Al instante, delante de todos, el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Lucas 5:25 (NTV)

Como me crié en una familia militar y futbolera, tenía la frase “abre paso” grabada en mi mente por todas las películas de guerra que papá veía y todos los juegos de fútbol de liga infantil y preparatoria que jugaban mis hermanos. La niña de la marina que existe en mí sabe que cuando alguien corre hacia ti y te dice “abre paso”, eso significa “¡Apártate del camino!”

A veces quiero volver a incluir ese mando cortante en mi vocabulario, pero el Espíritu Santo me recuerda ser amable y gentil.

Encontramos tanto la amabilidad como la idea de “abrir paso” en Lucas 5, en una interesante historia sobre un hombre paralítico cuyos amigos lo bajaron por el techo de una casa para llevarlo a Jesús.

“Unos hombres llegaron cargando a un paralítico en una camilla. Trataron de llevarlo dentro a donde estaba Jesús, pero no pudieron acercarse a él debido a la multitud. Entonces subieron al techo y quitaron algunas tejas. Luego bajaron al enfermo en su camilla hasta ponerlo en medio de la multitud, justo frente a Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus pecados son perdonados».” (Lucas 5:18-20, NTV)

Este hombre paralítico y sus devotos amigos literalmente abrieron paso con un agujero para llevar a su amigo al end zone (zona de anotación). ¡Sabían la misión! Vieron que no podrían entrar por métodos convencionales porque la multitud bloqueaba el camino hacia Jesús. Así que realizaron una jugada creativa a través del techo y colocaron al hombre paralítico justo enfrente de Jesús ¡por cualquier medio necesario!

Podemos sentirnos tentadas a centrarnos únicamente en la fe de los amigos en esta historia, pero no debemos subestimar la fe del hombre paralítico. Él era quien estaba en la cama siendo bajado a través de un techo. No vemos ninguna señal de que él resistiera. En cambio, podemos interpretar que cuando Jesús vio “la fe de ellos” (Lucas 5:20, NTV), esto incluía la fe del hombre en la camilla. Jesús sanó a este hombre y perdonó sus pecados, como lo hizo con otros en la Escritura basándose en su fe personal (Mateo 9:22; Mateo 9:28-29; Mateo 15:28; etc.). Debido a su fe, creo que el hombre paralítico estaba “totalmente de acuerdo” en hacer un agujero en el techo.

Este hombre quería ser sanado. Sus amigos compartieron su fe y convicción para conseguir la ayuda que necesitaba. Mira lo que sucedió cuando Jesús le dijo que recogiera su camilla y se fuera a casa:  (Lucas 5:25). No hubo demora en su obediencia. Se levantó de un salto porque creía que podía hacerlo.

Amiga, cuando se trata de llegar a Jesús, tú también puedes clamar, «¡Abre paso!» y correr hacia Él, la fuente de tu sanidad.

Padre, ayúdanos a eliminar cualquier obstáculo para llegar a Jesús, ya sea nuestra agenda, lista de pendientes, trabajo, agotamiento, falsas enseñanzas, heridas en la iglesia o algo más. Y cuando lleguemos a Él, que nuestra obediencia y sanidad sean rápidas. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Hebreos 12:1, Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. (NTV)

¿Qué tan grande es tu deseo de llegar a Jesús? ¿Cómo podrías “abrir paso” para que un amigo llegue a Él? ¿Cómo podrías pedirle a tus amigos que “abran paso” para ti?

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© 2024 por Shala W. Graham. Todos los derechos reservados.

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