Devocionales

La única cosa que debes recordar cuando la vida es difícil

Katie Westenberg 14 de junio de 2023
Me acordaré de las obras del SEÑOR; Ciertamente me acordaré de Tus maravillas antiguas. Meditaré en toda Tu obra, Y reflexionaré en Tus hechos. Salmo 77:11-12 (NBLA)

Recuerdo exactamente dónde estaba cuando hice esa llamada desesperada a una amiga.

En el estacionamiento concurrido de una tienda, me senté inerte en el asiento delantero de mi auto mientras mi mente daba vueltas en mi lista inmensa de tareas pendientes. De repente, todo era demasiado. Mi llamada telefónica fue un SOS débil. Pero nunca esperé la poderosa respuesta de mi amiga.

«Katie, te voy a hacer una pregunta: ¿qué crees que sea verdadero acerca de Dios en este momento?»

Con un gesto simple y amable, había identificado la raíz de mi lucha.

Las preocupaciones me tenían tambaleando: mi padre languidecía en la unidad de cuidados intensivos, los plazos de trabajo inamovibles se acumulaban sobre las exigencias normales de la vida que no se detenían para lo urgente. Aún faltaba preparar la cena. Las citas aún debían cumplirse. Me sentí paralizada por las preocupaciones inmediatas, pero su pregunta sencilla no podía ser ignorada.

¿Qué estoy creyendo que es verdad acerca de Dios en este momento?

Mi respuesta, puras lágrimas.

No necesitaba un sermón. No necesitaba ser mimada. Necesitaba un recordatorio. Necesitaba una amiga que me ayudara a fijar mis ojos para ver y recordar aquello que fue y es y siempre será verdad.

Y tal vez una caja de pañuelos. Sí, definitivamente necesitaba una caja de pañuelos.

Hay un patrón que había notado. Podemos llenarnos con la Palabra de Dios. Podemos leer, memorizar y estudiar, y eso es maravilloso. Deberíamos creer absolutamente en eso. Pero cuando la vida se derrumba, cuando nos encontramos con nuevas profundidades de dificultad, cuando nuestros hijos se extravían o nos traicionan o un nuevo diagnóstico amenaza cada esperanza que teníamos para el futuro, la ansiedad y la preocupación pueden precipitarse como un maremoto y tomarnos con la guardia baja. Nos sentimos perdidas, ciegas, solas y asustadas. Conocemos la Verdad de Dios, pero queda enterrada en una avalancha que no vimos venir, y necesitamos desesperadamente que nos la recuerden.

David nos da un ejemplo perfecto de esto en los Salmos. Pasó tiempo real en el desierto. Sus enemigos lo pisotearon todo el día. Se levantaron contra él y buscaron su vida, y él sintió el peso de todo. Conocía lo duro y lo feo. Pero David desarrolló este hábito, esta práctica, de llevar esa preocupación ante el Señor y recordarse a sí mismo quién había sido, era y sería Dios.

Has sido mi refugio en los días de mi angustia, le declaró a Dios. Mi fortaleza, mi torre fuerte, mi piedra poderosa, mi ayuda. David se esforzó, se entrenó, para recordar.

Me acordaré de las obras del SEÑOR; Ciertamente me acordaré de Tus maravillas antiguas. Meditaré en toda Tu obra, Y reflexionaré en Tus hechos (Salmos 77:11-12).

He vivido lo suficiente para saber que las avalanchas llegan, a menudo cuando menos las esperamos. Y pueden sentirse incapacitantes. Pero los minutos que hemos pasado conociendo a Dios en tiempos más tranquilos pueden servirnos bien aquí. Nuestro conocimiento de Dios en el pasado alimenta nuestra fe en Él para el futuro. Cada oración contestada es un cuidado fiel que se convierte en provisión no solo para hoy sino para cada mañana. Pero sólo cuando recordamos.

Si te encuentras allí, amiga, déjame retarte a que recuerdes tres cosas:

  1. El carácter y naturaleza de Dios.
  2. Cómo es que Él ha obrado a través de la Escritura y la historia.
  3. Cómo es que Él ama y guía con fe a Su pueblo.

Conocemos la verdad, pero también a menudo la dejamos en un estante. Dejamos que se empolve. Recordar la Biblia es recordar la verdad, a pesar de lo que vemos frente a nosotras, para que podamos avanzar por fe. Seamos de las mujeres que hacemos de esto nuestro reflejo. Seamos mujeres que recuerdan.

Padre Celestial, te agradecemos por encontrarnos en nuestra debilidad, por agacharte y acercarte. Ayúdanos a recordar quién eres y cómo amas. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Juan 14:26, Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. (NVI)

¿Qué estás creyendo que es verdadero acerca de Dios en este momento? ¿En qué áreas de tu vida puedes preguntarle al Espíritu Santo acerca de la verdad para que te ayude a alinear tus pensamientos y recordarte lo que es verdadero? ¡Comparte en los comentarios!

© 2023 por Katie Westenberg. Todos los derechos reservados.

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