¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los cinco mil y el número de canastas que recogieron? Mateo 16:9 (NVI)
A principios del verano pasado, cuando mis hijos regresaron de la universidad para pasar las vacaciones en casa, inmediatamente reconocí situaciones en sus vidas que tuve que agregar a mi lista de oración. Seré honesta: estas situaciones hicieron que mi corazón se sintiera apesadumbrado.
Así que ayuné y oré y, con el tiempo, ¡vi un gran avance! ¡Guau! ¡Alabado sea Jesús!
Pero mientras la alabanza todavía estaba en mis labios (estaba literalmente en medio de una danza de alabanza), se me presentó otra prueba. Y mi corazón estaba cargado ... otra vez.
Fue entonces cuando tuve un pensamiento que creo que el Espíritu Santo puso en mi mente: acuérdate de los panes.
Es lo que Jesús dijo a Sus discípulos en Mateo 16:9-10. Jesús y Sus discípulos acababan de cruzar el lago después de que los fariseos y saduceos le exigieran una señal para demostrar Su poder. Jesús comenzó a advertir a Sus amigos que esos líderes religiosos eran como levadura, que simbolizaba la corrupción.
Sus discípulos estaban confundidos. La levadura se usaba a menudo para hornear, por lo que se preguntaban: ¿está Él hablando de pan? (Advertencia: destripe, no estaba hablando del pan).
Pero antes de aclarar su confusión, Jesús abordó el problema más importante que revelaba: los discípulos estaban olvidando sus propias experiencias del poder de Dios.
Jesús preguntó: “ — Hombres de poca fe … ¿Todavía no entienden? ¿No recuerdan los cinco panes para los cinco mil y el número de canastas que recogieron? ¿Ni los siete panes para los cuatro mil y el número de cestas que recogieron?” (Mateo 16:8-10, NVI).
En otras palabras, Jesús estaba diciendo: «De verdad, discípulos, ¿no se han dado cuenta de que la provisión no es un problema para Mí?».
A menudo me pregunto cómo es posible que los discípulos hubieran dudado del poder de Dios. ¡Habían visto a Jesús calmar tormentas, resucitar a los muertos, alimentar a 5.000 personas con una comida y mucho más! Estos hombres habían experimentado los milagros de primera mano.
Pero claro, yo también… y si has escuchado las Buenas Nuevas de que Jesús dio Su vida en la cruz y resucitó por ti, ¡entonces tú también!
Jesús es nuestro Salvador milagroso. Él me ha sanado, me ha rescatado de mis malas decisiones, ha suplido todas mis necesidades y me ha protegido de maneras que nunca sabré.
Así que el verano pasado, cuando se me presentó esa prueba nueva, el dulce recordatorio de recordar los panes me animó. Para recordar el poder de la oración. Para recordar que el mismo Dios que me permitió ver un gran avance en esa última prueba también me ayudará a superar esta.
Cualquier cosa que esté pesando en tu corazón, quizás el Espíritu Santo te susurrara como me susurró a mí … acuérdate de los panes.
Querido Jesús te doy las gracias hoy. Gracias por la cruz. Gracias por Tu amor por mí. Tú me has guiado y Tu provisión es infinita. Por favor, perdóname por dudar de Ti cuando surgen pruebas. Que nunca olvide Tu fidelidad en mi vida. En el Nombre de Jesús, Amén.
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Mateo 6:26, Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan, ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? (NVI)
Salmo 103:2, Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. (RVR1960)
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