Al oír esto, Jesús les dijo: «Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores». Marcos 2:17 (NBLA)
Como madre biológica y de crianza temporal, puedo confirmar que dar a luz y cuidar a los bebés es hermoso y maravilloso… y, a menudo, también es complicado y agotador.
En muchas ocasiones, he pensado en cómo debió haber sido para María, la madre de Jesús. El hecho de que ella estuviera cargando y cuidando a la única Persona perfecta que jamás haya caminado sobre esta tierra no significa que Él no se ensuciaba o no la agotaba como lo harían otros bebés.
En medio de pañales, biberones y vómitos, me ha parecido un poco gracioso ver tarjetas navideñas e imágenes de historias bíblicas que muestran un pesebre limpio, sin lodo y excremento, con María luciendo arreglada y angelical después del parto de su bebé, Jesús. Estoy muy segura de que eso no podría haber estado más lejos de la realidad. De hecho, estoy bastante segura de que hemos intentado sanitizar partes de la historia navideña.
Si lo pensamos bien: la posada estaba repleta, lo cual probablemente significaba que el establo estaba lleno de animales sucios y apestosos que pertenecían a la gente. Probablemente era ruidoso. Y desordenado. Y prácticamente el último lugar donde a uno le gustaría dar a luz o cuidar a un bebé recién nacido.
Y, sin embargo, esa es la belleza de la historia.
Jesús podría haber nacido en un palacio limpio y lujoso de una mujer rica con grandes recursos. Pero en cambio, el Rey de reyes dejó el cielo y toda su gloria para nacer de una humilde virgen en medio de un establo sucio, ruidoso, maloliente y abarrotado.
¿Por qué? Porque Jesús no vino a esta tierra para aquellos que son sanados, completos y buenos. Como dijo Jesús mismo durante Su ministerio terrenal, “«Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores»” (Marcos 2:17).
Romanos 5:8 nos dice, “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (NBLA).
El evangelio es para los pecadores.
Para aquellos cuyos corazones están heridos y dolidos.
Para aquellos que sienten que han cometido demasiados errores como para ser perdonados.
Para aquellos que sienten que sus vidas son caóticas y complicadas.
Para aquellos que sienten que han fracasado demasiado.
De esto se trata la historia de Navidad. Esta es la Verdad que yacía en un pesebre hace tantos años.
No es necesario tener una vida organizada para venir a Jesús. No tienes que sanitizar tu historia ni fingir que eres perfecta para venir a Jesús. Él quiere que vengas tal como eres.
Señor, gracias por dejar las glorias del cielo para bajar a esta tierra caótica y quebrantada debido a Tu amor por mí. Ayúdame a acudir a Ti tal como soy hoy, con todas mis luchas y tensiones, y a encontrar mi descanso y esperanza en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
2 Corintios 8:9, Porque conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a ustedes se hizo pobre, para que por medio de Su pobreza ustedes llegaran a ser ricos. (NBLA)
¿Cómo te impacta saber que Jesús dejó la gloria del cielo para venir a la tierra a salvar y sanar a los quebrantados de corazón?
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© 2023 por Crystal Paine. Todos los derechos reservados.
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