El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, Y los rescata. Salmo 34:7 (NBLA)

Hace unos años, uno de mis dientes traseros comenzó a dolerme. No era la primera vez que ese diente me daba problemas, pero honestamente, simplemente no quería lidiar con eso.

Me habían hecho no una, ni dos, sino tres coronas en el mismo diente. La primera se rompió. La segunda se rompió. Y aunque la tercera parecía que finalmente funcionaría, el diente comenzó a doler de nuevo. ¡Ugh!

El dentista me informó que lo único que podía hacer era hacerme una endodoncia.

Pero el miedo se apoderó de mi corazón y no me atreví a programar la cita.

Así que lidié con el dolor punzante… durante un año entero. No masticaba comida de ese lado de la boca. No dejaba que las bebidas frías se filtraran hacia ese lado. Y me tomaba antiinflamatorio cuando las pulsaciones se apoderaban de mí.

Por fin me harté de la situación. El dolor se impuso al miedo, y concerté la temida cita.

¿Y sabes qué? ¡Sobreviví! En realidad, el miedo a la endodoncia era mucho peor que el procedimiento en sí.

Creo que el miedo a menudo se manifiesta de esa manera. A veces, vivir con miedo a lo que podría ser causa más estrés y ansiedad que enfrentar realmente lo que tememos.

Tal vez te sientas identificada. ¿Hay algo que evitas porque tienes miedo?

Salmos 34:7 nos recuerda, “El ángel del SEÑOR acampa alrededor de los que le temen, Y los rescata”. Temer al Señor significa honrarlo y glorificarlo en nuestros corazones más que a nadie ni a ninguna otra cosa. Pero cuando me concentro o magnifico mis temores más pequeños y ansiosos, ese miedo se convierte en todo en lo que puedo pensar.

Aquí hay tres cosas que podemos hacer para enfocarnos en Dios hoy y mantenerlo a en el centro de nuestra atención:

1. Clama a Él con oraciones honestas. Dile a Dios lo que temes y lo paralizante que es el miedo. Pídele que te ayude a discernir si hay algo de verdad en este temor.
2. Abre tu Biblia y busca versículos que te muestren lo que Él quiere que hagas en ese momento de miedo. Escribe verdades y luego alinea tus próximos pensamientos y acciones con Su Palabra.
3. Procede hacia adelante. Es posible que no siempre vivamos sin miedo, pero podemos elegir no dejar que los temores del futuro nos roben la alegría de hoy.

¿Hay algún miedo cotidiano que te detenga? ¿Es el miedo a enfrentarse a algún asunto con una amiga? ¿Es un temor de dar un paso adelante en obediencia a Dios? ¿Hay miedo en torno a un diagnóstico médico que acabas de recibir?

Hermana, si yo estuviera contigo en este momento, te tomaría de la mano. Pero mejor aún, Dios está contigo. Y cuando sabes que Él está contigo y que Sus ángeles están acampados a tu alrededor, puedes enfrentar tus temores.

Amado Señor, mientras los temores amenazan con vencerme, te pido que Tu consuelo me abrace. Ayúdame a sacar a la luz mis temores y a fijar mis pensamientos en las verdades de Tu Palabra. En lugar de ponerme nerviosa por lo que temo, quiero permitir que el Espíritu Santo obre en mí. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Quizás lo mejor que podemos hacer para enfrentarnos a nuestros miedos es pasar tiempo con nuestro Dios, quien expulsa miedo con Su gran amor. En su nuevo devocional Lo vas a lograr, Lysa TerKeurst te ayuda a incorporar un nuevo ritmo para los días en que la vida pareciera demasiado dura: recibir el aliento, la instrucción y la verdad de Dios para empezar el día, y soltar a Dios todo lo que te agobia al final de cada jornada. Él te pondrá en el camino de la sanidad.

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PROFUNDICEMOS

Salmo 34:17, Los justos claman, el SEÑOR los oye y los libra de todas sus angustias. (NVI)

¿Por qué a veces es difícil expresar tus temores a Dios? ¿De qué manera la Palabra de Dios te anima de que no estás sola y que Dios anhela estar presente contigo en tus temores? Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2024 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.

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