Gozo en el lamento

Durante años pasé por alto el libro de Lamentaciones. Cuando finalmente lo leí en 2020, me di cuenta de que debería haberlo abierto mucho antes. Dado que este libro forma parte del canon de las Escrituras, ¿qué querrá enseñarnos Dios a través de él?

Lamentaciones está compuesto por cinco poemas distintos que expresan dolor y angustia por la destrucción de Sión y el juicio del pueblo a causa de su pecado. Leer sobre el sufrimiento del pueblo de Dios puede resultar duro. Pero entonces llegamos a “la luz al final del túnel”.

En Lamentaciones 3:21-22, el autor afirma: “Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: Por el gran amor del SEÑOR no hemos sido consumidos y su compasión jamás se agota”.

¿Qué podría haber recordado el autor para sostener su esperanza en situaciones tan extremas? Quizá trajo a la memoria pruebas personales de las que el Señor lo había librado, o tal vez recordó la experiencia de sus antepasados con la fidelidad de Dios. Este es el mismo Dios que había rescatado a los israelitas de la esclavitud, caminando con ellos por el desierto hacia la tierra prometida. Fuera lo que fuese lo que recordaba, fue lo suficiente poderoso como para llevarlo a un lugar de esperanza.

Hace apenas unos años recibí una de las noticias más difíciles. El cáncer de mama había regresado al cuerpo de mi madre y, esta vez, era metastásico. Me arrodillé a los pies de mi madre, orando y lamentando. Había tanta tristeza. Sabíamos que el camino que teníamos por delante incluiría pruebas, tratamientos de quimioterapia y mucho más.

Mientras hablábamos, mi madre y yo tuvimos nuestro propio momento de “traer a la memoria”. Dios la había librado del cáncer antes y estuvo con ella en medio del sufrimiento. Habíamos visto la mano del Señor en cada cita médica, cirugía y procedimiento. Su omnipresencia era palpable.

Él es nuestro Salvador y Libertador, y también es el Dios que camina con nosotras en el sufrimiento. Durante todo el tratamiento de mi madre, el recordar la bondad y la misericordia de Dios trajo gozo en algunos de los momentos más difíciles.

Ahí está la clave… es así cómo podemos tener gozo incluso en el lamento.

En la iglesia de mi infancia solíamos decir: “Cuando pienso en la bondad de Jesús, mi alma clama, ¡Aleluya!”. En el lamento, si recordamos la verdad del carácter de Cristo y la bondad que hemos experimentado con Él, no podemos evitar experimentar gozo.

Esto no siempre elimina el dolor, pero el gozo y el dolor pueden coexistir. Podemos abrazarlos a ambos mientras hacemos una pausa, oramos y recordamos regularmente quién es Dios para nosotras.

Padre, ayúdame a recordar Quién eres Tú, Tu carácter y toda Tu bondad como una práctica diaria en mi vida. Señor, gracias por caminar conmigo en medio del dolor y el sufrimiento, mostrándome que estás conmigo. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Lamentaciones 3:23-24, Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Me digo a mí mismo: «El Señor es mi herencia. ¡En él esperaré!». (NVI)

¿Qué cosas puedes recordar ahora que señalen la bondad y la misericordia de Dios en tu vida? ¡Compártelas con nosotras en los comentarios!

© 2025 por Jennifer Lucy Tyler. Todos los derechos reservados.

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