Devocionales

Si lo único que puedes orar es «Señor, ayúdame»

Beth Knight 29 de febrero de 2024
A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra. Salmo 121:1-2 (NVI)

Mi hijo se aventó al subirse al carro, con un fuerte suspiro y tirando su mochila contra el asiento trasero. «Mamá, hoy escribí ‘ayúdame’ en mi trabajo de la escuela».

Mis ojos preocupados se encontraron con los suyos por el espejo retrovisor, «¿a quién le pedías ayuda?».

«Se lo pedí a Dios».

Me dolió el corazón porque entendí la desesperación que envolvía esa palabra: ayúdame. Yo también, recientemente, había elevado muchas oraciones de“ayúdame”. Quizás tú también.

En la vida, todas experimentamos circunstancias agobiantes, y si lo permitimos, estos momentos pueden recordarnos lo mucho que dependemos de Dios. Como dicen nuestros versículos de hoy, hay esperanza en recordar de donde proviene nuestra ayuda:

A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del SEÑOR, que hizo el cielo y la tierra (Salmo 121:1-2).

El Salmo 121 es un “salmo de ascenso”, un tipo de cántico de plegaria que los israelitas antiguos cantaban mientras se dirigían a Jerusalén para adorar a Dios en Su templo. Ellos se encontraban con territorios inciertos y peligros en el camino, pero mientras levantaban su vista a la Tierra Santa, ellos predicaban valentía a sus corazones, proclamando que su ayuda la encontraban en Su Creador, no en la creación, ni en algún destino.

Después de declarar con certeza quién era su ayuda, ellos se recordaban a sí mismos el cómo Él les ayudaría:

El Señor no permitiría que sus pies resbalaran (Salmo 121:3).
Él protegería y guardaría a Su pueblo (Salmo 121:7-8).
Él nunca duerme, así que Su mirada vigilante siempre estaría sobre ellos, cuidándoles de todo mal (Salmo 121:4).

No importa el momento de “ayúdame” en el que nos encontremos, Dios está siempre presente, supremamente interesado y personalmente involucrado. Nosotras también, podemos ver más allá de lo que existe para admirar a nuestro Creador, recordándonos a nosotras mismas que Jesús tiene poder ilimitado para salvarnos, sostenernos y llevarnos a casa con bien.

Nuestro viaje no siempre será fácil, pero el Dios que creó la montaña delante de nosotras, es mucho más grande que cualquier ascenso peligroso. Su trono está en lo alto pero camina con nosotras en lo bajo, observando soberanamente cada uno de nuestros pasos temblorosos.

Querida amiga, no hay vergüenza en una simple oración de “ayúdame”. Transmite nuestra desesperación mientras expresamos nuestra dependencia humilde. Confiesa que aunque no conocemos el camino, conocemos a Quién sí lo conoce.

Cuando estemos cansadas de perseverar, gritemos fuertemente ¡Señor, ayúdame!
Cuando no sepamos cómo ayudar a nuestros hijos, clamemos ¡Señor, ayúdame!
Cuando la ansiedad nuble nuestros pensamientos, susurremos ¡Señor, ayúdame!

El Señor quizás no eliminará cada problema que encontremos a este lado del cielo, pero Él está con nosotras a través de todo y escucha cada uno de nuestros clamores.

Padre Celestial, estoy desesperada por Tu ayuda. Por favor guíame y sostenme en los terrenos difíciles, todo para la gloria de Tu Nombre. En el Nombre de Jesús, Amén.

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El opuesto de la oración de rendición es la obsesión de controlar. Muchas mujeres luchan con el deseo de controlar sus circunstancias y relaciones, y a menudo se revela a través de expectativas no satisfechas, la tensión con su familia y el miedo al futuro. En ¡No seas una mujer controladora!, Shannon Popkin comparte desde su propia experiencia y las vidas de las mujeres en la Biblia para ayudarnos a dejar nuestras cargas y encontrar la paz. Podemos descansar al saber que Dios está en control.

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PROFUNDICEMOS

Salmo 109:21, Pero tú, SEÑOR Soberano, trátame bien por causa de tu nombre; líbrame por tu bondad y gran amor. (NVI)

Salmo 120:1, En mi angustia invoqué al SEÑOR, y él me respondió. (NVI)

¿Cómo has experimentado la ayuda del Señor en el pasado? ¿Cómo puede esto animarte a buscar y confiar en Él en alguna dificultad que enfrentes actualmente?

¡Nos encantaría escuchar tu opinión en los comentarios!

 

© 2024 por Beth Knight. Todos los derechos reservados.


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