¿Muchas responsabilidades, corazón cansado?

Cuando recuestas tu cabeza en la almohada por la noche, ¿qué pasa por tu mente? ¿Es una gratitud tranquila por un día abundante? ¿O es una lista interminable de tareas pendientes, de lo que hiciste o dejaste de hacer?

Si eres como yo, te encuentras (más veces de las que quisieras admitir) con la cabeza  apoyada, con el corazón cansado pero acelerado, pensando en lo que no lograste hacer hoy y lo que necesitas hacer mañana.

Muchas personas me dicen que tengo demasiado entre las manos. Cuando tengo apenas un pequeño espacio libre en mi vida, de inmediato lo lleno con otro proyecto, persona o pasión. ¿Quizás eso también te suena familiar?

El mundo nos dice que debemos ser mamás presentes y mujeres enfocadas en nuestras profesiones (con un emprendimiento adicional, por supuesto), tener amistades sólidas, salir con nuestra pareja, comer saludable, hacer ejercicio, pasar tiempo con el Señor, practicar un pasatiempo, hornear masa madre, llamar a nuestra mamá, viajar a Europa y tejer nuestra ropa (está bien, tal vez yo añadí el último). La lista de lo que “deberíamos” estar haciendo es larga, agotadora y abrumadora.

Pero Jesús no nos llama a una vida de esfuerzo constante, agendas y estrés. Él nos llama a una vida de descanso para el alma:

»Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y HALLARÁN DESCANSO PARA SUS ALMAS. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera» (Mateo 11:28-30).

Yo tengo bien cubierta la parte del trabajo, el agobio y la necesidad de descanso, pero con mucha frecuencia olvido Su mansedumbre y humildad. La humildad es una actitud de accesibilidad y cercanía. Él es un Dios accesible y cercano.

No estamos hechas para llevar el peso del mundo sobre nuestros hombros. Como mujeres, muchas veces lo hacemos (o lo intentamos). Pero Jesús, en esencia, nos dice: «Oye, ven aquí. Déjame cargar eso. Déjame llevar el peso del mundo para que tú puedas vivir libre».

Esto no significa que no debamos vivir nuestro llamado obedientemente. Pero cuando descansamos nuestra alma en la presencia de Dios, entonces somos libres para correr con fuerza hacia aquello para lo que Él nos ha llamado. Ambas cosas van de la mano.

Hoy, trae tu lista de pendientes, tu estrés y tu agenda a los pies de nuestro Rey humilde… y toma a cambio el descanso para tu alma.

Jesús, te he estado tratando como a un Dios lejano que no puede (o no le importa) lidiar con mis problemas y proyectos. Pero hoy, los pongo a Tus pies. Te los entrego, sabiendo que están mejor en Tus manos que en las mías. Ayúdame a correr con fuerza hacia todo lo que me has llamado a hacer, pero que lo haga desde un lugar de descanso y seguridad en Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Filipenses 4:6-7, Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús. (NBLA)

Elige un atributo de Dios que quieras recordar esta semana (gentil, humilde, cercano, accesible, pacífico, soberano, etc). En una tarjeta, escribe: “Dios es ______” con el atributo que hayas elegido. Colócala en un lugar visible, como el espejo del baño o el tablero del auto, para recordarte quién es Dios incluso cuando la vida se siente llena y acelerada.

¿Qué necesitas entregarle a Jesús hoy mientras buscas descanso para tu alma?

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