Ustedes son Mis amigos si hacen lo que Yo les mando. Juan 15:14 (NBLA)

Hace poco, le pregunté a mi hija qué atributo distingue a una buena amiga. Ella me contestó sin vacilar: «la honestidad». 

Pensé que fue una respuesta muy interesante para una niña de 13 años de edad. Yo hubiera pensado que habría de responder “la lealtad” o “la amabilidad” o incluso “el buen humor”.

Ella y yo nos reímos de lo parecidas que somos una a la otra. Una de las cualidades que más valoro en una persona, y especialmente en una amiga, es la honestidad. Cuando pienso en Juan 15:14, y todos los versículos que lo rodean, no puedo evitar pensar en si nos sorprendería un poco la respuesta de Jesús a la pregunta de qué distingue a un buen amigo.

Juan 15 inicia con algunos versículos familiares. Jesús les dijo a Sus discípulos que ellos debían permanecer en Él (Juan 15:4). Este versículo nos provee una descripción visual útil de que si no permanecemos, nos marchitaremos y caeremos de la vid. La cuestión es que ¡no podremos crecer más en Jesús apartados de Jesús! (Juan 15:5)

Luego en Juan 15:10, Jesús explica lo que significa el permanecer en Él: “Si guardan Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor, así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor” (NBLA). Permanecer en Jesús significa guardar Sus mandamientos, y guardar Sus mandamientos significa amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente y amar a nuestro prójimo como a nosotras mismas (Mateo 22:37-39).

Una manera de demostrar nuestro amor a Dios es a través de nuestra confianza, oración y devoción a Él. Permanecemos a través de nuestra relación con Jesús. Persistimos en amor. Oramos en amor. Obedecemos en amor.

Y éstas son las buenas nuevas: amamos a Jesús porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19). Nosotras no lo escogimos a Él; Él nos escogió a nosotras para que caminemos en nuestra fe en obediencia a Él (Juan 15:16). Fuera de Cristo, no podemos hacer nada; en Él, produciremos “mucho fruto” (Juan 15:5, NBLA). Éstas también son buenas nuevas para la persona cansada que piensa que debe reunir fuerzas para persistir y conocer a Cristo y amar a su prójimo. Él provee la gracia y la fuerza.

El fruto del cual habla Jesús en Juan 15 es simplemente la evidencia de una relación con Él. Es una relación que Él inicia a través de y por Su amor soberano. En este capítulo, Jesús nos recuerda que nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. Luego Él dice, “Ustedes son Mis amigos si hacen lo que Yo les mando” (Juan 15:14).

Jesús nos dice que somos Sus amigas (déjalo macerar dentro de ti un minuto) si obedecemos Su mandamiento de amar, y ese mandamiento se cumple permaneciendo. Mientras permanecemos en Él, produciremos el fruto de la justicia. Esto no incrementa nuestra salvación, la cual es solamente por gracia y únicamente a través de la fe, sin embargo, confirma la transformación de nuestros corazones.

Y la propuesta de ser amiga de Jesús, el mismo Jesús quien es Autor y Consumador de nuestra fe, el Alfa y la Omega, el Ser maravilloso que cargó nuestros pecados y transgresiones, es irresistible para una cristiana.

Al igual que el resto de las cosas que queremos enseñar a nuestros hijos, si deseamos enseñarles esta gloriosa verdad, primero debemos creerla nosotras mismas. Tú eres amiga de Jesús, si lo obedeces. Jesús es tu Amigo debido a Su gran amor. A causa de tu pecado, le has fallado a tu mejor Amigo, pero las buenas nuevas son que Él jamás te ha fallado y nunca lo hará.    

¿No debería alegrarnos que Jesús es honesto con nosotras? Él nos dice exactamente cómo podemos ser Su amiga. Permanece en Él, y Él permanecerá en ti. Él que comenzó tan buena obra en ti la irá completando (Filipenses 1:6). “Fiel es Aquel que los llama, el cual también lo hará” (1 Tesalonicenses 5:24, NBLA).

Señor, reconozco que mi tentación es correr tras cosas menores. Soy tentada a no obedecerte a Ti. Pero, Jesús, gracias porque Tú me provees una manera para decir “no” a mis pecados a través del poder del Espíritu Santo. Jesús, gracias porque Tú me das el poder para obedecer. Cuando soy débil, Tú eres fuerte. Gracias por ser mi Amigo, mi Salvador, mi Señor. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Santiago 2:17, Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. (NBLA)

La Salvación es un regalo gratuito de la gracia de Dios. Jamás podríamos ganarnos el favor de Dios, sin embargo, lo recibimos si estamos en Cristo. Sabemos que somos amigas de Jesús si lo obedecemos a Él. ¿Qué significa entonces, que una fe sin obras está muerta? ¡Comparte tus pensamientos con nosotras en los comentarios!

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