Y si me voy a prepararles un lugar, volveré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. Juan 14:3 (NBV)
Durante dos años, contuve la respiración cada vez que giraba los diales de mi lavadora y secadora destartaladas y desparejadas, orando para que funcionaran una vez más. Así que cuando me enteré de que un par de máquinas usadas estaba a la venta, un modelo que había admirado durante mucho tiempo, a un precio increíble, me lancé a la oferta.
Pero pronto descubrí que la secadora tenía el tambor agrietado. Pedí la pieza, pero estaba en pedido pendiente … ¿estaba dispuesta a esperar?
¡Sí! Pasé un mes colgando ropa mojada por toda la casa, deleitándome con la idea de tener por fin ese juego de lavadora y secadora bello, fiable y que combinaban. En mi mente, la espera merecía la pena porque estaba por llegar algo mucho mejor.
Cuando pienso en la paciencia, a menudo me viene a la mente este pequeño ejemplo de mi propia vida; y en las Escrituras, me maravilla la tenacidad del pueblo fiel de Dios que se menciona en Hebreos 11. Tras describir varios ejemplos de vidas fieles, el autor hace esta afirmación en Hebreos 11:13: “Todos ellos vivieron por la fe y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las miraron y les dieron la bienvenida desde la distancia. También confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra” (NVI).
Los héroes del Antiguo Testamento como Abraham, Moisés y David anhelaban la llegada de Jesús, el Mesías. Estaban dispuestos a permanecer obedientemente fieles a Dios porque sabían que vendría algo mejor, aunque no llegaran a verlo en vida.
Jesús nos hace la misma promesa sobre Su segunda venida. En Juan 14:3, Jesús dice: “Y si me voy a prepararles un lugar, volveré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté”.
¿No será maravilloso? Si confiamos en Jesús hoy, estaremos con Él para siempre. Todas las cosas duras de esta vida terrenal desaparecerán. No habrá más dolor, lágrimas o maldad como la que hemos soportado en esta vida terrenal. ¡Las alegrías del cielo serán mucho más satisfactorias que una secadora renovada! La fiabilidad de Dios para cumplir Sus promesas tiene una calificación mucho mejor que la cadena de suministro de un tambor de secadora.
No importa a qué retos actuales te enfrentes, no importa lo dura que sea la lucha, mira hacia delante. Nuestra fe en Jesús se fortalece día a día a medida que continuamos siguiéndole a pesar de las luchas a las que nos enfrentamos. Al igual que aquellos hombres y mujeres mencionados en Hebreos 11, tú y yo podemos hacer frente a los inconvenientes, las angustias, los obstáculos y las luchas, porque tenemos la seguridad de que lo que ocurra en esta vida no durará para siempre. Algo mejor está por llegar.
A veces es difícil imaginar la eternidad … pero puedo esperar. Y tú también puedes esperar. Porque será fantástico.
Dios, gracias por la esperanza del cielo. Me da valor para seguir obedeciéndote incluso cuando la vida se pone difícil. En el Nombre de Jesús, Amén.
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El cielo gobierna es la respuesta de tres palabras para cada preocupación. La promesa que necesitamos para cada ola de problemas, cada asalto a nuestra paz mental. La autora Nancy DeMoss Wolgemuth revela cómo el hecho de ver nuestras vidas y el mundo a través de la lente del gobierno del cielo puede protegernos del pánico y darnos esperanza y perspectiva renovadas.
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1 Corintios 2:9, …«Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ningún corazón ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman». (NVI)
Aunque no podemos comprender plenamente todas las maravillas del cielo que Dios tiene preparadas para nosotras, sabemos lo suficiente como para empezar a soñar y anticipar las glorias de lo que nos espera. ¿Qué es lo que más esperas del cielo?
¿Cómo te ayuda a enfrentar los desafíos que se te presentan hoy saber que el cielo existe y te espera? ¡Comparte con nosotras en los comentarios!
© 2024 por Karen Wingate. Todos los derechos reservados.
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