Devocionales

El principio y el fin

Carole Holiday

9 de Abril de 2025

This devotion is available in English
«Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso». Apocalipsis 1:8 (NVI)

Mi amigo enseña inglés en la escuela secundaria. Así que cuando se acercaba su cumpleaños, pensé que sería divertido hacerle una tarjeta con las primeras líneas de novelas famosas. ¿Por qué debería sorprenderme, entonces, cuando él respondió hábilmente con una tarjeta de cumpleaños para mí que incluía las últimas líneas de novelas famosas?

La primera y la última. Se nos quedan grabados en la mente, ¿verdad?

Quizás Dios sabía que también se quedarían en nuestros corazones.

En Apocalipsis 1:8, el Señor Dios anuncia que Él es el primero y el último: “«Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso»”.

Tanto el principio como el final. Los sujetalibros divinos del universo. Alfa es la primera letra del alfabeto griego y Omega es la última letra, entonces nuestro versículo clave encapsula la naturaleza eterna de Dios con un solo plumazo.

La historia de Dios, tal como se cuenta en la Biblia, es variada, compleja y difícil a veces. (Mmmm … suena como nuestras vidas). Pero en ambos extremos del tumulto se sientan el Alfa y la Omega, anclando la promesa de que lo que Él ha comenzado, lo completará. Su historia tiene bloques de salida y una línea de meta. Termina con una exclamación sobre la que podemos plantar nuestra bandera de fe, un recordatorio de Su título soberano: “el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8).

Cuando la vida se siente incierta y tormentosa, me recuerdo a mí misma que estoy viviendo en un volumen de una historia muy larga. La injusticia, la angustia o el dolor que estoy soportando, atado a lágrimas y esfuerzo, tiene un final.

Y tú, amiga, que vives en un guión que no querías ni imaginabas, puedes contar con un final escrito por el Todopoderoso, que terminará la historia con justicia y enjugando tus lágrimas (Apocalipsis 21:4).

Cuando me siento deprimida o triste, trato de encontrar algo que anhelar… el cumpleaños de un nieto, la visita de una amiga, un día lluvioso para hervir a fuego lento esa sopa deliciosa con la que he estado soñando. Es bueno anticipar algo que me haga sonreír.

Dios quiere que también anticipemos lo bueno que está por venir. Creo que ese es el objetivo de Apocalipsis, este último libro de la Biblia, increíblemente dinámico.

Lean conmigo, de nuevo, la última parte de Apocalipsis 1:8: el apóstol Juan, el autor, escribió una descripción de Dios como “el que… ha de venir”. Nuestro anhelado y santo Padre nos recuerda que hay más en el horizonte.

Aquel que ha de venir es lo que podemos anhelar. Él es a quien podemos anhelar, anticipando que con un movimiento de Su mano, el mundo se enderezará.

Padre celestial, recuérdame que mi historia no ha terminado. Veo muy poco de ella. Pero Tú conoces toda la historia y cómo terminará. Recuérdame que un día, todo se restaurará. Te entrego todo esto a Ti, en Tu trono santo. Tú eres eterno, el Alfa y la Omega. En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

Al leerla cronológicamente, podemos mejorar nuestro entendimiento de la gran narrativa de las Escrituras. La Biblia Cronológica Día por Día RVR 1960 nos da esta oportunidad, organizando el texto de manera completa en un plan de lectura cronológico con lecturas diarias. En este plan, los libros, capítulos, y versículos de la Biblia están ubicados cuidadosamente para que quien la lea pueda seguir la historia de la Escritura a diario, desde el principio hasta el final, entendiendo el fluir de los eventos y cómo se aplican a cada día. 

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PROFUNDICEMOS

Apocalipsis 1:3, ¡Dios bendiga a quien lea en público este mensaje! ¡Y bendiga también a los que lo escuchen y lo obedezcan! ¡Ya viene el día en que Dios cumplirá todo lo que se anuncia en este libro! (TLA)

Apocalipsis 22:7, «Miren, ¡yo vengo pronto! Benditos son los que obedecen las palabras de la profecía que están escritas en este libro». (NTV)

Juan estaba exiliado en la isla de Patmos mientras escribía estos versículos. Probablemente entendió la soledad y el aislamiento, pero pudo asegurarnos de la venida de Dios y de las bendiciones que acompañarán Su regreso.

Juan declara que Dios es intencional en Sus bendiciones para nosotras. ¿Cómo bendecimos a los demás a la luz de Su promesa de bendecirnos? ¡Comparte tus pensamientos en los comentarios!

© 2025 por Carole Holiday. Todos los derechos reservados.


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