María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí. Y el ángel la dejó. Lucas‬ 1‬:38‬ (NTV)‬‬‬‬

El año pasado por estas fechas, recuerdo estar sentada en la mesa de cena de Navidad con panecillos, un pastel de calabaza que me tenía babeando y, por supuesto, mi favorito: macarrones con queso. Ahí estaba, rodeada de mis carbohidratos favoritos.

Más importante aún, estaba rodeada de mi familia y de muchas oportunidades para compartir recuerdos, tener buenas conversaciones y poder ver la gracia de Dios. Sin embargo, la Navidad pasada, no estaba pensando en la oportunidad que tenía frente a mí para conectar con mis seres queridos. Lo único en que podía pensar era mi cuerpo…

¿Debería saltarme los panecillos?
Si como ese pastel, ¿me hincharé?
¿Haré suficiente ejercicio mañana para quemar lo que comí?
Ay, no quiero tomar esas fotos familiares… especialmente cuando mi cuerpo se ve así.

No creo ser la única que lucha con la ansiedad por la comida y las inseguridades sobre mi cuerpo durante las fiestas. Todas tenemos algo que nos distrae de lo que es importante en Navidad. La sociedad ejerce mucha presión sobre las mujeres para que tengan y mantengan el cuerpo “perfecto”, pero en realidad, eso no existe. Y aunque tomar decisiones saludables es bueno, darle el poder a la comida para volvernos ansiosas y distraídas durante las festividades nos hace olvidar nuestro propósito verdadero.

Sorprendentemente, hay alguien en la historia de Navidad que me inspira a recordar mi propósito verdadero e incluso a mirar mi cuerpo de manera diferente; y esa persona es María, la madre de Jesús. Cuando se enteró que daría a luz a Jesús siendo virgen, su respuesta fue: “̾ —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí” (Lucas 1:38). No estaba estresada por su cuerpo. Sabía que su cuerpo era un recipiente que Dios usaría para cosas santas.

No sé tú, pero quiero esforzarme por ser como María, una sierva entusiasta del Señor y de Sus planes. A diferencia de María, nuestros cuerpos no llevan al Salvador del mundo, pero están destinados a ser ofrendas que usamos para servir a Dios, no algo que nos produzca estrés (1 Corintios 6:20; Romanos 12:1). Celebremos nuestros cuerpos porque son recipientes para que vivamos el amor de Dios.

Muchas de nosotras tenemos brazos que pueden abrazar a nuestros amigos y familiares, y consolar a quienes han tenido un año difícil.

Muchas de nosotras tenemos ojos que pueden ver a aquellos que se sienten ignorados y bocas que pueden afirmarles el cuidado de Dios.

Muchas de nosotras tenemos piernas que nos han traído hasta aquí y aún tenemos muchos más kilómetros por recorrer mientras caminamos con Dios.

Y aunque algunas partes de nuestros cuerpos se sientan limitadas o no puedan ser capaces de hacer lo que queremos, esas limitaciones pueden llevarnos a depender de Cristo y conectarnos con otras personas que también lo necesitan.

Oro para que tú y yo seamos como María en esta Navidad. Que estemos dispuestas a ser intencionales con nuestros cuerpos y disfrutar amar a los demás, mientras amamos los cuerpos que Dios nos ha dado y amamos a quienes están alrededor de nuestras mesas, todo para Su gloria.

Amado Dios, gracias por crear cuerpos buenos que pueden servirte. Ayúdame a recordar que he sido llamada a ser una sierva. Ayúdame a usar mi cuerpo como un recipiente en lugar de preocuparme por cómo luzco o sentirme ansiosa por la comida en esta Navidad. Por favor, muéstrame cómo vivir mi propósito en esta temporada navideña y en el año venidero. En el Nombre de Jesús, Amén.

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1 Corintios 6:19-20, ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen con su cuerpo a Dios. (NVI)

Cuando te sientes insegura, ¿cómo puedes recordar que tu cuerpo es un templo? ¿De qué formas puedes honrar a Dios con tu cuerpo en esta temporada navideña? ¡Compártelo con nosotras en los comentarios!

© 2023 por Grace Valentine. Todos los derechos reservados.

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