Devocionales

Pero, Señor, no quiero plantar un huerto aquí

Tracie Miles

21 de Enero de 2025

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Así dice el SEÑOR de los Ejércitos, el Dios de Israel, a todos los que envié al exilio de Jerusalén a Babilonia: «Construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto. Jeremías 29:4-5 (NVI)

En momentos de dificultad o a la hora de enfrentarme a cambios difíciles, me he encontrado luchando para entender los planes de Dios.

Durante épocas en las que no me quiero asentar o no quiero aceptar, mis deseos muchas veces no se alinean con los planes de Dios. Clamo por ser rescatada, esperando que Él se abalance y me saque de mi situación de incomodidad; pero a veces Su respuesta es, Quédate donde estás. Construye casas, planta jardines, y vive tu vida.

Jeremías 29:4 retrata esta instrucción sorprendente que se dio al pueblo de Dios en el exilio. Tomados de su tierra natal y llevados a Babilonia, el pueblo de Judá anhelaba volver rápidamente a Jerusalén. Querían ser rescatados, que Dios les librara de su cautiverio y que les restaurara a sus vidas anteriores. Pero en vez de una liberación inmediata, el mensaje de Dios a través del profeta Jeremías fue echar raíces en el mismísimo lugar del que querían escapar.

Así dice el SEÑOR de los Ejércitos, el Dios de Israel, a todos los que envié al exilio de Jerusalén a Babilonia: «Construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto (Jeremías 29:4-5),

No es difícil imaginar su frustración y su desesperación. Pero, Señor, no queremos plantar jardines ni construir casas aquí. No pertenecemos a este lugar. Éste no es nuestro hogar. ¡Arregla esto, Señor!

Sin embargo la instrucción de Dios era clara: Él tenía un propósito para los israelitas en Babilonia. Ellos querían escuchar Sus planes de ayuda inmediata, pero en su lugar escucharon que la estancia no iba a ser corta. De modo que les animó a aceptar el presente en lugar de malgastar sus días anhelando el pasado o soñando con un futuro lejano.

Este pasaje desafía nuestra perspectiva sobre los momentos difíciles en la vida. A menudo suplicamos a Dios para que cambie nuestras circunstancias, o elimine nuestro dolor, lucha o incomodidad. Pero a veces la respuesta de Dios no es cambiar nuestra situación sino cambiarnos a nosotras en medio de ella. Él nos invita a construir y a plantar, a crear y amar la vida en el mismísimo lugar donde no queremos estar.

Quizás te sientas fuera de lugar en estos momentos, anhelando que Dios cambie tu situación. Es natural querer huir de las dificultades y de la incomodidad. ¿Pero, y si Dios te está diciendo que te quedes y “plantes un huerto” justo donde estás ahora? ¿Y si Él está cultivando algo en ti que requiere de tiempo, paciencia y perseverancia verdaderos para dar lugar al crecimiento?

Resiste el impulso de simplemente aguantar. En su lugar, pide a Dios cómo puedes invertir en la temporada en la que Él te tiene, y confía en que Él tiene un plan incluso mientras esperas.

Él te tiene, y tú puedes con esto. Ahora, ve y planta ese huerto.

Señor, la vida ha cambiado, y se hace difícil. Por favor dame paz, la capacidad de abrazar el lugar donde Tú me tienes, y el valor de vivir plenamente, confiando en Tus planes para mí y en Tu soberanía sobre todas las cosas. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Salmo 6:9, El SEÑOR ha escuchado mis ruegos; el SEÑOR ha tomado en cuenta mi oración. (NVI)

¿Dónde puede estar Dios pidiéndote que plantes un huerto hoy? ¡Nos encantaría saber de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

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