Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino. Salmo 119:105 (NTV)

Conduciendo tres horas sola en el auto, normalmente hubiera sido un descanso de paz y felicidad, especialmente siendo una mamá de tres niños. Pero esta mañana era diferente.

Era imposible conducir relajada debido a las condiciones adversas. Apretaba el volante mientras pasaba por un aguacero fuerte. Una niebla densa oscurecía toda visibilidad por más de treinta metros de distancia.

Afortunadamente, después de un par de horas, Dios me dio una señal de que iba en la dirección correcta. En la distancia apareció un rayo de sol. Dado que mi aplicación meteorológica prometía cielos soleados en mi destino, esta luz ayudó a confirmar mi ruta.

¿Alguna vez has deseado que Dios te dé una señal en tu vida espiritual? Sólo el Señor sabe cuánto lo he deseado yo misma. En ocasiones he cuestionado si una meta que quería alcanzar venía de Él. Anhelaba ver una luz diciéndome que iba en la dirección correcta. Otras veces me siento impulsada a dar un paso de fe en mi comunidad, pero termino desistiendo.

Un vistazo a las Escrituras nos muestra que este deseo de obtener una confirmación no es nuevo. Pero también vemos que mientras algunas veces podemos recibir señales de Dios, Su Palabra es siempre una luz que dirige nuestros pasos. En nuestro versículo clave, el salmista dice: “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino” (Salmo 119:105).

Al leer este versículo algunos aspectos claves me llaman la atención.

Primero, el propósito de la lámpara es guiar nuestros pies, no decirnos lo que nos espera a kilómetros de distancia. Y en segundo lugar, la lámpara es una herramienta. Como cualquier herramienta, sólo es efectiva cuando la sostenemos y la utilizamos para la función prevista. Si nos quedamos estancadas, la luz sólo iluminará lo que está alrededor de nosotras, y su brillo tendrá un alcance limitado. Pero si avanzamos, su eficacia no tendrá fin. Cada paso hacia adelante nos mostrará el siguiente a medida que se revele más camino.

Una fe que impulsa nuestros pies hacia adelante no está guiada por una luz a la distancia. Jesús, la Luz del mundo, ya está aquí. ¿Y cómo nos dirige Él? El Salmo 119:105 indica una forma primordial: mediante Su Palabra. Al tomar pasos de obediencia podemos confiar en que Él es nuestro fiel guía.

Yo cuestiono más Su dirección cuando mi tiempo con Él disminuye. Pero cuando soy intencional en mis oraciones y en mi lectura de Su Palabra, Él me guía con estas preguntas:

1. ¿Este paso glorifica al Señor?
2. ¿Este paso muestra mi amor por Él y por Su pueblo?

Amiga, si la respuesta a estas preguntas es «sí», entonces tú y yo podemos dar el siguiente paso con confianza. Dios quiere que vivamos vidas llenas de propósito y gozo, pero no podemos hacer eso si no actuamos. Vayamos en Su amor y seamos fortalecidas.

Dios, gracias por la promesa de guiar nuestros pasos cuando te buscamos. Cuando no tengamos certeza sobre a dónde nos dirigimos, ayúdanos a recordar que Tu Palabra es nuestro faro de luz. Que la usemos y avancemos con confianza. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Salmo 32:8, «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti. (NVI)

¿Hay alguna área de tu vida en la que Dios te ha impulsado a dar un paso de fe, pero dudas en seguir adelante? Cuéntanos en los comentarios.

© 2024 por Abby McDonald. Todos los derechos reservados.

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