… «SI USTEDES OYEN HOY SU VOZ, NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES, COMO EN LA PROVOCACIÓN, COMO EN EL DÍA DE LA PRUEBA EN EL DESIERTO … POR LO CUAL YO ME DISGUSTÉ CON AQUELLA GENERACIÓN, Y DIJE: “SIEMPRE SE DESVÍAN EN SU CORAZÓN, Y NO HAN CONOCIDO MIS CAMINOS”; COMO JURÉ EN MI IRA: “NO ENTRARÁN EN MI REPOSO”». Hebreos 3:7-8, 10-11 (NBLA)
Toda mi vida, he sido una chica de decir «sí, pero …». De hecho, es una lucha continua.
Sí, seguiré a Jesús, pero…
Sí, amo a Jesús, pero…
¿Sabes quién más parecía tener una actitud de «sí, pero …»? Los israelitas en la historia de su éxodo de Egipto.
Durante su huida de Egipto a la tierra prometida, Dios proveía dirección clara usando una nube durante el día y una columna de fuego por la noche. Él proporcionó agua de las rocas y pan del cielo. Después de todos los milagros que los israelitas presenciaron, ¿cómo podían seguir con tanta incredulidad y descontento? ¡Deben haber mostrado un nivel extraordinario de obstinación y terquedad para convertir un viaje de 11 días (Deuteronomio 1:2) en 40 años de vagar por el desierto (Números 14:34)!
Sacudimos nuestras cabezas ante ellos, sintiéndonos engreídas en nuestra superioridad moral. Creemos que habríamos tenido más fe o confianza si hubiéramos estado en sus sandalias, pero sinceramente, todavía luchamos por seguir a donde Dios guía hoy día.
Tal y como el autor de Hebreos usó la historia del desierto de los israelitas para advertir a sus lectores, así sigue siendo una advertencia para nosotras hoy. El endurecer tu corazón a la voz de Dios significa perderte Su reposo.
… «SI USTEDES OYEN HOY SU VOZ, NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES, COMO EN LA PROVOCACIÓN, COMO EN EL DÍA DE LA PRUEBA EN EL DESIERTO … POR LO CUAL YO ME DISGUSTÉ CON AQUELLA GENERACIÓN, Y DIJE: “SIEMPRE SE DESVÍAN EN SU CORAZÓN, Y NO HAN CONOCIDO MIS CAMINOS”; COMO JURÉ EN MI IRA: “NO ENTRARÁN EN MI REPOSO”». Hebreos 3:7-8, 10-11 (NBLA)
Los israelitas no creyeron que Dios iba a cumplir Su promesa y esa incredulidad les impidió entrar en el reposo de Dios (Deuteronomio 1:32). El pecado es engañoso; nos hará dudar de la voz de Dios para que nos miremos a nosotras mismas en busca de dirección. La fe se siente demasiado difícil. Nos cuesta tener confianza. Hemos esperado demasiado a Dios, entonces hacemos nuestro propio camino. Vivimos en lo «sí, pero …» y empezamos a vagar.
¿Cómo encontramos nuestro camino de regreso al reposo que Dios desea darnos? El capítulo 3 de Hebreos establece las bases:
- Fijemos nuestros pensamientos en Jesús (Hebreos 3:1). Cuando estamos preocupadas por nuestras circunstancias, nuestros ojos vagan desde nuestro Salvador a nuestra lucha. Sumergirnos en la Palabra de Dios hace que nos enfoquemos de nuevo en El Único que quiere llevar nuestras cargas y dirigir nuestros caminos (Mateo 11:28-29; Proverbios 3:5-6).
- No endurezcamos nuestros corazones a la voz de Dios (Hebreos 3:7-8). Cuanto más tiempo pasemos con Jesús, más reconoceremos Su voz. El corazón que continuamente ignora Su voz se endurece, así que mantengamos nuestros corazones blandos a Su tierno susurro.
- Exhortémonos las unas a las otras (Hebreos 3:13). El quedarnos conectadas en una comunidad cristiana es vital para nuestra salud espiritual. La hermandad nos permite conocer y ser conocidas, animar y corregir, recibir y dar sabiduría piadosa, usando la Palabra de Dios como nuestro mapa de ruta (2 Timoteo 3:16).
¿Confías en las promesas de Dios? Aferráte a la verdad de que la dirección de Dios no impide tu gozo, sino que te guía al reposo verdadero. Todo empieza y termina con la fe, cambiando el «sí, pero …» a «sí, Señor».
Sí, Señor, te seguiré.
Querido Padre celestial, perdóname por los momentos cuando vivo en el «sí, pero …» y cuando pienso que mi camino es mejor que el Tuyo. Enséñame a confiar en Tu carácter y amor, aun cuando no entiendo todo. Ayúdame a descansar en el conocimiento que tiene Tu mano guiadora. En el Nombre de Jesús, Amén.
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