Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. Juan 16:33 (NVI)

Lo que más me perturba es cuando no tengo certezas sobre el futuro. Y sospecho que tú también puedes estar enfrentando circunstancias que te han tomado por sorpresa y dejado insegura acerca de lo que depara el mañana.

Tal vez estás en un empleo donde no te sientas realizada, y crees que Dios te está conduciendo hacia otro lugar, pero Él aún no te ha revelado cuál es el siguiente paso. Así que, por ahora, ingresas a la oficina todos los días, brindando lo mejor de ti, pero tu corazón se siente desconectado de tu llamado verdadero.

O tal vez has estado presenciando cómo todos en tu vida encuentran el amor, caminan hacia el altar e inician la vida que tú habías soñado. O ves las familias de otros crecer mientras tú estás atascada en una travesía por la infertilidad. O ves a personas que se van a disfrutar de aquellas vacaciones para las que has estado ahorrando por meses.

Sea cual fuere tu situación, probablemente te sientas incapaz de cambiarla, pero aún tienes que sobrevivir a la realidad de lo que está sucediendo ahora mismo. Sé cómo se siente.

Esto tampoco es una sorpresa para Dios; de hecho, Él especifica claramente en Su Palabra que las cosas no siempre saldrán como deseáramos en esta vida.

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo (Juan 16:33).

El detalle crucial para que tengamos paz en medio de todos las incertidumbres que estamos enfrentando es permanecer cerca de Dios. Desearía poder prometerte que todo va a resultar como esperas que sea. Evidentemente no puedo.

Pero lo que sí puedo prometerte es esto: Dios está cerca de nosotras inclusive en nuestros “no sé”.

Dios tiene lecciones que enseñarnos en medio de nuestros momentos de incertidumbre que son eternamente importantes. Dios quiere prepararnos para que podamos desarrollar una fortaleza que Él tiene en mente para nosotras, y el campo de entrenamiento se encuentra aquí en la incertidumbre.

Este tiempo no es un desperdicio, y no es infructuoso cuando estamos caminando con Dios.

Mi amiga Jenny ha sufrido a causa de muchas circunstancias injustas. Ella decidió unirse a un grupo de apoyo junto a otras que han atravesado cosas similares. En sus encuentros, ellas se ponen al día respecto a las novedades que están sucediendo en sus vidas. Cada semana, ella oye las luchas y victorias de las mujeres de su grupo. Claro que ella celebra con cada persona que experimenta la respuesta a sus oraciones. Jenny es muy madura en su fe, y ella es una de las personas más agraciadas que conozco. Pero a veces es difícil oír cómo Dios responde las oraciones de otra gente mientras ella aún está enfrentando la confusión y las realidades desgarradoras de cada día.

Mientras ella oraba por ello y lo atravesaba guerreando, un día tuvo una epifanía. Ella expresó en voz alta una oración que trajo mucho consuelo a su corazón. Cuando ella me contaba cómo hoy sobrelleva de mejor manera las celebraciones de otras personas mientras ella sigue sufriendo, sabía que esto también traería un cambio radical en mi perspectiva.

Jenny dijo, «El camino de ellas para ver la gloria de Dios es diferente al mío».

Guau.

Amiga, todas estamos en nuestro propio camino. Dios está con nosotras. Dios está de nuestra parte. Realmente se puede confiar en Dios. Cómo Él nos guía y hacia dónde nos guía siempre será todo un misterio. Pero lo que no debe ser misterioso es esto: veremos la gloria de Dios de este lado de la eternidad o bien del otro lado. Su gloria no será burlada ni negada, más será presenciada por aquellos que le han entregado sus corazones a Él. Solo que puede que nos toque distintos senderos para poder verlo. Oro para que esto te sea tan útil como lo ha sido para mí.

Padre Celestial, incluso cuando me enfrente con lo que se sienta injusto en mi vida y relaciones, yo sé que puedo contar con Tu carácter que nunca cambia. Tu justicia y misericordia me reconfortan. Gracias por vencer las tinieblas, el pecado y la desesperanza que veo a mi alrededor. Tú estás obrando y corregirás todos los males. Ayúdame a entregarte a Ti todas las cosas que jamás debí llevarlas. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Mateo 6:33, Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas. (NVI)

Mientras enfrentas circunstancias perturbadoras, ¿cómo podrías avanzar un paso hacia el buscar primeramente el Reino de Dios y Su justicia?

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