Devocionales

Cómo sanar las heridas de tus esperanzas insatisfechas

Nicki Koziarz 31 de enero de 2022
La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo cumplido es árbol de vida. Proverbios 13:12 (LBLA)

Una vez escuché a alguien decir: “Tú estás completamente sanada cuando ya no deseas mirar atrás a ver lo que no sucedió”.

Recientemente recordé esta cita mientras revisaba un viejo diario, y leía sobre algunas metas, sueños y esperanzas que había escrito durante los últimos cinco años.

Una por una, varias cosas estaban tachadas en la lista; no sucedieron y no iban a suceder.

¿Por qué? Debido a la muerte, relaciones rotas, metas profesionales no cumplidas, circunstancias y, en algunos casos, sólo por la forma en la que resultaron las cosas.

El problema era que yo seguía repasando estos eventos decepcionantes como una película en mi cabeza.

Preguntándome cosas como: si yo hubiera tomado cierto paso, ¿habría cambiado el resultado?

O, si hubiese hecho esa decisión específica, ¿habría evitado esta realidad indeseada? Y, si hubiera hablado sobre esto o aquello, ¿habría algo diferente hoy?

Quizá algunas personas dirían que esto es vivir en un lugar de remordimiento. Pero para mí, cuando recordé la cita sobre mirar atrás a ver lo que no sucedió, me di cuenta de lo que en realidad era este proceso mental.

Una esperanza insatisfecha por el pasado. Y no podía dejar de mirar esa esperanza insatisfecha.

Si soy honesta, había estado viendo el dolor de mis esperanzas insatisfechas mediante una perspectiva espiritual equivocada. Mi alma se sentía enferma debido a desilusiones pasadas, y pensaba que si aceptaba las decepciones, estaba perdiendo la esperanza.

Algo dentro de mí anhelaba que Dios mismo reescribiera el pasado y enmendara todas esas esperanzas insatisfechas. Quería mi “momento Lázaro” (Juan 11), una resurrección milagrosa de todas esas cosas en mi lista.

No sabía qué hacer con los muchos sentimientos sobre mis esperanzas insatisfechas hasta que empecé a estudiar el versículo clave de hoy, Proverbios 13:12, La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo cumplido es árbol de vida.

Proverbios es un libro de sabiduría. El capítulo 13 está lleno de consejos prácticos para vivir una vida piadosa.

Algunos eruditos de la Biblia creen que el versículo 12 se refiere al anhelo que tenemos por el cielo, donde todas nuestras esperanzas insatisfechas no existirán más. Y la palabra hebrea para “esperanza” aquí en este versículo significa “expectativa”.

A Dios le importan profundamente las esperanzas o los anhelos que tenemos. Incluso los más pequeños (1 Pedro 5:7, Lucas 12:7). Pero Dios no nos promete que cada expectativa que tenemos aquí en la tierra será satisfecha de la forma que esperamos. Muchas cosas pasarán en nuestra vida que conducirán a desilusiones.

Quizá estás pensando en algo que para ti hoy se siente injusto, incorrecto, hiriente, o como una esperanza o expectativa insatisfecha.

Aunque nuestras desilusiones pueden ser diferentes, apuesto a que podemos encontrar puntos en común en los que tendemos a poner curitas emocionales en esas esperanzas insatisfechas. Y es doloroso incluso, pensar en retirar esas curitas.

Y aun así las heridas emocionales permanecen. Y a menudo empiezan a notarse en las maneras más improbables.

Las lágrimas que parecen salir de la nada, la falta de deseo para orar, las miradas de reojo cuando alguien más se queja de algo que tiene y que nosotras hemos esperado.

Cuando aceptamos que el pasado no salió de la manera que esperábamos o soñábamos, no es un fracaso. Es, de hecho, una de las cosas más sanas que podemos hacer por nuestras almas. Nos libera para empezar a ver hacia adelante y a nuevamente, ilusionarnos con anticipación por todas las bondades que Dios aún tiene para nuestras vidas.

He aprendido que el primer paso para sanar la herida emocional de las esperanzas insatisfechas es aceptar lo que es. El segundo paso es pedirle a Dios que nos ayude a dejar de mirar atrás y en su lugar ver hacia adelante con una expectativa sagrada. Y quizá necesitemos repetir ese proceso una y otra vez.

Dios probablemente no va a reescribir nuestro pasado, pero Él promete que ya tiene un asombroso futuro escrito para nosotras que se realizará (Jeremías 29:11; Filipenses 1:6; Romanos 15:13).

Que nuestras esperanzas insatisfechas del ayer dejen de mantener cautivos nuestros pensamientos… para que podamos anhelar con confianza las esperanzas que están por venir.

Dios, gracias por tu gracia que aún se encuentra en las esperanzas insatisfechas. Ayúdanos a aceptar lo que tenemos que aceptar, y a vivir en anticipación por todo lo que aún tienes planeado para nosotras. En el Nombre de Jesús, Amén.

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¿Has reflexionado recientemente sobre esas esperanzas insatisfechas que te dejaron sintiéndote desilusionada y prisionera de los pensamientos rampantes en tu mente? Todas hemos experimentado esos momentos, buscando respuestas a las preguntas de “¿qué pude haber hecho diferente?” mientras nos dábamos cuenta de que no hay forma de reescribir el pasado; pero hay una manera de reclamar tal esperanza para el futuro. En Fuiste Creado para este momento, el autor Max Lucado comparte la esperanza que tenemos en conocer a Cristo mediante la historia de Ester. Si necesitas centrar de nuevo tu esperanza en tu identidad en Cristo, descubrir tu rol dentro de la historia de Dios y colocar totalmente tu esperanza en Aquel que tiene la victoria, este libro es para ti. Adquiere tu copia aquí.

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Lucas 12:7, Así mismo sucede con ustedes: aun los cabellos de su cabeza están contados. No tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones. (NVI)

En ocasiones escribir sobre nuestras desilusiones es útil. Si estás lidiando con esperanzas insatisfechas del pasado, escríbelas en tu diario y pídele a Dios que te ayude a empezar a sanar de ellas.

¿Qué esperanza insatisfecha en tu vida te está ocasionando dificultades para dejarla en el pasado? ¿Cómo el devocional de hoy te ayuda con esa perspectiva? Nos encantaría escuchar tu corazón sobre esto en la sección de comentarios.

© 2022 por Nicki Koziarz. Todos los derechos reservados.


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