Que el SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste. Rut 2:12 (NTV)

Mi abuela tuvo polio a la edad de 29 años, cuando era madre de dos niñas.

Su pastor vino a visitarla al hospital y le dijo: «esto puede amargarte o ser de bendición». Hoy, a mi abuela le gusta decir con una sonrisa: «elegí que fuera una bendición». Ha pasado el resto de su vida en una silla de ruedas.

Cuando pienso en la historia de mi abuela y en cómo eligió la bendición en vez de la amargura, cómo eligió creer que Dios todavía tenía un plan para ella, me acuerdo de la historia de Rut y Noemí …

Me lo imagino así: los recuerdos pasan por la mente de Noemi mientras camina por las calles de su ciudad natal por primera vez en muchos años. El día de su boda, la caminata hacia el mercado con sus hijos pequeños, uno en su cadera y el otro agarrado de la mano. Su familia dejó ese lugar para escapar de la hambruna, pero ahora su esposo e hijos se han ido.

“—¿De verdad es Noemí?”, pregunta una voz familiar, aunque no escuchada durante mucho tiempo (Rut 1:19c, NTV).

“—No me llamen Noemí—contestó ella—. Más bien llámenme Mara, porque el Todopoderoso me ha hecho la vida muy amarga” (Rut 1:20, NTV). La nuera viuda de Noemí, Rut, coloca una mano sobre su hombro.

Rut, extranjera y tierna, creció en una tierra pagana. Parece que llegó a la fe judía a través del hijo de Noemí, y ahora parece tener una fuerza inexplicable debajo de su dolor. Ella llora como Noemí, pero no sin esperanza. Ella se preocupa pero también adora; tiene días difíciles y, sin embargo, persiste en poner un pie delante del otro. Noemí se ha vuelto dura y amarga; Rut permanece de corazón blando y abierto.

Un día, Rut le dice a Naomi que planea recoger cebada en los campos. La ley judía permite a los pobres recolectar la cebada extra para que no pasen hambre. Providencialmente, Rut termina en el campo de Booz, un pariente del esposo de Noemí. Él le muestra amabilidad y dice, “también sé todo lo que has hecho por tu suegra … Que el SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas viniste a refugiarte, te recompense abundantemente por lo que hiciste” (Rut 2:11b-12, NTV).

Es el comienzo de una historia de amor inesperada, una que termina con Rut casándose con Booz y no solo dando a luz al abuelo del rey David, sino también convirtiéndose en parte del linaje del Mesías. La línea familiar de Noemi continuará, y por primera vez en muchos años, se atreve a soñar con el futuro nuevamente. Cuando las mujeres del pueblo vienen a ver al bebé, dicen, “Que él restaure tu juventud y te cuide en tu vejez. ¡Pues es el hijo de tu nuera que te ama y que te ha tratado mejor que siete hijos!»” (Rut 4:15, NTV).

Al principio, Noemí eligió la amargura. Rut eligió la bendición.
Noemí perdió la esperanza. Rut siguió luchando hacia adelante.
Noemí creía que su vida había terminado. Rut confiaba en que Dios todavía tenía un plan más allá de lo que podía entender.

Amigas, no somos ni Noemí ni Rut. Todas nos encontramos actuando como ambas mujeres en un momento u otro. Lo que importa es que reconozcamos cuándo estamos cayendo en la amargura.

En esos momentos, lo que más necesitamos es una amiga, un familiar, una consejera sabia u otra persona de apoyo que pueda ser una Rut para nosotras. Tengo una amiga a quien de vez en cuando le envío mensajes de texto cuando estoy ansiosa y simplemente digo: “No puedo recordar lo que es verdadero hoy. ¿Puedes recordarme?”. A veces nuestros papeles se invierten: ella es Noemi y yo soy Rut.

Lo más importante es que nos ayudemos unas a otras y no nos rindamos porque Dios siempre está elaborando un plan invisible, incluso cuando no entendemos. La ansiedad nos dice: “todo ha terminado”. Pero la fe, y las Rut en nuestras vidas, nos recuerdan: “Dios aún no ha terminado con tu historia”.

Dios, cuando parezca más fácil elegir la amargura en lugar de ver la bendición, dame la fuerza para seguir confiando en que tienes un plan más allá de lo que puedo entender. Dame el valor de acercarme a una Rut cuando lo necesite, y muéstrame quién necesita que yo sea una Rut para ella también. En el Nombre de Jesús, Amén.

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La ansiedad puede ser una parte inevitable del ser humano, pero no tiene que controlar tu mente. En su nuevo devocional, What Your Mind Needs for Anxious Moments, Holley Gerth viene a tu lado mientras exploras lo que la Biblia tiene que decir acerca de la ansiedad y cómo tomar el control de tus pensamientos. Aquí puedes leer los primeros días del devocional.

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Gálatas 5:13, Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor. (NTV)

¿Quién es una Rut en tu vida? (Esta persona puede ser alguien en tu vida personal o una consejera, alguien que está presente ahora o cuya influencia pasada todavía te da esperanza).

¿Hay alguien que necesita que seas una Rut para ella? ¡Nos encantaría saber tu respuesta en los comentarios!

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