Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Filipenses 4:4 (NVI)

He estado buscando la alegría toda la semana.

Mi hijo mayor, Josiah, se fue a la universidad hace poco, y siento profundamente su ausencia. Está viviendo su vida, dando su próximo paso. En mi mente, sé que debería estar alegrándome. Pero mi corazón está luchando para hacerlo. Es como si una parte de mí se hubiera mudado a la misma vez que él. Y me está costando encontrar la alegría.

Aun así, las Escrituras dicen: “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!” (Filipenses 4:4).

Se siente irónico, tal vez hasta un poco hipócrita, animarte a regocijarte cuando regocijarme es lo que me está costando hacer. Pero tal vez Dios, en Su misericordia, me tiene en medio de esta lucha en este momento porque tú también podrías estar en medio de una similar. Tal vez tengas problemas para alegrarte en alguna circunstancia: un diagnóstico, una dificultad, una relación. Espero que podamos caminar cuidadosamente a través de este versículo, sabiendo que la alegría a veces puede parecer inalcanzable.

Estoy de acuerdo con el versículo en mi mente (¡tengo tantas razones para alegrarme en el Señor!);  sin embargo, en mi corazón, me siento confrontada. ¿Puedo alegrarme? ¿Puedo decir este versículo con verdadera honestidad?

Déjame ser clara: deseo la alegría profunda. No estoy segura de cómo llegar a ese punto, ¡pero estoy dispuesta a intentarlo!

Lo primero que hago es ser honesta con Dios acerca de esta lucha y luchar por el gozo con la Verdad de Dios. Esta es mi estrategia:

1. Confieso mi incapacidad y falta de voluntad para alegrarme.
2. Le pido a Dios que me ayude a encontrar mi gozo en Él.
3. Me predico Filipenses 4:4 a mí misma, todo el día. Cuando las olas de tristeza me invaden, cuando alguien me pregunta si extraño a Josiah o cómo estoy, cuando mi corazón doliente se hincha hasta reventar, digo estas palabras a mi alma: “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!”.

Y ¿sabes qué?: está ayudando. Significativamente.

Dios siempre es fiel para encontrarse conmigo en Su Palabra. Las Escrituras hablan Sus palabras verdaderas que necesito cuando las cosas se ponen difíciles, cuando no siento gozo, cuando me siento ansiosa por mis circunstancias o cuando simplemente necesito dirección. Es por eso que sigo memorizando Sus palabras: son para mí. Ahora mismo y siempre. Espero que a medida que las memorices, te des cuenta de que Sus palabras también son para ti.

Ya sea que te sientas completamente vacía o que tu corazón ya esté lleno de alegría, ¿te unirás a mí en la búsqueda de la alegría? Descubramos el corazón de Dios para nosotras en Filipenses 4:4 y movamos nuestro medidor de gozo en la dirección correcta. ¡Eso es lo que quiero! ¿Y tú?

Dios, anhelo alegrarme en Ti y rebosar de la alegría profunda que proviene de Ti. Abre mis ojos para ver todo lo que Tú quieres enseñarme. Renueva mi mente con Tu Verdad. Desborda mi corazón de una alegría contagiosa. Te alabo y te agradezco que este sea Tu corazón para mí y que me ayudes en este recorrido. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Salmo 118:24, Este es el día que hizo el SEÑOR; regocijémonos y alegrémonos en él. (NVI)

El apóstol Pablo, escritor de Filipenses, les dijo a sus lectores que siempre se alegraran en el Señor. ¿Cuándo es fácil para ti alegrarte? ¿Cuándo te es difícil alegrarte?

¿Dónde te encuentras en este momento en seguir el mandamiento de alegrarte siempre en el Señor? Compártelo con nosotras dejando un comentario aquí.

© 2024 por Natalie Abbott. Todos los derechos reservados.

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