Devocionales

Cuando la esperanza se siente difícil

Meghan Ryan Asbury 21 de agosto de 2024
La vida se me va en angustias y los años en lamentos; la aflicción está acabando con mis fuerzas y mis huesos se van debilitando. Salmo 31:10 (NVI)

No solemos hablar del duelo que conlleva la decepción.

El duelo no solo acompaña a una muerte física; también acompaña a la muerte de una relación o de un sueño. El duelo indica que algo no ha salido como queremos.

A menudo se espera que sigamos adelante demasiado rápido, pero en nuestro dolor, en realidad estamos más disponibles para experimentar consuelo y bondad. Aún más, estamos disponibles para experimentar la presencia de Dios.

Durante mi propio dolor pasado, las dos frases anteriores no me habrían hecho sentir mejor… al menos no de inmediato. Saber que Dios podía consolarme en mi dolor no era el problema; pues yo sabía que Él podía cambiar mi situación, pero había decidido no hacerlo. Honestamente, esto me hizo cuestionar si Él era el Dios amoroso que yo pensaba que era.

Pero Dios puede manejar nuestra honestidad.

¿Has leído uno de los salmos de David? Basta con mirar el versículo clave de hoy: “La vida se me va en angustias y los años en lamentos; la aflicción está acabando con mis fuerzas y mis huesos se van debilitando” (Salmo 31:10).

David a menudo comenzaba sus oraciones con una emoción honesta, y luego finalmente volvía sus pensamientos a lo que es verdad acerca de Dios. Cuando experimentaba angustia o se ahogaba en el temor, escribía sobre esas experiencias, y luego se recordaba a sí mismo el consuelo y la bondad de Dios. Recordaba lo que Dios ya había hecho en su vida y se aferraba a la esperanza de que Dios lo rescataría de nuevo.

Si saltamos algunos versículos podemos ver la esperanza en el Salmo 31: “Qué grande es la bondad que has reservado para los que te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección, y los bendices ante la mirada del mundo” (Salmo 31:19, NTV).

Podemos ser honestas sobre el dolor de la decepción y tener la esperanza de que Dios puede cambiarlo.

Pero luchamos por mantener esta tensión. La esperanza parece aterradora cuando nos sentimos constantemente decepcionadas. Cuando hemos experimentado pérdidas y decepciones repetidas, creer que hay algo bueno por delante parece imposible. Olvidamos que Dios se mueve fuera de nuestro marco de comprensión.

Amiga, si estás luchando hoy con la decepción, ¿puedo invitarte a que se lo lleves a Dios como lo hizo David? Empieza siendo honesta. Desahógate y dile cómo te sientes. Pero no te detengas ahí. Declara en voz alta quién es Él y lo que ha hecho en tu vida.

Atrévete a permitir que la esperanza entre.

Nuestra esperanza está en el Señor, no solo por las cosas que podemos imaginar, sino también por las cosas que están más allá de nuestros mejores sueños.

Dios, te confieso mi desilusión ahora. Vengo delante de Ti con todas las emociones, preguntas y dudas honestas que cargo. Y te pido que me muestres Quién eres. Recuérdame lo que es verdad acerca de Ti, incluso si mis circunstancias no parecen alinearse con esa verdad. Ayúdame a mantener unidas la honestidad y la esperanza. En el Nombre de Jesús, Amén.

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2 Corintios 4:18, Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. (NVI)

¿A qué desilución te enfrentas actualmente? ¿Qué dice la Biblia que es verdad sobre el carácter de Dios, incluso si estás luchando por creerlo?

¿Qué es algo en lo que tienes esperanza? ¡Compártelo con nosotras en los comentarios!

© 2024 por Meghan Ryan Asbury. Todos los derechos reservados.


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