Confía en el SEÑOR de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. Proverbios 3:5-6 (NVI)

Trabajar para la organización anti-esclavitud más grande del mundo me ha enseñado algunas cosas; quizás la más vívida haya sido simplemente elegir confiar en Dios.

Mi experiencia es en ventas de software, donde experimenté la trampa astuta de la autosuficiencia y la búsqueda del control. Sea que ganaba o perdía, creía que la carga de desempeñarme recaía sobre mis hombros. Sin embargo, frente a la misión audaz de liberar a las personas más vulnerables del mundo, ahora debo confiar en Dios de maneras que no sabía que fueran posibles.

Sabemos que, en última instancia, Dios controla todos los resultados. Pero la necesidad es tan grande que nos deja vulnerables a la duda humana. Así que tenemos una opción: o confiamos en que Dios inspirará milagros, rescate y redención según Su voluntad o nos quedamos despiertas por la noche, estresadas y ansiosas.

Sé lo que estás pensando: ¡Genial! Simplemente elegiré confiar en Dios. ¡Si tan solo fuera así de fácil!

Luchar con esta tensión plantea una simple pregunta: ¿cómo?

¿Cómo pasamos realmente de desear tener el control a elegir confiar en Dios? Estoy aprendiendo que no es por nuestro propio esfuerzo; más bien, es un camino de acercamiento a nuestro Padre.

Sabemos que esto es cierto en nuestras relaciones personales. Piensa en la persona con quién eres más cercana en esta vida. La confianza que he establecido con mi esposo durante los últimos 15 años no se produjo de repente, sino lentamente, con el tiempo, a través de la intimidad y la intencionalidad. Nos hemos acercado el uno al otro, y cada uno de nosotros ha tenido el valor de bajar la guardia y permitir que el otro entre.

Confía en el SEÑOR de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas (Proverbios 3:5-6).

Y lo mismo ocurre con Dios. Acercarnos a Dios requiere primero un aquietamiento del exterior para que podamos aquietar nuestro interior. Dejar de lado nuestras distracciones para que podamos entrar en los lugares tranquilos de nuestro corazón.

En este espacio vulnerable, puedes encontrarte con tu Creador, que te persigue con paciencia y persistencia. Él es el amante íntimo de tu alma, que te conoce y te ama por completo. Si podemos ser lo suficientemente valientes para apoyarnos en esto, podemos comenzar a sentirnos completas nuevamente. Y fuiste creada para estar completa.

International Justice Mission (IJM) trabaja para restaurar la plenitud de las personas. A través de este recorrido, comencé a comprender por qué la violencia, especialmente la trata y la esclavitud, es tan devastadora. Dios nos creó con albedrío. En la belleza de Su diseño, Él nos faculta con la dignidad de pertenecer únicamente a Él. Entonces, cuando hombres, mujeres y niños son traficados, esclavizados y abusados, se cruza una línea que Dios mismo creó y sostiene, una línea que define la dignidad del diseño de Dios.

Cuando escuchamos que suceden estas cosas, la ira justa estalla en nuestros corazones. En lo profundo de nuestras almas, sabemos que cada persona fue creada para ser completa. Y nuestro Dios de justicia no se queda quieto frente al mal. Dios también nos llama a pronunciarnos y a actuar cuando nos encontramos frente al mal.

La obra de la restauración es difícil y santa, y es un honor ser parte de ver a Dios transformar vidas lastimadas y quebrantadas a amadas y completas. Esta es una obra que sólo Él puede hacer. Nuestro trabajo es confiar en Él.

Dios, confiamos en Ti nuestro trabajo, nuestras vidas y nuestro futuro. Ayúdanos a acercarnos a Ti para que podamos experimentar la plenitud para la que Tú nos diseñaste. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Salmo 28:7a, El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. (NVI)

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© 2023 por Amanda Vohs. Todos los derechos reservados.

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