La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular. Salmo 118:22 (NVI)

Desde pequeña he conocido los hechos de la fe cristiana: Dios creó el mundo, Jesús vino al mundo, Jesús murió por los pecados del mundo y Jesús resucitó. Si creo en Él, puedo estar con Él para siempre.

Pero a medida que fui creciendo, conocí a personas que cuestionaron la verdad de lo que creía. En momentos inesperados, la duda se deslizaba por mi mente: ¿Es verdad? Algunas personas hasta me dijeron que no importaba en quién o en qué creía, lo cual me dejó perpleja.

«Siempre y cuando creas en algo, eso es lo que cuenta», me dijo una.
«Todos los caminos conducen al cielo», dijo otra.
«Tú, cree lo que quieras, y yo creeré a mi manera».

Y me pregunté más. ¿Llegaría al final de la vida solo para descubrir que nada de lo que creía acerca de Jesús era cierto? ¿Me equivoqué al pensar que sólo había una manera de llegar a Dios? ¿Por qué dijo Jesús que nadie puede venir a Dios sino a través de Él (Juan 14:6)?

Cuando otros desafiaron mi fe, anhelaba un ejemplo claro de por qué sólo Jesús salva.

En forma de una roca fue que encontré mi respuesta.

Esta roca es parte de una ilustración que Jesús mismo dio para mostrar que incluso nuestra vida cotidiana y terrenal contiene problemas que tienen una sola solución.

Según Lucas 20:17-18, en la última semana de Su vida, Jesús usó la imagen adecuada de una piedra angular para describir Su propósito e identidad únicas, citando una profecía sobre Sí mismo en el Salmo 118:22: “La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular”. En los edificios y muros antiguos los puntos fundamentales de la estructura de se utilizaban ciertas piedras únicas, diferentes de las típicas piedras rectangulares de construcción. Por ejemplo, una piedra angular podría sentar los cimientos o anclar una pared.

Así como una piedra diferente de todas las demás es la única que se adapta a la necesidad de sostener un muro o establecer un fundamento firme, sólo Jesús puede restaurar nuestro mundo a lo que Dios quiere que sea. Puede que Jesús no encaje en el molde de lo que la gente busca en un Salvador, pero como Piedra Angular, tiene un propósito específico y esencial: salvar al mundo del pecado y proveer el regalo de la vida eterna.

Cuando nos encontramos con otros que insisten en que todos los sistemas de creencias son iguales, tener una visión diferente puede resultar difícil. Se nos puede acusar de ser cerradas y de no aceptar a los demás. Podemos sufrir socialmente, o incluso físicamente, por creer que sólo hay un camino hacia la salvación. Pero estoy muy agradecida de que Jesús invite amorosamente a todas las personas a confiar en Él, y nos haya dado un ejemplo cotidiano para aclarar cómo Él es, y debe ser, el único camino para llegar a Dios.

Señor, gracias por Tu paciencia al mostrarme por qué Tu Hijo es la pieza esencial que necesito para acercarme a Ti. Dame valor para compartir ese  hermoso mensaje, incluso con aquellos que desafían mi confianza en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Juan 6:68-69, —Señor —contestó Simón Pedro—, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios. (NVI)

Pedro, uno de los apóstoles de Jesús, dio la razón por la que no estaba dispuesto a renunciar a su compromiso con Jesús. ¿Alguien ha desafiado tu fe sobre lo que Jesús vino a hacer a la tierra? ¿Qué te ayuda a mantener la fe? Comparte en los comentarios cómo podemos orar por ti.

© 2024 por Karen Wingate. Todos los derechos reservados.

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