Entonces pondré sobre ellas un solo pastor que las apacentará: Mi siervo David. Él las apacentará y será su pastor. Ezequiel 34:23 (NBLA)
Una cosa es cuando un amiga quebranta tu confianza. Otra cosa es cuando una organización entera o un grupo de líderes que admiras.
Tengo una amiga que fue criada en una secta. Ella ha compartido muchas historias conmigo sobre todo lo que sufrió a manos de líderes que debieron haberla cuidado, guiado con la verdad bíblica y pastoreado su corazón.
Sin embargo, sus líderes abusaron del poder y le hicieron daño a muchas personas.
Imagino que puedes identificarte de alguna manera. Es probable que tú también tengas historias dolorosas de personas que pudieron y debieron haber pastoreado tu corazón de mejores maneras.
Descubrimos que este es el asunto al que Dios se dirige por medio del profeta Ezequiel en el versículo clave de hoy. Los líderes que fueron llamados a pastorear la gente de Dios con mucho cuidado, resultaron solo preocuparse de ellos mismos. En vez de ser bien cuidados, los hijos de Dios quedaron enfermizos y dispersos. En vez de ser protegidos, fueron perseguidos (Ezequiel 34:2-8).
Afortunadamente, Dios no sólo les prometió que la justicia vendría a los pastores malos. También les ofreció la esperanza de un Pastor mejor: “Entonces pondré sobre ellas un solo pastor que las apacentará: Mi siervo David. Él las apacentará y será su pastor” (Ezequiel 34:23).
Esta es la misma esperanza a la que Dios nos dirige hoy — ¡Jesús es el Buen Pastor!
Y me encanta cómo Jesús mismo explica por qué podemos confiar en Él:
- Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas (Juan 10:11, NBLA).
Cuando parece que los pastores terrenales se han aprovechado de nosotras, podemos recordar que el Buen Pastor sacrificó Su vida voluntariamente para nosotras.
El sistema sacrificial del Antiguo Testamento exigia que la gente sacrificara ovejas para cubrir el pecado, pero Jesús decidió a cambiar todo: Él se hizo el Cordero y se hizo cargo de nuestros pecados. Nuestro Pastor cambió lugar con nosotras.
Amiga, si has sido herida por un líder, todavía puedes restaurar tu confianza en Jesús, el Dios que te ama y dio Su vida por ti. Pídele a Jesús que te guíe y te pastoree a un lugar donde comiences a confiar en Él otra vez.
- Yo soy el buen pastor, y conozco Mis ovejas y ellas me conocen (Juan 10:14, NBLA).
Cuando pareciera que los pastores terrenales han sido negligentes con nosotras, podemos recordar que el Buen Pastor nos conoce íntimamente.
La palabra griega para el verbo “conocer” en Juan 10:14 es ginṓskō, que significa “reconocer, percibir.” Esta definición representa mucho más que “un conocimiento racional” y hechos. Más bien se trata de un conocimiento de corazón. Al igual que una madre que conoce el llanto de su hijo, o las mejores amigas que saben cómo terminar nuestras frases, es profundo e íntimo. Y nos declara que podemos ser realmente vistas, y sentirnos seguras y protegidas en Su amor.
Quizás te sientas como si estuvieras vagando en este mundo sin pastor, sin nadie que te guíe o invierta tiempo en ti. Quizás tengas miedo de confiar en Dios o en alguien más. Por favor cree que Jesús quiere ser tu Buen Pastor. Un Pastor que demostró Su amor al dar Su vida por ti, que quiere conocerte y ser conocido por ti y que quiere guiarte por esta vida a la eternidad con Él.
Querido Dios, quiero que la verdad de quien eres y lo que has hecho por mi refresque mi corazón hoy. Quiero dejar que llene en las partes más profundas y sagradas de mi corazón. Tú eres mi Pastor y mi Salvador, mi Rescatador y el Restaurador de mi alma. Has demostrado que eres digno de mi confianza y mi adoración, y quiero seguirte con todo mi corazón todos los días. En el Nombre de Jesús, Amén.
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