»Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza. Jeremías 17:7 (NTV)
El aire acondicionado sopló a través de las rejillas de ventilación cubiertas en polvo mientras nos alejábamos de nuestras raíces del sur en aquel vehículo de mudanza. Pero cuanto más al norte conducíamos, las rejillas de ventilación más soplaban calor. Nuestra elección de sandalias y pantalones cortos resultó ingenua, ya que, después de 1.300 millas, nuestra nueva ciudad nos dio la bienvenida con un espectáculo celestial que nunca antes habíamos conocido: copos de nieve como confeti que caían suavemente en la brisa.
Durante esos primeros días de la vida en el norte, dediqué muchas horas a mi nuevo pasatiempo favorito: mirar caer la nieve fresca del cielo, flotando como si fuera llamada por su Creador con un propósito pacífico de traer calma.
Y no decepcionó.
Hasta un día de mayo, seis meses después.
Al llegar temprano para buscar a mis hijos de la escuela, me detuvé en los momentos menguantes de silencio, cuando me sorprendieron copos de nieve esponjosos que bailaban con picardía a lo largo de mi parabrisas.
¿En serio? ¿Acaso no hay primavera en estas partes?, me preguntaba.
Sonrío al recordar esa tarde fría hace mucho años. Porque aunque ahora es otro lugar y tiempo, aquí me siento de nuevo – cautivada, mientras los copos de nieve delicados flotan en el viento este día de primavera temprana.
Belleza suave que cae elegantemente en la temporada "equivocada".
Y, sin embargo, hay algo en la nieve que me hace querer perdonarla. Incluso cuando sobrepasa los límites de su temporada, estoy encantada por la gracia que tiene.
La belleza es cambiante así, ¿no? Siempre adaptándose a su entorno, nunca intimidada por la imprevisibilidad de un mundo roto, derramando gracia en los momentos más inesperados.
Reflexiono sobre cómo la naturaleza a veces refleja la vida – reflejando los "inviernos" de incomodidad, dificultad o dolor que han permanecido demasiado tiempo, sobrepasando los límites de sus temporadas, dejándonos ansiando el calor del alivio.
Querida amiga, ¿esto te suena familiar? ¿Estás pasando por pruebas que parecen continuar mucho más allá de sus temporadas?
A veces es difícil notarlo a través de la neblina del agotamiento, pero en estos tiempos de confiar en Dios en medio de la lucha, estamos viviendo la verdad de Jeremías 17:7: Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. ¡Su esencia misma es nuestra mayor esperanza!
Para cada temporada prolongada en la que pensamos con seguridad que ya habíamos pasado esto – Su fuerza y misericordia son nuestra esperanza para los días difíciles; Su carácter y poder son nuestra confianza.
El Dios que planifica nuestros caminos es fiel para bendecir nuestra confianza. Aunque no siempre percibamos esta bendición en el momento, nuestra confianza no está en la comprensión de nuestras circunstancias, sino en la fidelidad de nuestro Dios que hace que todo sea hermoso en su tiempo.
Calmemos nuestros horarios ansiosos para confiar en Su ritmo mientras esperamos que la nieve se derrita en medio de los inviernos aparentemente interminables de la vida. En este lugar de confianza, mora belleza. La belleza en el alivio de la rendición ... en la estabilidad de la esperanza ... en la promesa de la bendición.
Mirando por mi ventana, puedo ver el verde apenas visible de las flores presionando contra la delicada nieve blanca – dos temporadas que convergen. El invierno largo del dolor, chocando contra la primavera de alivio reconfortante. La belleza debajo de la superficie, saludando a la belleza en la luz, belleza sobre belleza, ambos jugando su papel en la historia.
Y se parece mucho a la esperanza.
Querido Señor, gracias por ser mi esperanza y mi confianza cuando las dificultades persisten, porque Tú eres confiable en cada temporada de mi vida. Por favor abre mis ojos para ver la belleza en los lugares inesperados, y recuérdame que confiar en Tu bondad es el lugar más seguro en que puede esperar mi corazón. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Salmo 62:5, Que todo mi ser espere en silencio delante de Dios, porque en él está mi esperanza. (NTV)
Romanos 12:12, Alégrense por la esperanza segura que tenemos. Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando. (NTV)
Jeremías 29:11, Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. (NVI)
Recursos Adicionales
¿Quieres leer más acerca de cómo esperar en Dios cuando tu alma está cansada? Mira este devocional , No hay sustituto - por Corrie Gerbatz.
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¿Cómo sería para ti confiar hoy en Dios en medio de las dificultades de la vida?¿Cómo podrías encontrar esperanza y belleza en esta temporada?
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© 2020 por Brenda Bradford Ottinger. Derechos reservados.
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