… pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». 2 Corintios 12:9a (NVI)
Con frecuencia, cuando mi amiga Joni Eareckson Tada y yo hablamos, su sabiduría me parece incomprensible. Quisiera pensar que soy inteligente y espiritual, pero a veces las cosas que ella dice están en otro nivel.
No es un secreto que las batallas y el sufrimiento son la especialidad de Joni. A los 17 años ella quedó paralizada y desde entonces ha lidiado con neumonías, cáncer, dolor crónico y muchas otras dificultades. A pesar de todo, ella ha cosechado una confianza firme en Dios. He tenido el privilegio de ser testigo de su confianza en Dios cuando he ayudado a Joni los domingos por la noche.
En una de esas noches, me dijo, «¿sabes, Ruth? Jesús revela la debilidad en nuestras debilidades». Yo estaba sosteniendo su cepillo de dientes eléctrico y pensé que no la había oído correctamente con todo el zumbido y las salpicaduras alrededor.
Al ver mi expresión desconcertada, repitió: «sí, Él revela la debilidad en nuestras debilidades».
Mientras le daba un vaso con agua para enjuagarse, varias preguntas daban vueltas en mi cabeza. ¿Qué quiere decir eso?
Cuando manejé de regreso a casa esa noche, repetí sus palabras en voz alta: «la debilidad en nuestras debilidades». Estaba determinada a encontrar su significado antes de preguntarle a Joni otra vez.
¿Podría ser el número de debilidades? ¿Una acumulación de desastres durante toda la vida? Pareciera que superamos uno y de inmediato tenemos que enfrentar el siguiente. ¿Estaba Joni pensando en sus limitaciones físicas?
¿O es nuestra debilidad nuestra personalidad imperfecta? ¿Nuestro pecado? Yo puedo ser tan impaciente, enojada, egoísta y orgullosa. Y créeme, tengo muchas más debilidades. ¿A eso se refería?
¿O quizás lo que quería decir Joni era que cuando somos conscientes de nuestras debilidades, nos damos cuenta de lo mucho que necesitamos a Jesús, tanto espiritual como físicamente?
No estaba segura. Pero un tiempo después leí lo siguiente en mi Biblia:
… pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Corintios 12:9a).
Fue como si Dios me estuviera hablando, respondiendo a mi pregunta de meses atrás. Y como de costumbre, Él me mostró con mucha ternura que hay poder y hay debilidad. Su poder contra mi debilidad. El resto del versículo continúa:
Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo (2 Corintios 12:9b, NVI).
Cuando veo mi debilidad, no puedo jactarme porque me siento abrumada. Pero cuando miro a Jesús y Su poder, mis debilidades se debilitan por completo. “Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10, NVI).
¿Cuál es tu debilidad en este momento? ¿Cuál es tu dolor? ¿Qué te abruma? Lleva todo eso a Jesús. No permitas que las cosas abrumadoras de la vida te mortifiquen; más bien, deja que el poder de Cristo descanse en ti. Él te mostrará la debilidad en tus debilidades.
Querido Dios, así como Pablo, quiero jactarme en mis debilidades. Enséñame a confiar en Ti sin importar las circunstancias. Por favor revela la debilidad en mis debilidades. En el Nombre de Jesús, Amén.
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En Sunday Evenings with Joni: Conversations about Life’s Chaos and Amazing Grace, Ruth Schleppi-Verboom escribe sobre sus noches con Joni Eareckson Tada. Este libro es una colección de historias de amistad, preguntas sinceras y percepciones sobre la gracia de Dios, especialmente en las dificultades de la vida.
A Ruth le encanta escribir sobre la belleza y la gracia de Dios en el caos de la vida. Puedes encontrar sus historias y recetas en su blog Ruthfully o en Instagram.
Para saber más sobre Joni Eareckson Tada, visita la página web de Joni and Friends.
2 Corintios 12:9-10, ... pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo. Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte. (NVI)
Sigamos profundizando en 2 Corintios 12:9-10 haciendo el siguiente ejercicio: En una hoja de papel, haz dos columnas. En una columna escribe todas las palabras relacionadas a las debilidades en estas escrituras, y en la otra columna escribe todas las palabras relacionadas al poder. ¿Qué observas?
Es difícil jactarnos de nuestras debilidades; ¡por eso necesitamos practicarlo! ¿De qué debilidad te jactarás hoy? Comparte en los comentarios.
© 2025 por Ruth Schleppi-Verboom. Todos los derechos reservados.
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