Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas. Proverbios 3:5-6 (NBLA)

Hay un tema recurrente cuando hablo con los padres en la cultura actual: un trasfondo de pánico al ver que el amor de sus hijos se enfría por todas las cosas cristianas e incluso por Jesús. Lo que lo hace especialmente desgarrador es la conmoción total al escuchar que muchos padres parecen haber sido tomados completamente desprevenidos.

¿Cómo podrían sus hijos no solo desviarse de la fe cristiana sino, en muchos casos, dirigirse en la dirección opuesta?

Siento que todos los padres creyentes quieren saber cómo pueden enseñar a sus hijos a seguir a Jesús de todo corazón, pero no todos han analizado honestamente si la forma en que están criando a sus hijos es útil o perjudicial para ese fin.

Esto es lo que quiero decir. Seguir a Cristo se ha convertido en poco más que un lema o apodo para demasiados cristianos hoy en día: una adición cómoda a sus pasatiempos, intereses, currículum religioso y prerrequisitos políticos, o incluso una red de seguridad para asegurar un lugar en el cielo. Eso difícilmente se alinea con “busquen primeramente el reino de Dios” (Mateo 6:33, RVA-2015). Y tiene poca o ninguna posibilidad de albergar a Jesús de forma segura en el trono de nuestro corazón, muy por encima de cualquier persona o cualquier otra cosa. Ahí yace el problema.

Jesús no es un accesorio espiritual o una especie de decoración divina principalmente para exhibir. Jesús no puede ser un complemento.

Y si es simplemente un complemento para los padres y abuelos, ¿qué esperanza tenemos de que sea más que eso para nuestros hijos?

Entonces, si nuestro deseo es enseñar a esta generación y a la próxima a seguir a Jesús sobre cualquier cosa o cualquier persona, entonces tenemos que mostrarles que vale la pena seguirlo en nuestras propias vidas.

En la práctica, esto significa que no lo ponemos simplemente a Él primero en una lista de prioridades diarias que miramos en la puerta del refrigerador antes de irnos al trabajo, golf, club de lectura, reuniones con amistades y familiares, o cualquier otra cosa. El problema de darle a Jesús un lugar en una lista, incluso si es el número uno, es que tendemos a pensar “primero lo primero”, en lugar de “primero todo”.

No, Jesús tiene que ser el centro de nuestra órbita (y la de nuestros hijos) hoy y por el resto de nuestras vidas. Eso significa que Cristo está permanentemente en el trono de nuestro corazón, sin ser afectado por la cultura cambiante que nos rodea.

Si Jesús es el centro de cada órbita de nuestras vidas, entonces, en lugar de simplemente darle la primera y más pequeña porción de nuestro día, una oración de cinco minutos o la lectura de un versículo de la Biblia, tenemos que vivir como tal. Házlo central a Él. La diferencia será enorme… ¡toda nuestra órbita espiritual cambiará!

Ahora, en lugar de ser el hábito simbólico más pequeño al comienzo de tu día, Él aparece en todas partes. La forma en que interactúas con tus colegas en el trabajo gira alrededor de Él, la manera en que hablas con tus vecinos se centra en Él y el modo en que interactúas con tu cónyuge está centrado en Él. Y Él será el enfoque en las relaciones de tus hijos, sus grupos de amistades, sus pasatiempos, su tiempo en las redes sociales y prácticas deportivas, e incluso los sitios de Internet que eligen visitar y las cosas que tienden a decir verbalmente y mediante mensajes de texto.

¿Es demasiado pedir? No creo. De lo contrario, la Palabra de Dios no indicaría Su centralidad una y otra vez. Como los versículos de Proverbios 3:5-6 que cambian nuestra órbita: “Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento; Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas” (énfasis agregado). Y Proverbios 22:6: “Instruye al niño en el camino que debe andar, Y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (NBLA). Si bien esto no es una promesa, es un principio, un camino que a menudo lleva al resultado mencionado anteriormente. ¡Es un cambiador de órbita!

Si deseas que la vida de tus hijos gire alrededor del Salvador, cambia la atmósfera cambiando primero tu órbita. Dios desea ayudar a los padres que quieren criar hijos piadosos; es un Dios que interviene. Todo lo que se necesita es una decisión de cambiar la trayectoria espiritual de nuestras familias.

Querido Jesús, gracias por ser un Dios que interviene por nosotros. Sabemos que quieres que te sigamos con todo nuestro ser, y oramos para que nos des ese deseo también. Muéstranos cómo podemos ponerte en el trono de nuestros corazones en nuestras vidas diarias. Ayúdanos a cambiar nuestras órbitas espirituales y así guíar a la próxima generación a hacerlo. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Solía requerir mucha reflexión y dedicación para desalinear nuestras órbitas espirituales; ahora es tan fácil como ingresar en cualquiera de una docena de plataformas de redes sociales donde nosotros estamos en el centro. Francamente, las redes sociales son simplemente el factor de cambio de órbita más poderoso que existe en la actualidad. Por este motivo, Rob Singleton escribió Overliked, para ayudar a miles de personas a realizar cambios orbitales donde todo gira en torno al Hijo. ¡Obtén tu copia aquí! Y obtén la guía de estudio de Overliked aquí.

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Rob Singleton es el pastor principal de The Summit Church en Centennial, CO. Manténte al día con lo último de él en Instagram o Facebook siguendo @rob_singleton.

Profundicemos

Marcos 12:30, Y AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODA TU FUERZA”. (NBLA)

¿Cuáles áreas de tu vida están fuera de órbita? ¿Cuál es una manera en que puedes realinear tu órbita hoy para ayudar a restaurar a Jesús al centro de tu universo? Nos encantaría que compartieras con nosotras en los comentarios a continuación.

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