Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. Gálatas 5:25 (NBLA)
A medida que avanzamos en este nuevo año, es probable que te estés adaptando a algún tipo de cambio.
Quizás uno de esos cambios es que alguien que era parte de tu vida el año pasado ya no está aquí. Y no porque haya fallecido; sino porque optó por marcharse.
Primero que todo, lo siento mucho. No necesito conocer los detalles para saber que las relaciones pueden ser muy complicadas.
En segundo lugar, también conozco la montaña rusa de emociones que surge después de que una relación llega a su fin. Desde la tristeza y el dolor profundo hasta el dolor de la soledad, a preguntarse por qué se fue, hasta la ira que crece hasta convertirse en resentimiento e incluso entumecimiento… es todo tan difícil.
Y luego tienes un momento de claridad y te das cuenta de esto: sí, se fue. Quizás sepas por qué, o tal vez no; realmente no importa. De cualquier manera, este momento no es toda la historia.
Quiero animarte el día de hoy. Su partida es una pérdida. La soledad es terriblemente dolorosa. Pero hay un Dios que está contigo en medio de ese dolor.
He estado en tu lugar y sé lo delicado que debe sentirse tu corazón. Pero también quiero compartir contigo estas tres verdades:
En caso de que no estés completamente convencida, mira Romanos 5:6: “Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos” (NBLA). Mi parte favorita de este versículo es “mientras aún éramos débiles”. No molestamos a Dios cuando nos sentimos débiles; Él se deleita en ayudarnos. A través de errores y arrepentimientos, nuestras propias decisiones pecaminosas y las decisiones dolorosas de otros, podemos sentirnos deshechos, pero no estamos fuera del alcance de nuestro Salvador.
Aunque estés experimentando angustia en este momento, oro para que este sea un momento de cercanía con Jesús como nunca antes. Amiga, eres amada.
Señor, aunque a veces me cuesta creerlo, sé que estás cerca de mí en mi dolor. Incluso cuando me siento solo, abandonado o sin esperanza, Tú estás aquí. No estoy solo. Tu Espíritu está aquí. Tu presencia está aquí. Tu poder está aquí. Encomiendo cada parte de mi vida a Ti, mi Padre celestial, bueno y misericordioso. En el Nombre de Jesús, Amén.
¿Alguna vez te has sentido atrapada en un ciclo de dolor sin resolver? Sabes que no puedes continuar así, pero no sabes qué hacer. Lysa TerKeurst ha luchado en este proceso también. Pero de una manera sorprendente, ha descubierto cómo deshacerse del resentimiento acumulado y superar la resistencia a perdonar a las personas que no están dispuestas a hacer las cosas bien. En Perdona lo que no puedes olvidar, Lysa te ayudará a seguir un proceso bíblico para liberarte del dolor de tu pasado y descubrir lo que Dios dice realmente sobre el perdón y la paz que proviene de poner en práctica el perdón en este momento.
¿Buscas más aliento? Proverbs 31 Ministries tiene recursos bíblicos gratuitos en español que traerán esperanza y te ayudarán a navegar el día a día.
Salmo 116:1-2, Amo al SEÑOR porque escucha mi voz y mi oración que pide misericordia. Debido a que él se inclina para escuchar, ¡oraré mientras tenga aliento! (NTV)
¿Cuándo fue la última vez que clamaste al Señor en tu soledad? Hoy recuerda que Él es un Dios que se inclina para escucharte.
¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tu opinión en los comentarios.
© 2024 por Dr. Joel Muddamalle. Todos los derechos reservados.
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