Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo. Eclesiastés 3:1 (NTV)

Atrasada.

Así es como me he sentido tantas veces. Atrasada en mi carrera, atrasada en forjar relaciones sólidas y atrasada en alcanzar cualquier hito que creo que debo alcanzar.

Supongo que tú también te has sentido así, como si tu crecimiento se hubiera retrasado y te estuvieras quedando atrás mientras todos corren felices.

La cultura se apresura a ofrecer una solución para el progreso que deseas. Con cierto suplemento o dieta, puedes “perder 10 libras en una semana”. Si deseas hacer crecer tus finanzas, se te prometen resultados millonarios después de una conferencia de tres días. Hay un atajo para cada meta que te hayas fijado para tu hogar, tu cuerpo, tu matrimonio o tu carrera. Mira como prueba los anuncios.

Oh, si el crecimiento fuera tan fácil.

La granja de mi familia en Iowa puede contarnos una historia diferente, una historia mejor, sobre el crecimiento. En este momento, la granja está en una temporada de cosecha, cuando cortamos los campos para recoger nuestras cosechas. Estas plantas imponentes crecieron a partir de pequeñas semillas plantadas en la primavera. Dios hace crecer los cultivos lentamente desde las semillas hasta las raíces, desde los tallos hasta las hojas. Lo último que crece en una planta de maíz… es el maíz.

Sin embargo, en todos mis años como granjera, nunca he visto una planta de maíz enloquecer. Nunca he visto una planta de maíz compararse con otro tallo de crecimiento más rápido. Nunca he visto a una planta de maíz cuestionar su valor cuando el crecimiento era lento.

Resulta que podemos aprender mucho prestando atención a los campos. Porque esta es la verdad: no podemos cosechar el mismo día que plantamos.

Eso es cierto para los cultivos, y eso es cierto para las personas.

Entiendo lo frustrante que puede ser sentir que te estás quedando atrás, especialmente cuando se trata de algo por lo que has estado orando durante mucho tiempo. Puedes sentir que todos a tu alrededor están cosechando lo que plantaron mientras tu eres una pequeña semilla atrapada bajo la tierra.

Pero aquí hay dos cosas que sé que son ciertas sobre el crecimiento:

1. El crecimiento lleva tiempo, a veces toda una vida.
En Eclesiastés 3:1, Dios nos muestra que, como un campo, crecemos a través de las estaciones: “Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo”. Esas estaciones están llenas de altibajos: estar de luto, bailar, llorar, reír, plantar y arrancar (Eclesiastés 3:2-8). No todas las estaciones nos dan exactamente lo que queremos, pero Dios despliega lentamente Su plan perfecto para nuestro crecimiento.

2. Crecer es difícil.
Quisiera que Dios siempre hiciera crecer mi fe con viajes a la playa. En lugar de un crecimiento que requiere lucha, quiero orar por mi escapatoria de la lucha. Pero a medida que Dios nos hace crecer, Él está más interesado en transformar nuestros corazones que en transformar nuestras circunstancias.

No voy a ponerle un moño feliz alrededor de las cosas difíciles que enfrentas. Cada una de nosotras decide cómo experimentamos una temporada difícil. Tienes todo el derecho a sentirte terrible por las temporadas que te han puesto a prueba. Tienes todo el derecho a llorar las pérdidas. Tienes todo el derecho a preguntarte por qué el crecimiento que deseas está tardando tanto.

Y también… puedes estar segura de que las temporadas de crecimiento fructífero son parte del plan de Dios para ti. Eclesiastés nos promete que la sanidad, el amor y la paz son parte de nuestra historia.

En el tiempo de Dios, a Su manera, hay un propósito para todas las estaciones: la tranquilidad del invierno, la belleza de la primavera, el crecimiento del verano y, tal como lo estamos experimentando aquí en la granja, la cosecha del otoño.

Mientras tu corazón siga latiendo, el Granjero divino te seguirá haciendo crecer. Deja que Él haga lo que sólo Él puede hacer. Tu cosecha también está llegando.

Dios, Tú eres el Señor de la Cosecha. Fréname para que pueda ver las maneras hermosas en que me estás haciendo crecer, una temporada a la vez, para producir una cosecha abundante en el campo de mi vida. En el Nombre de Jesús, Amén.

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PROFUNDICEMOS

Gálatas 6:9, No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. (NVI)

A medida que Dios hace crecer cosas buenas en tu vida, anímate porque la cosecha vendrá. ¿Dónde estás esperando el crecimiento? Comparte en los comentarios.

© 2023 por Jennifer Dukes Lee. Todos los derechos reservados.

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