Devocionales

¿Quieres ser sano?

Lysa TerKeurst
President and Chief Visionary Officer of Proverbs 31 Ministries

18 de Marzo de 2025

This devotion is available in English
Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo: «¿Quieres ser sano?» Juan 5:6 (NBLA)

Hace unos años, llegué a una cita con mi terapeuta, Jim, pensando que hubiera preferido cancelarla.

Había muchas cosas que se sentían inestables en mi vida. Me sentí completamente desmotivada para hablar y demasiado motivada para llorar.

«Lysa, ¿quieres sanar de esto?», preguntó.

¡Por supuesto! Pero, ¿cómo podría empezar a sanar cuando había tantas cosas sin resolver en mi vida?

Pensé que aquellos que hicieron cosas malas se darían cuenta de que estaban equivocados. Y entonces seguramente pedirían disculpas y tratarían de arreglar las cosas entre nosotros. Entonces consideraría el perdón. Y entonces posiblemente podría sanar.

Pero a medida que Jim seguía hablando, comencé a darme cuenta de que tal vez nunca sentiría que las cosas eran justas. Incluso si las personas que me lastimaron de repente se arrepintieran y reconocieran todo lo que habían hecho, eso no cambiaría el pasado. Eso no me sanaría instantáneamente ni haría que nada de esto se sintiera bien. Por lo tanto, tuve que separar mi sanidad de sus elecciones. Mi capacidad para sanar no puede depender de las decisiones de nadie más que de las mías.

Me recordó algo que aprendí durante un viaje a la Tierra Santa, cuando mi guía me enseñó sobre los dos milagros de sanidad que Jesús realizó en Jerusalén. La primera fue una sanidad en el estanque de Betesda.

En Juan 5, leemos acerca de un hombre que no podía caminar. “Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo: «¿Quieres ser sano?»” (Juan 5:6). La respuesta del hombre fue sorprendente. Le dio a Jesús una excusa basada en el hecho de que nadie lo ayudaba. ¿No es asombroso que el hombre estuviera tan concentrado en lo que los demás necesitaban hacer que casi pierde lo que Jesús podía hacer?

Jesús le indicó que se levantara, tomara su camilla y caminara, y “Al instante el hombre quedó sano” (Juan 5:9, NBLA). La sanidad no involucró a nadie más que al hombre y a Jesús.

El otro milagro de sanidad se encuentra en Juan 9 y se enfoca en un hombre ciego. En esta historia, los discípulos querían saber qué acciones causaron la ceguera del hombre. Seguramente alguien tuvo la culpa.

Pero Jesús dijo: “esto sucedió para que la obra de Dios se hiciera evidente en su vida.” (Juan 9:3, NVI). Entonces Jesús escupió en el suelo, mezcló un poco de barro, lo untó en los ojos del ciego y le ordenó que fuera a lavarse al estanque de Siloé. Observa que Jesús no hizo que la sanidad estuviera condicionada a que otras personas hicieran o poseyeran algo.

Jesús dio la instrucción. El ciego obedeció. Jesús sanó. El hombre siguió adelante.

Mi guía en Jerusalén dijo: «Uno de estos milagros nos muestra una nueva manera de caminar, y el otro nos muestra una nueva manera de ver». No pude agarrar mi cuaderno lo suficientemente rápido para escribir esta revelación.

Avanzar y ver más allá de nuestra oscuridad actual es entre nosotras y el Señor. No tenemos que esperar a que los demás hagan algo. Simplemente debemos obedecer lo que Dios nos está pidiendo en el momento. Dios nos ha dado una nueva manera de caminar. Y Dios nos ha dado una nueva manera de ver.

Mi sanidad es mi elección. ¿Y tu sanidad? Es con compasión inmensa que digo que tu sanidad también es tu elección. Sé lo increíblemente difícil que es todo esto. Pero podemos sanar. Podemos perdonar. Podemos confiar en Dios. Y ninguna de esas realidades hermosas puede ser retenida como rehén por otra persona.

Señor, gracias por invitarme a ver y caminar de una manera nueva y sana hoy. El perdón y la sanidad pueden parecer increíblemente difíciles de elegir, pero sé que Tú me das la fuerza para caminar a través de estos procesos. Gracias por hacerme más como Tú. En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

Nuestro Dios nos lleva en el camino de la sanidad. Para experimentar Su sanidad, empecemos un nuevo ritmo para los días en que la vida nos parece demasiado dura: la práctica diaria de recibir y soltar. En su devocional Lo vas a lograr, Lysa TerKeurst te ayuda a recibir el aliento, la instrucción y la verdad de Dios para empezar el día, y soltar a Dios todo lo que te agobia al final de cada jornada. Esto te ayudará a permanecer conectada con Dios y seguir amando a Él en medio de circunstancias desalentadoras o incluso devastadoras.

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PROFUNDICEMOS

Salmo 147:3, sana a los de corazón quebrantado y venda sus heridas. (NVI)

¿Alguna vez te has encontrado atascada en algún lugar en el que crees que tu capacidad para sanar depende de otras personas y de sus elecciones? ¿Qué esperanza encuentras en el devocional de hoy?

¡Nos encantaría saber de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2025 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.


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