Porque mis ojos han visto Tu salvación La cual has preparado en presencia de todos los pueblos... Lucas 2:30-31 (NBLA)

El año en que me casé, esperaba con emoción vivir la felicidad de los recién casados. Sin embargo, eseaño también vino con la muerte de tres abuelos, una maestría abrumadora y una carrera docente, nueva y difícil. En una época de angustia y devastación, ¿cómo podría yo, teniendo 20 y tantos años, navegar por tal pérdida junto con las fiestas?

Esa Navidad, anhelaba encontrar alegría a pesar de mi dolor. Secretamente esperaba que mi nuevo esposo me diera regalos con ostentación y glamour que me distrajera y deleitara. En lugar de ello, me dio un rallador de queso.

O sea. Un rallador de queso. Del tipo con un mango que parece una honda.

«¿Por qué?» pregunté.

«Porque no tenemos uno», respondió.

Me gustaría decirte que aprecié ese rallador de queso. En realidad, quería usarlo como la honda que era y disparar queso en dirección al dador del regalo. Desagradecida, lo sé. ¿El verdadero significado de la Navidad? En realidad, no.

No hay nada como un rallador de queso para exponer mi corazón decepcionado y herido.

A menudo me identifico con el lamento en Salmo 119:81-82, cuando el salmista estaba agotado de esperar la ayuda de Dios: “Mi alma desfallece por Tu salvación; En Tu palabra espero. Mis ojos desfallecen esperando Tu palabra, Mientras digo: «¿Cuándo me consolarás?»” (NBLA).

¿Cómo celebramos nuestras temporadas de tristeza?

Lucas 2:25-35 nos habla de un hombre justo y devoto llamado Simeón que esperó toda su vida, anhelando el rescate y la salvación de Israel… y se encontraba en el templo cuando María y José trajeron al bebé Jesús para ser presentado ante Dios.

¿Cómo debe haber sido para Simeón ver y sostener al Mesías, el Salvador del mundo, prometido y tan anhelado? ¿Resonaron las palabras del Salmo 119 en los oídos de Simeón? “Desfallecen mis ojos por Tu salvación Y por la promesa de Tu justicia” (Salmo 119:123, NBLA).

En este momento sagrado y de círculo completo, tal vez Simeón sintió el peso de las antiguas oraciones contestadas mientras exclamaba nuestro versículo clave: “Porque mis ojos han visto Tu salvación La cual has preparado en presencia de todos los pueblos” (Lucas 2:30-31).

Jesús, cuyo nombre significa “Dios es salvación”, anunciaría las buenas nuevas a los pobres, vendaría a los quebrantados de corazón, consolaría a los afligidos y proveería a los que están de duelo (Isaías 61:1-3). Él es Emanuel, Dios con nosotros (Mateo 1:23).

Jesús no vino para librarnos inmediatamente de todas las cosas difíciles, sino para estar con nosotras en ellas. Estar con nosotras en nuestra soledad, tristeza, pérdida y frustración. Para traer gozo y sanidad.

Esta Navidad, si estás afligida, desagradecida o malhumorada, estás en buena compañía. Recuerda esto: Jesús vino por ti. Para estar contigo.

Acojamos a Jesús en nuestros corazones, deleitándonos cuando nuestros ojos vean Su salvación. Él ha venido para estar con nosotras en nuestras lágrimas y nuestras risas (incluso cuando abrimos ese rallador de queso). Porque el regalo de Jesús para todas nosotras es Su presencia.

Señor, gracias por venir a estar con nosotras en nuestros momentos difíciles y por sanarnos con Tu presencia. Que cantemos con valentía y esperanza: “¡Al mundo paz! ¡Nació Jesús!” En el Nombre de Jesús, Amén.

RECOMENDAMOS

Si la Navidad se siente difícil para ti este año, puedes encontrar consuelo y apoyo en nuestro Muro de oración. Este es un lugar donde puedes publicar tus peticiones de oración y orar por otras en todo el mundo. Visita el Muro de oración hoy haciendo clic aquí.

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PROFUNDICEMOS

Isaías 61:1-2, El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí, Porque me ha ungido el SEÑOR Para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, Para proclamar libertad a los cautivos Y liberación a los prisioneros; Para proclamar el año favorable del SEÑOR, Y el día de venganza de nuestro Dios; Para consolar a todos los que lloran… (NBLA)

Mateo 1:21-23, Y dará a luz un Hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: «HE AQUÍ, LA VIRGEN CONCEBIRÁ Y DARÁ A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRÁN POR NOMBRE EMMANUEL», que traducido significa: «DIOS CON NOSOTROS». (NBLA)

¿De qué manera te brindan consuelo la salvación y la presencia sanadora de Dios en esta Navidad? ¡Compártelo con nosotras en los comentarios!

 

© 2024 por Jodi Harris. Todos los derechos reservados.

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