Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Mateo 6:30 (NVI)

Recientemente tuve una conversación con una amiga que me preguntó con lágrimas en los ojos: «¿Por qué parece que Dios hace que las cosas sean más fáciles a todos los demás? Todos los que me rodean avanzan fácilmente en la vida y consiguen todo lo que yo quiero. ¿Qué más quiere de mí?»

Empezando sus treintas, ella pensaba que su vida sería muy diferente. Su compañera de apartamento más reciente se casó y se mudó. Esta era su tercera compañera de apartamento en hacerlo y se preguntaba cuándo le tocaría a ella.

Sentada en silencio, pensé en las respuestas típicas de: ‘Jesús te ama’, pero sabía que no aliviarían el dolor de este momento, porque yo también había hecho exactamente las mismas preguntas.

Amiga, no sé qué aspecto de tu vida desearías que fuera diferente. Conozco muy bien ese sentimiento. Pero quiero que hoy recurramos a la Verdad…

Dios no te está reteniendo Su bondad. Sé que puede ser muy difícil de creer, pero el hecho de que esa otra persona tenga lo que tú quieres, no significa que Dios no tenga suficiente para ti. Sus planes para tu vida son buenos, incluso si en este momento no parecen nada buenos.

Mira lo que nos dice Jesús: ”¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?” (Mateo 6:28-30, NVI).

Esta es la verdad: Dios ya te ha dado todo lo que necesitas. Él te dio a Su Hijo. Si Él estuvo dispuesto a enviar a Jesús a morir por ti, entonces ciertamente sigue obrando en tu vida.

Decidir aferrarnos a esta verdad es una elección que se toma momento a momento, entonces, ¿cómo logramos asimilarla?

• Elegimos poner nuestra fe en Dios, no sólo para nuestra salvación sino para cada detalle de nuestras vidas.
• Reconocemos lo que desearíamos tener y lo invitamos a nuestras dudas y decepciones.
• Recordamos las maneras en que lo hemos visto moverse anteriormente y confiamos en Su carácter basándonos en Su Palabra.
• Nos recordamos a nosotras mismas, y a los demás, que Su fidelidad está disponible para nosotras ahora mismo, no sólo en el día que tengamos lo que queremos.

Dios no se ha olvidado de ti. Puedes tener esperanza al saber que Él no está reteniendo lo mejor para ti. Él te ama demasiado para hacer eso.

Dios, vengo a Ti cansada, desgastada y expectante. Quiero confiar en Ti. Ayúdame a hacerlo. Hoy elijo poner mi fe en Ti y descansar en la verdad de que sigues obrando Tus planes buenos en mí y para mí. En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

El hábito de compararte con otras personas puede ser una fuente de descontento. En las redes sociales, en tu vecindario, en la iglesia, o al dejar a tus hijos en la puerta de la escuela, medirte a ti misma de acuerdo a los estándares de los demás no es saludable. Y no es el plan de Dios. De hecho, el camino de Jesús va al revés del camino de este mundo sumergido en la competencia y la comparación. En su libro !No te compares!, Shannon Popkin nos recuerda que Jesús nos invita a seguirlo y a recuperar la libertad, la confianza y el gozo.

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PROFUNDICEMOS

Efesios 2:4-7, Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. (NVI)

¿Cuál es un área de tu vida en la que sientes que Dios te está reteniendo algo? ¿Cómo puedes hoy entregarle tus deseos en esa área y poner tu confianza en Él?

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© 2024 por Meghan Ryan Asbury. Todos los derechos reservados.

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