficiente.

David fue ignorado por el mundo, pero fue seleccionado personalmente por Dios.

Para sus hermanos mayores, David era joven, posiblemente lo veían como un fastidio. Para su padre, Isaí, él era solo otro hijo. Para los espectadores, era solamente un joven pastor de ovejas. Pero para Dios, David era el destinado a ser rey de Israel. Y no cualquier rey. Jesús vendría de su linaje.

Ignorado por el mundo. Seleccionado personalmente por Dios.

Incluso la forma en que David fue ungido para ser rey es una historia reveladora. En 1 Samuel 16, Dios le reveló a Samuel que había rechazado a Saúl como rey y había escogido a uno de los hijos de Isaí para que fuera su reemplazo.

Piensa en la lista de requisitos que debe haber pasado por la mente de Samuel para tal cargo: alto, inteligente, elocuente, valiente, bien arreglado, de buenos modales, un líder nato. Samuel vio algunas de estas características en Eliab, el hermano de David. “Pero el SEÑOR le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:7, NVI).

Samuel hizo que Isaí formara en fila a todos sus hijos. Todos ellos debían ser considerados. Sin embargo, Isaí no hizo venir a David de donde cuidaba a las ovejas. ¿Fue esto un descuido por su parte? ¿Una suposición? ¿Una decisión subjetiva? ¿Una elección deliberada?

Ignorado por el mundo. Seleccionado personalmente por Dios.

Samuel rechazó a cada uno de los hijos de Isaí y luego preguntó: ¿Son estos todos tus hijos?. Imagino a Isaí con una expresión perpleja cuando respondió: “—Queda el más pequeño… pero está cuidando el rebaño” (1 Samuel 16:11a, NVI). Seguramente quien dedicaba su tiempo a cuidar animales no era el indicado para cuidar a una nación.

Ignorado por el mundo. Seleccionado personalmente por Dios.

Tan pronto como Samuel vio a David, supo que había encontrado al indicado. David fue ungido para convertirse en rey (1 Samuel 16:12-13). Pero no fue llevado inmediatamente al trono. Pasarían muchos años antes de que David fuera reconocido por el mundo. Entonces, ¿a dónde fue después de ser ungido? ¿A una escuela de refinación? ¿Una academia de gobierno? ¿Entrenamiento militar?

No fue a ninguna de ellas.

David regresó a los campos y siguió pastoreando su rebaño. Un futuro rey estaba haciendo tareas humildes. El carácter de un futuro rey fue refinado en los campos de la vida cotidiana para prepararlo para su llamado.

Tal como nosotras. En medio de la ropa maloliente, los platos sucios, las llaves perdidas, las facturas que deben pagarse, los niños que necesitan nuestra atención y los regalos de cumpleaños que aún deben enviarse por correo… hay preparación en todo ello. Hay formación de carácter. Hay formación de actitudes. Hay definición del alma. Todo lo cual debe suceder para que lleguemos a ser lo que Dios quiere que seamos.

¿Alguna vez te has sentido ignorada por el mundo? Anímate, somos elegidas personalmente por Dios.

No solo estamos simplemente cumpliendo los quehaceres. Estamos construyendo un legado. Estamos dando forma al Reino de Dios. Estamos en el proceso de descubrir no solo nuestros llamados dados por Dios, sino también los llamados de nuestra familia. Y no sé tú, pero esto sí me hace ver mis tareas diarias bajo una luz completamente diferente.

Querido Señor, estoy agradecida de que incluso cuando me siento ignorada, puedo descansar en el hecho de que fui seleccionada personalmente por Ti. Ayúdame a ver el propósito incluso en los momentos más ordinarios de hoy. Y ayúdame a vivir mi vida para una audiencia de Uno. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Fuiste seleccionada personalmente por Dios… para ser Su hija. Para vivir en libertad. Para ser la mamá de tu hijo. Para contarle a la gente acerca de Jesús. Para ser la esposa de tu marido. Para usar los dones que tienes. Para ser una luz en este mundo. Para un propósito. En Proverbs 31 Ministries, queremos darte las herramientas y recursos para vivir como si esto fuese verdad. ¿Harás una donación hoy para que podamos continuar ayudándote a ti y a otras mujeres como tú a conocer y vivir la Verdad de la Palabra de Dios? Haz click aquí para saber más.

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PROFUNDICEMOS

Génesis 16:13, Como el SEÑOR le había hablado, Agar le puso por nombre «El Dios que me ve», pues se decía: «Ahora he visto al que me ve». (NVI)

Sabiendo que Dios te ve, ¿cómo cambia esto tu perspectiva incluso cuando te sientes ignorada o poco valorada? ¡Nos encantaría saber de ti en los comentarios!

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