Vuélvete a mí y tenme piedad, porque estoy solitario y afligido. Las angustias de mi corazón han aumentado; sácame de mis congojas. Salmo 25:16-17 (NBLA)

Había muchos sentimientos que esperaba experimentar en un evento al que había estado anticipando asistir. Aceptación. Diversión. Camaradería.

Estas eran mis personas: lideran organizaciones. Yo también lidero una organización. Son vulnerables. Yo también lo soy. Al igual que yo, conocen las tensiones de los plazos: tratar de equilibrar la familia con el trabajo en el ministerio y el hecho de que utilizamos todas esas aplicaciones de entrega de comidas para la cena más de lo que nos gustaría admitir.

Sí, no podía esperar para estar con estas personas.

Y esperaba con anticipación las amistades entrañables que seguramente florecerían como resultado de nuestro tiempo juntos.

Al entrar en la sala de reuniones, localicé rápidamente la mesa de las personas que me emocionaba conocer. Cada asiento tenía una etiqueta con su nombre, así que di la vuelta a la mesa buscando el mío. Cuando llegué a la última silla y me di cuenta de que mi nombre no estaba allí, se me cayó el alma a los pies.

Di vueltas por la sala, sintiéndome cada vez más fuera de lugar. Finalmente, en una mesa al otro lado de la sala, encontré mi nombre. El Señor debe tener un plan especial para que yo conozca y me conecte con las demás personas asignadas a mi mesa, pensé. Tomé mi asiento, saqué mi teléfono celular y esperé nerviosamente a mis compañeros de mesa.

Esperé.
Y esperé.
Y seguí esperando.

Mientras la oración por los alimentos concluía y el evento comenzaba, se hizo dolorosamente evidente para mí que los otros asignados a mi mesa no pudieron venir por alguna razón. Así que estaría sentada sola. Muy sola.

En realidad, creo que nadie más realmente se dio cuenta de mi situación. Después de todo, en ese momento todos en la sala estaban ocupados pasándose panecillos y aderezos para ensaladas.

En mi cabeza, comencé a tener una pequeña conversación de autocompasión: bueno, ¿te gustaría un panecillo? ¿O tal vez 10?

Y ahí fue cuando una frase muy clara me vino a la cabeza: no fuiste dejada a un lado, Lysa. Fuiste apartada. No fue audible. Y no fue mi propio pensamiento. Sabía que era un pensamiento asignado por Dios que necesitaba meditar.

Ser dejada de lado es ser rechazada.

Eso es exactamente lo que el enemigo quería que sintiera. Si lograba que me sintiera así, entonces sería consumida por mi propia inseguridad y perdería cualquier propósito que Dios tenía para que yo estuviera en este evento.

Ser apartada es recibir una tarea que requiere preparación.

Eso es lo que yo creo que Dios quería que viera. Si Él pudiera hacerme ver esto, yo sería capaz de aceptar la lección de esta situación.

¿Has sentido que te han dejado a un lado recientemente? Entiendo este sentimiento. No solo en la cena de esa noche sino en temporadas enteras de mi vida, incluso cuando he tenido gente alrededor, a veces me he sentido bastante sola en mi llamado.

Si te encuentras en esa situación hoy, me encantaría darte tres pensamientos que podrían animarte.

1. Busca el regalo que se encuentra en la humillación.
Proverbios 11:2 “…con la humildad viene la sabiduría” (NTV). En este lugar apartado, Dios te dará la sabiduría especial y muy necesaria para la tarea que tienes por delante.

2. Busca el regalo que se encuentra en la soledad.
Esto te ayudará a desarrollar un sentido más profundo de compasión por los demás. Puedes estar segura de que cuando entro en una habitación ahora, busco a alguien que esté sentado solo y me aseguro de que sepan que alguien los notó.

3. Busca el regalo que se encuentra en el silencio.
Si hubiera estado rodeada de las voces de aquellas personas que estaba tan ansiosa por conocer esa noche, seguramente no habría descubierto lo que Dios quería decirme. Verás, Dios está en el silencio. Y a veces, el silencio es Su invitación para alejarnos de las distracciones. La próxima vez que te des cuenta claramente del silencio, susurra: Dios, ¿qué es lo que podrías querer decirme en este momento? Estoy escuchando.

Sé que puede ser doloroso estar sola. Y sé que los pensamientos cuando somos dejadas a un lado son fuertes y abrumadoramente tentadores de creer en los vacíos de sentirse desapercibida y no invitada.

Pero mientras oras a través de tus sentimientos, pregúntale a Dios exactamente qué hace el salmista en el Salmo 25:16-17, nuestro versículo clave: “Vuélvete a mí y tenme piedad, porque estoy solitario y afligido. Las angustias de mi corazón han aumentado; sácame de mis congojas”. Luego, mira si tal vez tu situación tiene más que ver con que estés preparada que con que te hayan pasado por alto.

Amiga, es posible que sientas el dolor punzante de la soledad, pero no estás sola. El Dios del universo te conoce, te acepta y te ama tal como eres. Recordar esto puede que no solucione la sensación de exclusión, pero te recuerda quién eres… y de que eres tan amada.

Querido Señor, ayúdame a ver los dones escondidos en esta temporada de soledad. Estoy creyendo hoy que estoy apartada, no dejada de lado. Por favor, usa estos momentos de silencio para hablarme claramente … estoy abriendo mis manos y mi corazón para recibir lo que Tú quieres compartir conmigo. En el Nombre de Jesús, Amén.

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¿No es cierto que a veces, cuanto más solas estamos, más desconectadas nos sentimos de Dios? Lysa TerKeurst entiende esta lucha. ¡Por eso, se está uniendo con el Director de Investigación Teológica de Proverbs 31 Ministries, el Dr. Joel Muddamalle, y la líder de adoración Hope Darst para llevarles la gira You're Going to Make It (Vas a superarlo)¡ Durante estos eventos de una noche en 11 ciudades diferentes, serás infundida con esperanza de que no solo vas a impulsarte hacia adelante en la próxima temporada, sino que te levantarás. ¡Consigue tus entradas hoy!

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Proverbios 27:9, El perfume y el incienso alegran el corazón, y el dulce consejo de un amigo es mejor que la confianza propia. (NTV)

¿Cómo podrías aliviar la sensación de soledad en la vida de alguien más hoy? Aquí tienes algunas ideas: comunícate a través de mensajes de texto y anímale. Ora por esa persona sin que te lo pida. Sorpréndele con su bebida de café favorita. Cuando buscamos estar juntas, esto nos recuerda que todos somos seres humanos y estamos unidas en nuestras risas, lágrimas, amor y cuidado afectuoso la una por la otra.

¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2023 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.

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