¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan, Y su salario en lo que no sacia? Escúchenme atentamente, y coman lo que es bueno, Y se deleitará su alma en la abundancia. Isaías 55:2 (NBLA)
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Se siente familiar encontrarme aquí de nuevo. Al abrir las Escrituras, se me ocurre que he estado aquí antes, muchas veces. Se llama "estar aburrida con la Biblia". ¿Te suena familiar?
Mentiría si dijera que nunca (o rara vez) me he sentido así. El aburrimiento con la Biblia es una lucha común. La pregunta es: ¿Qué hacemos con el aburrimiento cuando llega? He encontrado tres cosas útiles.
- Es útil recordar qué privilegio es tener la Biblia.
El Dios del universo, quien es santo y asombroso, nos ha hablado en un libro. ¡Ese es un regalo asombroso! La Biblia es la Palabra exhalada de Dios, la misma voz de nuestro Creador y Salvador impresa en páginas de papel con tinta. ¡Nuestro Dios quiere hablar con nosotras!
No nos merecemos esto. No podemos ganarlo. Simplemente nos regocijamos en ella con asombro y maravilla, recibiendo la invitación misericordiosa de Dios cuando Él nos llama: “Escúchenme atentamente, y coman lo que es bueno, Y se deleitará su alma en la abundancia” (Isaías 55:2b). Las Escrituras son un privilegio sagrado.
- Es útil recordar nuestra dependencia del Espíritu de Dios.
Cuando leemos nuestras Biblias (o escuchamos un sermón bíblico), está sucediendo un milagro sobrenatural: un encuentro con Jesucristo. Toda la Biblia apunta a Él porque Él es el punto central de toda la Biblia.
Pero este encuentro no es algo que podamos hacer que suceda a través de nuestros propios esfuerzos. Interactuar con la Biblia no se trata de marcar una lista de tareas pendientes, ganar puntos con Dios, o incluso simplemente obtener conocimiento sobre Él. (Soy culpable de creer todas estas cosas.) Se trata de conocer y amar a una persona real y viva: Jesús.
Es fácil para mí olvidar que no puedo llegar a las Escrituras con mi propia fuerza y sabiduría, sino solo por Cristo y por medio de Su Espíritu Santo. Somos totalmente dependientes de Dios para abrir nuestros ojos para amar Sus palabras y ver Sus maravillas en las Escrituras.
- Es útil recordar ser creativa.
No hay una manera correcta de interactuar con la Palabra de Dios. La Biblia no nos da un plan de lectura prescriptivo, ¡más bien nos da una libertad maravillosa para ser creativas! Si estás aburrida con la lectura de la Biblia, un remedio sería hacer un cambio y leerla de manera diferente.
Por ejemplo, en lugar de seguir el mismo plan de lectura (¡otra vez!), prueba uno nuevo. Lee junto a una amiga y habla sobre lo que aprendes. Participa en un estudio bíblico profundo o un libro que se centre en las Escrituras. Escucha una Biblia en audio mientras haces tareas domésticas, haces ejercicio o cuando vas de camino al trabajo. Lee un devocional con tus hijos. Las posibilidades son numerosas, y somos libres de ser creativas con ellas.
¿Las buenas noticias para personas que están aburridas como tú y yo? Dios no quiere que nos quedemos allí.
En Su Hijo, Jesús, Él ha comprado para nosotras el privilegio de acercarnos a Él. Cuando una vez estuvimos alejadas de Dios, buscando satisfacer nuestra hambre espiritual en cualquier otro lugar, Él nos rescató. Ahora Él quiere satisfacernos consigo mismo, y lo hace a través de Sus palabras vivificantes y sustentadoras.
¡Qué alegría!
Padre Celestial, te alabamos y te damos gracias por el don de Tus palabras santas que nos son dadas en las Escrituras. Ayúdanos a recordar siempre el privilegio que es escucharte hablar en nuestras Biblias. Despierta nuestro anhelo por Tus palabras y satisfácenos Contigo mismo. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Salmo 119:81, Mi alma desfallece por Tu salvación; En Tu palabra espero. (NBLA)
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