No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2 (NTV)
«Estoy cansada de estar cansada».
Las palabras salieron de mi boca como las lágrimas de mis ojos. Otra vez me encontraba aquí, en lo que se había convertido en mi estado predeterminado: cansada y desgastada.
Algo tenía que cambiar.
Si bien no podía cambiar mis circunstancias, podía controlar lo que pensaba sobre mis circunstancias. Así que decidí investigar un poco en lo más profundo de mi mente: ¿qué me estaba diciendo realmente a mí misma?
Soy una persona bastante positiva y optimista, pero mi investigación se sintió como un paseo por una casa embrujada, descubriendo un nuevo pensamiento aterrador en cada esquina.
Los días en que me despertaba pensando en la carga de trabajo interminable que me esperaba, me decía a mí misma: nunca has manejado bien el estrés, así que parece que hoy será un día horrible. ¡Felicitaciones! Luego presionaba el botón de repetición en mi alarma.
Cuando luchaba por avanzar hacia una meta, me decía: ¿qué sentido tiene? No vas a lograrlo, no tienes lo que se requiere.
Cuando me preguntaba dónde y cómo podría conocer a mi futuro esposo, me decía: a estas alturas, parece bastante imposible. ¿Es posible ser una solterona con gatos si eres alérgica?
Vaya.
No es de extrañar que no me estuviera yendo bien. Las cosas que me decía a mí misma no me ofrecían esperanza ni ayuda.
Tengo la sensación de que no estoy sola en esto.
¿Qué te estás diciendo a ti misma?
Saca tu diario, tu computadora portátil o tu teléfono y haz tu propia investigación. Observa algunos temas en lo que te dices a ti misma a diario y escríbelos, sacando a la luz tus pensamientos.
¿Por qué te dices eso a tí misma?
¿De dónde provienen tus pensamientos? ¿Una herida del pasado? ¿Una amiga? ¿Un temor? Tus experiencias y relaciones pueden influir en tus pensamientos, pero no tienen que tener la última palabra.
En su lugar, ¿qué puedes decirte a ti misma?
Romanos 12:2 dice que Dios nos hace nuevos transformando nuestra mente:
No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Podemos cambiar nuestra forma de pensar permitiendo que el Espíritu Santo renueve nuestros viejos pensamientos, reemplazandolos con pensamientos fortalecedores, útiles y llenos de verdad. Aquí hay algunos pensamientos centrados en Dios que puedes tomar prestados hoy:
- Tengo un Dios todopoderoso que quiere ayudarme y cuyo Espíritu está siempre disponible para mí, en cualquier momento y en cualquier lugar.
- Tengo una identidad en Dios que no depende de mi desempeño, logros, trabajo o estado civil.
- Tengo un Dios relacional que me ama incondicionalmente y todavía me elige incluso con mis imperfecciones.
Jesús, lo que me digo a mí misma impacta mi bienestar y la dirección general de mi vida. Transforma mi mente para que los pensamientos que tengo reflejen quién soy realmente, de quién soy y cuyo poder tengo dentro de mí. En el Nombre de Jesús, Amén.
RECOMENDAMOS
A Dios le importan tus pensamientos y emociones. Ya sea que hayas acumulado tantas emociones que podrías explotar o que te desvinculaste tanto de ellas que no sabes lo que sientes, en el libro Ordena tus emociones por Jennie Allen, encontrarás un reflejo de tu experiencia, pues la autora ha pasado por ambas etapas. Sin embargo, ella ha aprendido a escuchar lo que las emociones trataban de decirle, y descubrió una verdad que cambió todo: los sentimientos no están para ser arreglados, sino para ser sentidos. Tienen la misión de conectarnos con nosotras mismas, con los demás, y con Dios de una manera más profunda de lo que podemos imaginar.
CONÉCTATE
¿Buscas más aliento? Proverbs 31 Ministries tiene recursos bíblicos gratuitos en español que traerán esperanza y te ayudarán a navegar el día a día.
PROFUNDICEMOS
2 Corintios 10:5, Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que obedezca a Cristo. (NVI)
Tanto las Escrituras como la ciencia están de acuerdo: podemos cambiar nuestros pensamientos. ¡El hecho de que hayamos tenido los mismos pensamientos durante mucho tiempo no significa que siempre tenga que ser así! No estamos cautivas de nuestros pensamientos; ¡Tenemos el poder en Jesús, a través del Espíritu Santo, para mantener cautivos nuestros pensamientos!
¿Cuál es un pensamiento que puedes dejar de decirte a ti mismo hoy? ¡Compártelo con nosotras en los comentarios!
© 2024 por Meghan Mellinger. Todos los derechos reservados.
NUESTRAS CREENCIAS
Si la vida se siente increíblemente difícil, haz clic aquí para acceder a nuestros recursos de consejería y asesoramiento.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.