La voluntad de Dios para ti no es una prueba de opción múltiple

Estaba perdida y en medio de un lago. Soltando el acelerador, dejé que la moto acuática se detuviera y miré las islas a mi alrededor. El problema era que todas parecían iguales. Pronunciando una oración y adivinando lo mejor que pude sobre la ubicación de nuestro muelle, me dirigí a la izquierda.

Segundos después, escuché una voz detrás de mí. Desde el asiento del pasajero, mi hijo adolescente dijo: «¿Adónde vas? Tienes que ir a la derecha». En ese momento me di cuenta de que él era mejor navegante que yo en el lago abierto. Entramos en la zona privada varios minutos después y suspiré aliviada.

Reflexionar sobre esta experiencia me recuerda etapas de la vida en las que me sentí perdida y me preguntaba qué camino tomar. Anhelaba que Dios me diera una señal que me dijera que iba en la dirección correcta. Imaginé la voluntad de Dios como una prueba de opción múltiple: si no elegía la respuesta correcta, terminaría en un caos irreparable.

Pero a medida que aprendí más acerca de Dios a través de Su Palabra, descubrí que Él está a mi favor. Y cuando alguien está de tu lado, quiere que prosperes.

En el versículo bíblico clave de hoy, Jesús acababa de darles a Sus discípulos algunas noticias confusas. No sólo iba a morir, resucitar e ir al cielo, sino que más tarde regresaría para llevarlos Consigo. Les dijo que les prepararía un lugar y que sabrían cómo llegar allí. Pero comprensiblemente, Tomás dijo: “—Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?” (Juan 14:5, NVI).

Parece una pregunta bastante lógica, ¿verdad? Como muchas de nosotras, Tomás quería un camino claro. Dios, solo dame un mapa de ruta para llegar allí y ¡estaremos bien! Las instrucciones específicas nos hacen sentir seguras, como si el resultado estuviera garantizado. Pero amigas, Jesús es nuestra garantía.

Jesús confrontó la creencia limitante de Tomás con una simple declaración: “—Yo soy el camino…” (Juan 14:6a, NVI). El camino no se encuentra eligiendo A, B o C. Jesús mismo lo es. Él es el camino que anhelamos.

Al renunciar a nuestra necesidad de un mapa de ruta, encontramos libertad en Aquel que tiene todos nuestros mañanas en Su mano.

¿Cómo sería rendirnos? Podría ser cambiar nuestras respuestas en blanco y negro por conocimiento del carácter de Dios y Su Palabra. Podría ser dejar de lado nuestra necesidad de otra señal y, en cambio, confiar en la dirección que Él nos ha dado.

Amiga, Jesús dice que Sus ovejas conocen Su voz (Juan 10:27-28). Apropiemonos de esta verdad y vivamos como hijas que la conocen.

Dios, gracias por mostrarnos quién eres a través de Tu Palabra. Gracias porque Tu Espíritu nos ayuda a tomar buenas decisiones. Cuando no estemos seguras de qué camino tomar, danos confianza en nuestra capacidad de escuchar Tu voz. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Santiago 1:5, Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (NBLA)

¿Cuándo has visualizado la voluntad de Dios como una prueba de opción múltiple? ¿Cómo crees que afectó tu confianza a la hora de tomar decisiones? Comparte con nosotras en los comentarios.

© 2025 por Abby McDonald. Todos los derechos reservados.

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