Así dice el SEÑOR, el que abrió un camino en el mar, una senda a través de las aguas impetuosas… «Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados. Isaías 43:16, 18-19 (NVI)

«Mamá, no quiero ir al segundo grado», me susurró mi hijo tierno una tarde de verano. Lo acerqué a mí y le pregunté por qué, con la esperanza de que abriera su corazón sensible.

«¿Qué pasa si es demasiado difícil? ¿Qué pasa si no puedo hacerlo? Tengo miedo...» Su voz se iba apagando y lo abracé con fuerza. Sacando mi mejor discurso de “mamá alentadora”, le aseguré que tendría un año grandioso y que enfrentaríamos cualquier desafío juntos. Felizmente, se le levantó el ánimo y salió a jugar.

Como su madre, sabía que estaría bien, pero su honestidad vulnerable me tocó el corazón. Como si me mirara en un espejo, vi mis propias tendencias a ver el futuro a través del filtro del temor.

Me pregunto si te pasa lo mismo. Esas palabras "qué pasa si" tienen una manera de lanzarnos en espiral por un agujero negro de ansiedad.

¿Qué pasa si el trabajo no llega?
¿Qué pasa si ella se enferma?
¿Qué pasa si él se va?
¿Qué pasa si …

Ya sea que estemos buscando entre lo que queda después de una pérdida, enfrentando la incertidumbre o experimentando las consecuencias de nuestras propias elecciones, mirar hacia el futuro puede desalentarnos, y nos cuesta ver la esperanza en el horizonte.

Hace siglos, el pueblo de Judá se enfrentó a un desafío similar. Dios los había apartado como nación, los rescató de la esclavitud egipcia y les dio una tierra propia espaciosa. Sin embargo, trágicamente, generación tras generación pecó y rechazó a Dios. En consecuencia, se encontraron nuevamente esclavizados, esta vez como exiliados en Babilonia.

Mirando al futuro, el pueblo de Dios vio tinieblas en lugar de esperanza. ¿Cómo podría Dios redimirlos y rescatarlos de su cautiverio y pecado?

Aun a ese lugar sombrío, Dios envió al profeta Isaías para darles las palabras consoladoras de verdad que leemos en el versículo de hoy:

Así dice el SEÑOR, el que abrió un camino en el mar, una senda a través de las aguas impetuosas… «Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados. (Isaías 43:16, 18-19)

Estas palabras bellamente poéticas proporcionaron el coraje que los exiliados necesitaban desesperadamente, recordándoles varias verdades esenciales acerca de Dios. Del mismo modo, como hijas adoptivas y muy amadas de Dios, nosotras también podemos obtener valor al aplicar estas verdades a nuestras vidas.

Entonces, en los próximos días, cuando nos encontremos luchando con el temor, filtremos nuestros pensamientos temerosos a través de estas realidades:

Dios es capaz. Isaías le recordó al pueblo sobre la increíble liberación de Dios en el pasado. El Señor abrió un camino cuando no había camino, ¡literalmente abriendo el mar! (Éxodo 14) Nosotras también podemos pasar tiempo recordando la fidelidad de Dios hacia nosotras. Al recordar, veremos que Dios nunca ha fallado, y nunca lo hará. Nuestro Dios fuerte es capaz de ayudarnos a superar cualquier cosa.

Dios es creativo. Después de recordar el pasado, Isaías le dice a la gente que lo olviden, ¡porque Dios está haciendo algo nuevo! Las palabras de Isaías nos recuerdan que al Dios que creó todo, nada lo limita. ¡Nada es imposible en Él! Servimos a un Dios creativo que nos ama y le encanta sorprendernos de formas imaginativas.

Dios está abriendo un camino nuevo para nosotras. Donde solo vemos dolor, confusión y miedo, Dios ve un potencial infinito para la redención. Nuestro Dios amoroso y confiable trabaja incansablemente a favor de nosotras, secando los mares y convirtiendo los desiertos en jardines. No debemos temer el futuro, porque donde no vemos camino, Dios ve el mejor camino.

Querida amiga, nuestro Dios capaz y creativo está abriendo un camino para nosotras a través de cada incertidumbre y cosa desconocida. Filtremos nuestro futuro a través de esta verdad y enfrentemos los días venideros con una esperanza que tranquiliza nuestras almas.

Querido Señor, gracias por sostener nuestro futuro en Tus manos capaces y creativas. Cuando nos enfrentemos a la tentación del temor, recuérdanos de Tu fidelidad y amor firme. Te encomendamos todos nuestros días. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Lamentaciones 3:21-23, Esto traigo a mi corazón, Por esto tengo esperanza: Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan, Pues nunca fallan Sus bondades; Son nuevas cada mañana; ¡Grande es Tu fidelidad! (NBLA)

¿Qué te hace ver el futuro con temor? Toma un momento para recordar la fidelidad de Dios en el pasado. Comparte con nosotras en los comentarios; ¡nos encantaría celebrar la bondad de Dios contigo!

© 2022 por Meredith Houston Carr. Todos los derechos reservados.

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