Y a Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros… Efesios 3:20 (NBLA)

En 2020, me mudé al otro lado del país a una ciudad que nunca había visitado. Estaba en medio de un divorcio y descubrí poco tiempo después que estaba embarazada… embarazada de seis meses.

Mientras navegaba por las dificultades de la vida con mi nuevo título de “madre soltera divorciada”, muchos de mis miedos profundamente arraigados comenzaron a salir a la superficie. ¿Seré suficiente o tendré suficiente? Mis oraciones a Dios consistían en peticiones para que se cumplieran mis necesidades básicas, con un mensaje subyacente de: «no tengo capacidad para enfrentar más de lo que puedo manejar con mis propias fuerzas en este momento, así que por favor guárdate todo lo adicional para Ti mismo».

No me di cuenta de lo debilitante que era esto para mi capacidad de caminar en la plenitud que Dios tenía para mí… hasta que Él comenzó a hablarme a través de Efesios 3:20. Este pasaje promete que Dios proveerá abundantemente si nos rendimos completamente a Su plan, estamos dispuestas a confiar en Su fuerza y permitimos que Él nos use para Su propósito.

Y a Aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros… (Efesios 3:20)

Una mañana durante mi tiempo de oración, sentí que Dios recalcó esto en mi corazón:

«Has estado pidiendo lo mínimo para salir adelante. ¿Por qué no crees para más ni oras por abundancia para dar a otros? ¿No quieres ser un recipiente para que Yo fluya a través de ti? ¿No confías en que Yo te lo proporcionaré?»

Bajo convicción, caí de rodillas, llorando y suplicando al Señor perdón por mi egocentrismo.

Había sido más fácil limitar mis creencias acerca de lo que Dios podía hacer, pensando que podría predecir con precisión el futuro… que salir de mi zona de confort y pedir en fe, arriesgándome nuevamente al dolor de la decepción. El consuelo de sentirme en control, viviendo en mi profecía autocumplida de no tener o no ser suficiente, me pareció mucho más fácil que caminar por fe, y viviendo con tal audacia que no podía haber explicación lógica para los acontecimientos que se desarrollaban en mi vida excepto que Dios tenía el control.

¿Alguna vez te has sentido de esta manera?

Atreverse a pedir y confiar en Dios por muchísimo más resultará en circunstancias más allá de lo que puedas imaginar. Mi testimonio es la confirmación de esto. Cuando menos me lo esperé, Dios reconcilió mi relación con el padre de mi hijo, y justo tres años después de que nuestro divorcio fuera finalizado, nos volvimos a casar. ¡Y ahora estamos esperando una hermosa niña!

Mi desafío para ti hoy, amiga, es contar todas las veces que has experimentado la provisión fiel de Dios en el pasado, ¡y pedirle que te revele si el miedo a la decepción te impide pedir y recibir la abundancia que Él tiene para ti!

Padre, ayúdame a creer que Tus planes para mí son mejores de los que puedo imaginar. Gracias por Tu provisión abundante en la que puedo confiar, a pesar de mis circunstancias. Por favor dame fuerza y valentía para caminar en la plenitud que tienes para mí. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Juan 10:10, El ladrón solo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. (NBLA)

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© 2024 por Sarah Grace Hallas. Todos los derechos reservados.

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