Yo te pido sabiduría y conocimiento para gobernar a este gran pueblo tuyo; de lo contrario, ¿quién podrá gobernarlo? 2 Crónicas 1:10 (NVI)
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Levanta la mano si estabas segura de que para esta época el 2020 volvería a la normalidad.
Yo también.
En esta temporada de permanecer guardados, ayer se parece a hoy y hoy se parece a mañana, pero nada parece normal. Mientras que este año díscolo permanece sentado en la oficina del director de escuela de la vida, puede ser un reto llevar a nuestras familias a un nuevo semestre de incertidumbre.
Quizás estés preocupada por la seguridad, ya que la escuela comienza en medio de la distancia social de la pandemia. O te estás preguntando cómo manejar un salón de clase improvisado con una mesa de la cocina mientras haces un trabajo esencial.
Tal vez tu estudiante universitario lucha con una nueva normalidad, anhelando lo que hubiera sido. O, como muchas de nosotras, estás afligida por las tensiones raciales y cívicas, anhelando unidad e igualdad para los jóvenes en tu vida, tu comunidad, tu mundo.
Siento un coro de oración entre las madres haciendo inclinar el oído de Dios, buscando favor y protección sobre los jóvenes y las personas vulnerables que nos rodean.
Y me he dado cuenta de que ser madre es una oración larga clamando a Dios por ayuda para satisfacer todo lo que los hijos necesitan con todo lo que a nosotras nos falta.
Asintiendo en solidaridad, leí la humilde oración del Rey Salomón, “Yo te pido sabiduría y conocimiento para gobernar a este gran pueblo tuyo; de lo contrario, ¿quién podrá gobernarlo”? (2 Crónicas 1:10). Después de suceder a su padre David como rey de Israel, Salomón supo que necesitaba sabiduría más allá de la provisión humana para guiar bien al pueblo de Dios.
Qué reconfortante saber que el mismo Dios que concedió sabiduría a Salomón para guiar, sigue en Su trono concediéndonos sabiduría a nosotras también.
Una y otra vez, el Señor me recuerda que la puerta a través de la cual se accede a la sabiduría es través de la fe. Pablo nos dice en 2 Corintios 5:7, “…Vivimos por fe, no por vista”. Como nos gustaría tener fotos perfectas del mañana para que podamos criar a nuestros hijos sin presión — pero la fe no es un complemento para la vista; es un sustituto.
Por la fe nos apoyamos en los susurros de Aquel cuya vista es eterna. Y amiga, cuando luchas por darle sentido a esos susurros, y te preguntas si has escuchado a Dios correctamente, anímate al saber que nuestra perspectiva humana está naturalmente limitada. No podemos ver las capas de detalle que Dios está creando en la vida de nuestros hijos. Así que reconfortémonos con las instrucciones de Salomón: Confía en el SEÑOR de todo corazón, y no en tu propia inteligencia (Proverbios 3:5, NVI).
Querida mamá, cualquiera que sea tu preocupación, hay esperanza. No nos dejemos llevar por la miopía del entendimiento humano. Santiago 1:5a nos dice, Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará (NVI).
Ni un solo momento de este año transgresivo ha tomado a Dios por sorpresa. Incluso el año 2020 se arrodilla ante un Dios fiel que contempla el panorama más allá del valle.
Este año escolar puede parecer diferente a lo que se esperaba, pero la fidelidad de Dios aún no ha caducado con el tiempo. Podemos confiar en que Su brújula eterna nos dirige, mientras guiamos a los que están a nuestro cuidado.
Ya sea que estés liderando estudiantes, empleados, ministerios u otros, cuando te apoyas en el consejo de la sabiduría de Dios, magnificas el poder de Su propósito en las vidas de tu gente.
Querido Señor, gracias por ser el Líder de líderes. Por favor mantén mis oídos sintonizados con Tu sabiduría y mi corazón en paz con Tu plan. En el Nombre de Jesús, Amén.
Verdad para hoy
Proverbios 2:6, Porque el SEÑOR da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. (NVI)
Proverbios 22:6, Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. (NVI)
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© 2020 por Brenda Bradford Ottinger. Todos los derechos reservados.
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