…Jesús dijo: —Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco. Marcos 6:31 (NVI)
Mientras estaba conduciendo por la carretera, me invadió el pánico; me di cuenta de que me faltaban cinco millas para que me quedara sin gasolina.
Quedándome casi sin combustible, me arrimé a la estación de gasolina más cercana, reflexionando sobre la semejanza entre mi alma y mi tanque de gasolina, los dos con la necesidad de ser reabastecidos. La vida se movía a una velocidad veloz, dejándome emocionalmente agotada, y yo no había reducido el ritmo de la vida para poder recuperarme.
Exhausta por mi lista de tareas creciente, anhelé momentos de descanso para recargar mi alma con la paz y el gozo que solo Dios podía proveer. Inicialmente, me convencí de que encontraría tiempo más tarde ese día, una vez preparara la cena y lavara la ropa, o sino la mañana siguiente. Sin embargo, seguí poniendo excusas, y enfocándome en otras cosas.
¿Pones excusas sobre por qué no has pasado tiempo con Dios? ¿Te preguntas por qué tu relación con Él está “baja en combustible” y el descanso parece inexistente? No estás sola, amiga.
Vivimos en un mundo donde el ajetreo y las excusas son comunes y el tiempo devocional con Dios parece opcional. Si no tenemos cuidado, las exigencias de la vida pueden causar que nos aceleremos a un ritmo insostenible que drena nuestros sentidos. Priorizar el descanso es esencial para avivar nuestras almas.
Aun Jesús, quién era completamente Dios y completamente hombre, acogió el descanso (Lucas 5:16, Mateo 8:24). Y así como nuestro Salvador recibió el descanso con los brazos abiertos, nosotras también lo necesitamos para recargarnos y reforzar nuestro bienestar. El descanso nos permite aparecer como la mejor versión de nosotras mismas, al servicio de Dios y de los demás.
En Marcos 6, Jesús envió a Sus discípulos a una tarea ministerial. Después de completarlo, predicando, sanando a personas y difundiendo el evangelio, los discípulos regresaron a casa emocional, física y espiritualmente agotados.
Jesús, la fuente principal del descanso, dijo: “—Vengan conmigo ustedes solos a un lugar tranquilo y descansen un poco” (Marcos 6:31).
La petición de Jesús no fue casual sino un mandato de priorizar el reabastecimiento espiritual y el cuidado del alma, sin espacio para excusas. Él nos dice que hagamos lo mismo en nuestras asignaciones como esposas, madres, amigas y más dentro de nuestros espacios de influencia.
Muchas veces, pasamos por nuestros días sin esfuerzo y tratamos de sustentarnos con tareas que nunca fueron designadas para satisfacernos, y luego nos preguntamos por qué no experimentamos una vida abundante. A veces el vacío de nuestras almas nos indica la necesidad de pasar tiempo devocional en la presencia de Jesús, nuestro verdadero Sustentador. Su presencia es el lugar donde fluye la gracia y se alivian las presiones de la vida.
Descansar en Jesús mejora nuestro día. Podemos comenzar dando un pequeño paso, como despertarnos 30 minutos más temprano para orar o caminar 15 minutos afuera para apreciar Su creación. El resultado es el mismo: Él restaura el gozo y la paz que pensamos que estaban perdidos.
A Jesús le encanta llenar nuestro vacío con Su presencia.
Querido Dios, en los días cuando mi vida ha vaciado mis reservas de paz, gozo y descanso, llena mi corazón con Tu Verdad. Ayúdame a reevaluar mi agenda y estar disponible para Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Eclesiastés 7:8, Mejor es el fin de un asunto que su comienzo; Mejor es la paciencia de espíritu que la arrogancia de espíritu. (NBLA)
¿Cuándo puedes dedicar tiempo para Jesús hoy? ¿Hay algo que puedes eliminar de tu agenda apretada para darte unos minutos de descanso y tiempo devocional con Él? ¡Comparte tus pensamientos con nosotras en los comentarios!
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