Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina. 2 Timoteo 1:6-7 (NTV)
Durante mis años de escuela primaria y secundaria, pasé muchas horas en el estudio de baile, comenzando con el tap y luego inscribiéndome en ballet y jazz. La música me inspiraba, pero se requería práctica y disciplina para perfeccionar los pasos.
Una de mis maestras usaba una vara grande para marcar el ritmo de nuestro baile en el suelo de madera mientras practicábamos. Quería asegurarse de que cada movimiento fuera preciso, pero que también fluyera con el estado de ánimo de la música. A veces nos mostraba los pasos de baile de algunas secciones. Anhelaba profundamente bailar como ella, expresando elegantemente la emoción de la canción con cada sashay y cada giro de noventa grados.
Al igual que yo tenía una mentora de baile, un joven llamado Timoteo en la Biblia tenía al apóstol Pablo como mentor espiritual. Pablo escribió la segunda carta de Timoteo para animarlo a seguir sus pasos y enfocarse en la fe.
Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina (2 Timoteo 1:6-7).
Cuando Pablo dijo “avives el fuego”, usó una palabra griega que significa básicamente “enardécelo”. Estaba alentando a Timoteo a encender sus dones espirituales y dejarlos arder para que otros los vieran.
A veces, aprender algo nuevo es sorprendentemente difícil. Pero a medida que descubrimos nuestros dones, los nutrimos e invertimos tiempo en practicarlos, progresamos hacia el pleno florecimiento.
En este pasaje, Pablo también abordó la falta de confianza de Timoteo. Timoteo puede haberse sentido inseguro de sus dones, pero Pablo le recordó que el miedo y la timidez no provienen de Dios.
Tal vez tú como yo también te hayas sentido así. Las voces que dicen que no eres lo suficientemente buena, que no puedes hacerlo como ella, y que vas a arruinar esto, parecen gritar desde todas las direcciones.
Necesitamos una comunidad que nos anime con nuestros dones. Timoteo necesitaba la guía de Pablo para recordarle que Dios le había dado dones e instarlo a seguir buscando el propósito de Dios. Yo necesitaba que mi profesora de baile marcara el ritmo y nos mostrara los movimientos de danza para que siguiera la música. Todos necesitamos mentores, maestros, compañeros creyentes y amigos que nos animen en la danza de la vida.
Se necesita valentía para salir y usar nuestros dones con poder, amor y autodisciplina. Y Dios ya nos ha dado ese valor a través del Espíritu Santo dentro de nosotras. Así que ponte tus zapatos de baile, amiga mía, es hora de bailar al son de tus dones.
Querido Dios, ayúdame a escuchar Tu voz por encima de las demás. Aviva los dones dentro de mí y dame valor para usarlos para Tu gloria. En el Nombre de Jesús, Amén.
RECOMENDAMOS
Nunca ha habido, ni habrá, nadie igual a ti. ¡Eso es un elogio para el Dios que te creó! El problema es que pocas personas descubren la identidad única que Dios les ha dado. En Tu destino divino, el autor Mark Batterson propone ayudarte a experimentar el gozo de descubrir quién eres… y la libertad de descubrir lo que no eres. La realidad maravillosa es que tus talentos y dones son tanto un regalo de Dios para ti y un regalo tuyo para Dios.
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PROFUNDICEMOS
Santiago 1:17, Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación. (NBLA)
Dios nos concede a cada una de nosotras dones espirituales (Romanos 12:6-8). Somos llamadas a usar estos talentos, pasiones y diseños únicos para Su gloria. ¿Cómo te animan los pasajes bíblicos anteriores a encender tus dones? Comparte lo que piensas en los comentarios.
© 2024 por Dorina Lazo Gilmore-Young. Todos los derechos reservados.
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