Cuando llegó el séptimo día, Dios ya había terminado su obra de creación, y descansó de toda su labor. Dios bendijo el séptimo día y lo declaró santo, porque ese fue el día en que descansó de toda su obra de creación. Génesis 2:2-3 (NTV)

¿Estás agotada por el ritmo de tu vida?

Sé cómo se siente. Entre mi esposa y yo trabajando a tiempo completo, criando a cuatro hijos, cuidando de dos perros y balanceando las responsabilidades del hogar, el descanso se siente como un destino que alcanzaremos algún día (cuando estemos jubilados… si tenemos suerte).

Pero recientemente, he sentido convicción profunda por la falta de descanso en mi vida. Esto va más allá de la cantidad de horas de sueño que tengo cada noche. La dictadura de lo urgente pesa sobre mí. Mi lista de cosas por hacer rebosa. Siempre queda algo más pendiente por hacer. No puedo evitar sentir que no estoy a la altura y que estoy constantemente intentando ponerme al día.

La tragedia es que vivir una vida sin descanso no es bíblico, y tampoco es la vida que Dios modeló para nosotros. Mira Génesis 2:2-3 conmigo:

Cuando llegó el séptimo día, Dios ya había terminado su obra de creación, y descansó de toda su labor. Dios bendijo el séptimo día y lo declaró santo, porque ese fue el día en que descansó de toda su obra de creación.

Siempre he leído este versículo y he pensado que Dios cesó Su actividad en el séptimo día. Pero en realidad no es tan simple. Sí, Dios trabajó durante seis días y descansó el séptimo día, pero no dejó de crear en el séptimo día. Simplemente creó de una manera totalmente diferente. El séptimo día, Él creó paz, tranquilidad y descanso.

Estamos invitados a crear esta misma paz en nuestras vidas incorporando el ritmo de descanso de Dios, al cual la Biblia hebrea se refiere como “shabat”, en nuestras rutinas semanales.

Recientemente mi familia empezó a celebrar un shabat intencional una vez a la semana. En este día descansamos. Pero tal y como Dios lo diseñó para nosotros en Génesis, no paramos toda la actividad. Simplemente trabajamos de una manera diferente. Aprendemos a vivir en la serenidad de una existencia sin prisas, quedándonos quietos el tiempo suficiente para sentir la presencia de Dios, escuchar la instrucción de Dios y ver la bendición de Dios.

Dios diseñó el shabat para ser algo que nos impulse y nos dé energía; no algo en lo que tengamos que esforzarnos al máximo para conseguirlo y experimentarlo.

Si el shabat te ha parecido poco realista o abrumador, lo entiendo. Si te sientes así ahora, quiero compartir tres cosas simples en las que trabajamos mi familia y yo durante este ritmo cada semana:

1. Establecemos intenciones la mañana del shabat preguntándonos, ¿de qué manera queremos recuperar fuerzas hoy? A veces consiste en leer un libro, tomar una siesta o dar un paseo.

2. Reducimos la tecnología y elegimos un juego de mesa para jugar.

3. Mi esposa y yo preparamos la cena juntos y comemos todos juntos en la mesa.

No dejes que ideas equivocadas sobre lo que el shabat “tiene que ser” se interpongan en que lo intentes. Han habido algunos obstáculos en el camino, y definitivamente mi familia y yo no lo hacemos a la perfección, pero lo estamos haciendo. Y estamos experimentando el fruto de una vida con buen descanso al tiempo que seguimos las enseñanzas de Jesús en Mateo 11:28-30:

Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana» (NTV).

Señor, gracias por ofrecerme un lugar para descansar en todo tiempo. Ayúdame a pensar en cómo podría incorporar el ritmo del shabat en mi vida mientras que compagino todos los planes de mi calendario y las responsabilidades de las que tengo que ocuparme en esta temporada. Gracias por traer paz a cada situación … en lo bueno, en lo malo y en lo desconocido. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Salmo 23:1-3, El SEÑOR es mi pastor; tengo todo lo que necesito. En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos tranquilos. Él renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre. (NTV)

¿Cómo podría priorizar el shabat hacer que versículos como Salmos 23-1:3 sean una realidad en tu vida? ¡Nos encantaría saber de ti! Déjanos saber lo que piensas en los comentarios.

© 2023 por Dr Joel Muddamalle. Todos los derechos reservados.

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