Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Juan 15:16a-b (NTV)

A los 13 años no era fanática del gimnasio por algunas razones: yo era una artista, y no una atleta, siempre era la última en ser escogida en cualquier equipo deportivo.

Han pasado algunos años, y aún prefiero dibujar una pelota que patearla. Pero el rechazo y yo nos hemos vuelto amigos cercanos, y mi currículum de decepciones está lleno de artículos de línea:

1. El chico que me gustaba invitó a otra chica a una cita en vez de a mí.
2. Ver a mis amigos publicar en redes sociales acerca de un evento al que no me invitaron.
3. No gané ningún sorteo para tener mi propia isla privada en el Caribe.

Es mucho más fácil pensar en las veces en las que no fui elegida que en las que veces en las que sí.

Todas deseamos desesperadamente ser elegidas porque eso significa que alguien realmente nos ve completamente. La versión real sin filtros de nosotras. En los buenos días dónde cuando estamos alimentadas, descansadas y tenemos luz de sol adecuada… y en los días no tan buenos durante la hora de tráfico cuando usamos palabras y gestos que nuestras abuelas no aprobarían.

No importa cuán grandes seamos, a veces somos esa pequeña niña incómoda con brákets que no debió haberse cortado su propio fleco, esperando y deseando escuchar aquellas palabras mágicas: “te elijo” en ese gimnasio. Queremos ser la seleccionada, preferida y elegida por una razón.

Me pregunto cómo es que los discípulos de Jesús se sintieron cuando Él les dijo estas poderosas palabras en Juan 15:16 a-b: “Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes”.

Nuestro Salvador perfecto eligió a algunas de las personas más imperfectas para formar parte de Su equipo: un dudoso (Tomás), un enojón (Pedro), y un hombre que tenía un trabajo de tiempo completo beneficiándose de su propia gente (Mateo). La mayoría venía de vidas humildes e insignificantes. No eran los más ricos e importantes. A menudo eran menospreciados. Tenían defectos, no eran ni refinados ni calificados.

Estoy segura de que ellos no pensaban que eran la mejor elección ni tan siquiera la más apropiada. Aún así, Jesús los vio completamente y los eligió de todas maneras.

Y juntos, con Él, cambiaron el mundo.

Como perfeccionista, siento que esto es demasiado bueno para ser verdad. Pero como ser humano, sé que es un suspiro de alivio.

Dios no elige gente perfecta; Él solo quiere que seamos auténticas.

Cada centímetro y gramo imperfecto de nosotras, cada pensamiento y acción.

El reto real es aquietar las dudas y mentiras en nuestra mente lo suficiente para poder escuchar y recibir esas palabras de afirmación: “yo los elegí a ustedes” (Juan 15:16b). Jesús te está llamando a ser parte de un equipo más grande que el equipo atlético de la secundaria.

No te han pasado por alto; eres vista completamente por nuestro Dios que todo lo sabe. Tu quebrantamiento, imperfecciones y fallas no te han descalificado de Su propósito para ti.

Las decepciones y rechazos serán parte de la vida terrenal, pero tu valor incondicional en Jesús nunca cambiará.

Puede ser que hoy te sientas con poco mérito e inadecuada. Puedes sentir que te estás esforzando demasiado o que no te estás esforzando lo suficiente. Pero hoy, eres completamente vista y conocida. Y hoy, igual que ayer, nuestro Dios tiende a usar personas imperfectas para Su plan perfecto. Así que acércate y escucha Sus palabras:

«Yo te elijo».

Jesús, gracias por verme de una manera completa y amarme incondicionalmente. Es una lección de humildad saber que me has elegido para estar en relación contigo y participar en la obra de tu Reino. Ayúdame a silenciar cualquier mentira y escuchar solo Tu llamado. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Agar llamó a Dios El-Roi, “el Dios que me ve”. Es reconfortante y abrumador saber que nuestro Dios nos ve … sin importar cuán indignas, quebrantadas o ignoradas nos sintamos. ¿Qué verdad acerca de ser vista y elegida por Dios necesitabas escuchar hoy? ¡Compártela con nosotras en los comentarios

© 2023 por Meghan Mellinger. Todos los derechos reservados.

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