Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya. Juan 3:30 (NBLA)
Desdoblé el trozo de papel y encontré un versículo de la Biblia garabateado en él. Era un versículo que nunca había leído, pero que cambiaría mi vida de innumerables maneras en los años venideros.
En ese momento, yo tenía 15 años y era una nueva cristiana que estaba dando mis primeros pasos hacia Jesús. Estaba conectada a una iglesia, pero no había ido al grupo de jóvenes en semanas, así que cuando mi amiga me entregó una nota de mi pastor de jóvenes, estaba ansiosa por abrirla.
El versículo bíblico que leí esa noche fue Juan 3:30: “Es necesario que Él crezca, y que yo disminuya”.
El mensaje amable de mi pastor de jóvenes era claro: ¡tenía que dejar de vivir para mí misma! Hasta ese momento, mi vida se había centrado en mí. En aquel entonces, comencé a aprender lo que todas debemos aprender: mi vida, cada parte de ella, debía ser vivida para Jesús. Y, más importante aún, era que esto importaba para la eternidad.
En la Biblia, la vida de la madre de Moisés nos da una idea de por qué esto es tan importante. Su historia tiene una lección para todas nosotras, y es un hermoso relato de alguien que fue fiel cuando nadie estaba mirando, sin importar el costo, y no por elogios sino por la gloria de Dios.
La mamá de Moisés se llamaba Jocabed, y ella sabía, como toda mujer hebrea de la época, que dar a luz a un bebé varón en Egipto era una sentencia de muerte para ese niño (Éxodo 1:15-17). Después de dar a luz a Moisés, escondió a su hijo pequeño todo el tiempo que pudo. Pero llegó el día en que tuvo que hacer lo impensable. Desesperada, puso a Moisés en una canasta en el río Nilo.
La hermana de Moisés, Miriam, observó desde la distancia cómo la hija del Faraón descubrió a Moisés un día. Y fue la hermana de Moisés quien se acercó a la hija del Faraón para sugerirle que una mujer hebrea sería la adecuada para amamantar a este bebé abandonado. Con el permiso de la hija del Faraón, Miriam reunió al pequeño Moisés con su madre biológica, pero solo por un breve período (Éxodo 2:1-10). Llegaría el momento en que tendría que dejarlo ir de nuevo.
La fidelidad oculta de Jocabed en el cuidado de su hijo pudo parecer insignificante, pero Dios la estaba usando más allá de lo que ella podría haber imaginado. Moisés crecería para salvar a una nación de hermanos hebreos de una masacre, convirtiéndose en el gran líder de Israel y en el hombre a quien Dios le dio Su ley. La obediencia de Jocabed tuvo un impacto eterno en las generaciones venideras. Ella fue fiel al llamado de Dios cuando nadie estaba mirando.
Esta lección que aprendí a la temprana edad de 15 años es algo a lo que sigo volviendo una y otra vez: la forma en que vivimos nuestros días es nuestro mayor testimonio. No importa a lo que Dios nos haya llamado, todo comienza justo donde estamos hoy. En casa. En el trabajo. En el supermercado. Con nuestro vecino. Comienza con quienes somos realmente: nuestra integridad y nuestro carácter.
Cada estación es distinta, y cada estación exige una capacidad diferente de nosotras como seres humanos. A veces estaremos ocupadas y distraídas. A veces sentiremos que lo tenemos todo bajo control. A veces nos sentiremos cerca de Dios. Y a veces nos sentiremos lejos de Dios. Pero independientemente de cómo nos sintamos o de lo que esté pasando en nuestras vidas, el llamado sigue siendo el mismo: seguir siendo fieles a Dios en los momentos visibles y no visibles de nuestras vidas.
Debemos menguar, permitiendo que Jesús viva Su vida en nosotras y a través de nosotras, confiando en que Dios usará la fidelidad que mostramos en privado hoy para Su gloria mañana.
Querido Jesús, gracias por amarme justo donde estoy. Quiero servirte y honrarte con mi vida. Ayúdame a serte fiel hoy y a confiar en que usarás mi obediencia para Tu gloria. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Efesios 5:15-16, Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. (NVI)
La palabra hebrea para “sabio” también significa “habilidoso”. ¿En qué área de tu vida necesitas vivir con la sabiduría y habilidad de Dios para permanecer fiel a lo que Él te ha llamado? ¿De qué manera puedes comenzar a hacer eso hoy?
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© 2022 por Ruth Schwenk. Todos los derechos reservados.
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