Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. 1 Pedro 5:8 (NBLA)

No soy fanática de los leones. No son selectivos con sus elecciones de comida. No importa si eres una gacela separada de tu manada o un humano desinformado durmiendo en una tienda donde deambulan los leones, ellos pensarán que te ves deliciosa.

Cuando mi familia y yo regresamos al continente donde nacieron mis dos hijos, tuve la oportunidad de experimentar esta realidad aterradora de primera mano.

Los guías nos aseguraron que los leones no vendrían. Pero no fue así.

Justo cuando me estaba quedando dormida, una criatura rozó mi tienda de campaña y, ¿qué creen?, ¡rugió! Mientras volvía a rozar la tienda, mi imaginación proyectó un resultado horrible tras otro.

Aunque nunca salí de la tienda, sufrí un ataque mental brutal. Dejé que el león tomara lo mejor de mis pensamientos.

Pero no tenemos que ir a África para que nos aceche un león. Vemos esto en la forma en que Pedro advirtió a los creyentes contra el diablo en 1 Pedro 5:8: “Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar”.

El enemigo no sólo busca distraerte, tentarte o desviarte ligeramente del rumbo. Él está buscando devorarte. Pero debemos recordar algo crucial: el diablo es violento, pero no victorioso. Y, amiga mía, tienes todo lo necesario para derrotarlo.

No tenemos que vivir sintiéndonos impotentes y mortalmente asustadas. Una mirada más detenida de 1 Pedro 5:8-9 nos muestra cómo podemos superar estos momentos.

“Sean de espíritu sobrio, estén alerta” es un recordatorio de que debemos tener dominio propio. Palabras similares aparecen tres veces en la carta de Pedro (1 Pedro 1:13; 1 Pedro 4:7; 1 Pedro 5:8). La razón específica se da en 1 Pedro 4:7: “…el fin de todas las cosas se acerca” (NBLA). Satanás sabe que el fin se acerca rápidamente. Es un enemigo derrotado que ya ha sufrido un golpe fatal. Pero antes de caer, intentará obtener tantas víctimas como sea posible. Con todo lo que le queda, viene tras nosotras. Por eso debemos estar siempre alertas.

Si bien muchas de nosotras no tenemos leones rozando regularmente nuestras casas, sí tenemos encuentros diarios con el enemigo. Y al igual que el poder del león sobre mí esa noche se detuvo en el momento en que aparecieron los guardianes, Satanás queda impotente en el momento en que nos conectamos con el poder de la Palabra de Dios, como estamos haciendo hoy en este devocional.

Esto es lo que quiero que recuerdes: las promesas de Dios siempre son una combinación perfecta para nuestros problemas. Y Él es nuestra protección perfecta contra el enemigo.

Padre Dios, estoy muy agradecida de que no me hayas dejado indefensa. El enemigo no es rival para Tus promesas. Guíame, equípame e infúndeme de confianza santa mientras me mantengo firme hoy. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Cada día, vivimos en una guerra espiritual invisible y muchas veces desconocida. Sin embargo, la sentimos en cada aspecto de la vida. Un enemigo maligno y devoto lucha por atacar tu corazón, mente, familia, relaciones, perseverancia, sueños, y destino. Por eso La armadura de Dios por Priscilla Shirer nos presenta un plan de acción, derivada de las escrituras de Dios mismo, que asegurará la victoria.

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Santiago 4:7, Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo y él huirá de ustedes. (NVI)

Declara las palabras de Santiago 4:7 sobre un área de tu vida donde la voz del enemigo se haya sentido fuerte últimamente. ¿Cómo te alienta saber que él es un enemigo derrotado que huirá de ti?

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