»La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo. Juan 14:27 (NBLA)
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Fue uno de esos días de sobrecarga emocional. Mis nervios estaban tensos. Mi mente estaba inquieta. Mi corazón se sentía maltratado y magullado.
Me dejé caer en el sofá y agarré el control remoto. Tal vez adormecer mi cerebro viendo televisión me ayudaría a relajarme y olvidar mis problemas, al menos durante una hora más o menos.
Aparecieron dos comerciales. Uno prometió paz con un viaje a un nuevo salón de manicura local y otro sugirió que se podría lograr la serenidad comprando boletos para una escapada tropical. Ambas imágenes eran tranquilas y atractivas. ¡Qué increíble sería experimentar ese paraíso magnífico! Sabía que no podía permitirme unas vacaciones. ¿Quizás una pedicura mimada podría ser la solución?
Pero sé por experiencia que, si bien una visita al salón de belleza o unas vacaciones pueden darnos un descanso, no son lo que más necesitan nuestro corazón y nuestra mente. Necesitamos algo más. Y afortunadamente, es algo que podemos tomar gratis: la paz que ofrece Cristo.
Jesús nos promete paz mental y quietud de corazón para que podamos estar libres de preocupaciones y miedos. Declaró en Juan 14:27: La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo.
Puede que la palabra “mundo” nos haga pensar en primer lugar en la Tierra y las personas que residen en ella. Sin embargo, la palabra griega traducida aquí como “mundo” tiene un significado matizado. Se refiere a los asuntos y adornos que el mundo nos proporciona a los humanos. Las baratijas y tesoros que relucen y brillan, muchos de ellos prometen paz.
El mundo nos ofrece actividades que pueden distraernos por un rato. Intenta vestirnos y adornarnos para darnos una existencia mejor. Ciertamente, en algunos casos esto ayuda. Hay empresas en el mundo que ayudan a vestir nuestro cuerpo a la moda o mejoran nuestros hogares con una decoración impresionante. Pero nuestros corazones y mentes son una historia diferente. Los adornos externos y las actividades de mimo no producen una armonía duradera en nuestros corazones; Jesús sí la produce.
La paz que Jesús promete significa literalmente tener corazones y mentes tranquilos, íntegros y sin inquietudes. Podemos estar tranquilos y no tener miedo, sabiendo que Dios tiene el control. Esta es una paz fuera de este mundo que las Escrituras describen como una que sobrepasa todo entendimiento humano (Filipenses 4:7). Y Dios nos asegura que nuestra mente se mantendrá en esta paz perfecta cuando confiamos firmemente en Dios (Isaías 26:3).
¿Está tu corazón inquieto o tu mente inquieta? Lleva tus problemas a Jesús. Él ve. Él oye. Él escucha. Solo Él puede proporcionar serenidad a tu alma.
Padre, perdóname por buscar la paz en el mundo y no en Ti. Gracias por la verdadera paz que me das a través de Jesús. Que penetre mi mente, evitando que mi corazón se sienta preocupado o asustado. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Filipenses 4:6-7, No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (NVI)
¿En cuáles lugares y prácticas del mundo has intentado encontrar la serenidad?
¿Qué paso de acción darás esta semana que te ayudará a buscar la paz que solo Jesús puede ofrecer?
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© 2023 por Karen Ehman. Todos los derechos reservados.
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