Devocionales

Pero parece que se salen con la suya en todo

Lysa TerKeurst 27 de junio de 2024
Comerán del fruto de su conducta, Y de sus propias artimañas se hartarán. Proverbios 1:31 (NBLA)

Estaba sentada en la arena, viendo cómo el agua del mar se acercaba cada vez más. La marea estaba subiendo y sabía que, si no me movía, pronto el agua me cubriría y a mis cosas.

La belleza del océano viene con la realidad de la marea.

Muchas cosas en la vida vienen en un paquete como este. Cuando elegimos participar en una parte, también participamos en todo. Relaciones. Trabajos. Tener casa propia. Incluso las vacaciones son así.

Todas estas cosas vienen con partes divertidas y partes difíciles. Y el pecado no es diferente. Debemos recordar esto sobre nuestro propio pecado y también sobre los pecados de otros contra nosotras.

Cuando otros nos hacen mal intencionalmente y nos lastiman con descaro, y pareciera que nunca enfrentan las consecuencias, la aparente falta de justicia nos provoca amargura, falta de perdón e incluso ganas de represalia.

La verdad que me ayuda a manejar estas situaciones dolorosas es que cuando las personas pecan contra nosotras, también desencadenan en sus vidas las consecuencias de ese pecado. Puede que nunca lo veamos. De hecho, puede parecer que simplemente se salen con la suya en todo. Pero hay muchos versículos en la Biblia, como Proverbios 1:31, que muestran que “Comerán del fruto de su conducta, Y de sus propias artimañas se hartarán”.

Y como una chica cuyo corazón está programado para la justicia, eso me trae mucho alivio.

Verás, podemos confiar en Dios con las consecuencias de los demás mientras nos aseguramos de no dejarnos llevar por elecciones pecaminosas debido a nuestra propia amargura y falta de perdón. Y cuando esos sentimientos comienzan a crecer dentro de nosotras, debemos ser honestas con nosotras mismas y llamar a esos sentimientos por lo que realmente son.

La amargura, por ejemplo, no nos protege de volver a ser heridas. Tampoco hiere a la persona que nos lastimó. Es el lugar exacto donde el enemigo puede atraernos hacia sus artimañas y donde podemos ser sumamente tentadas a pecar.

Amiga, no sé qué dolor relacional puedes estar cargando hoy, pero déjame animarte con esto: tu fortaleza se encuentra en la humildad. Ser humildes no significa que nos estamos inclinando en derrota. Significa que nos estamos levantando para declarar que nadie tiene el poder de hacernos traicionar quienes realmente somos en Cristo. Podemos defender lo que es correcto, tener conversaciones difíciles e incluso enfrentar cosas que necesitan ser abordadas. Y lo podemos hacer en igual medida de gracia y verdad, todo sin perder lo mejor de quienes somos.

Tu corazón es un lugar demasiado hermoso para ser manchado por el dolor, atormentado por el resentimiento o reprimido por la amargura. Podemos sentirnos heridas, pero eso no significa que tengamos que vivir vidas que perpetúan ese dolor.

Padre Dios, hoy te traigo las situaciones difíciles en mis relaciones. Sé que me ves luchar y no me has dejado sola para que lo resuelva. Cuando la falta de perdón, la amargura, el resentimiento y el juicio surjan en mi corazón, por favor ayúdame a procesar esos sentimientos de manera saludable. En el Nombre de Jesús, Amén.

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En una temporada difícil, puedes incorporar un nuevo ritmo para los días en que la vida te parece demasiado difícil: recibir el aliento, la instrucción y la verdad de Dios para empezar el día, y soltar a Dios todo lo que te agobia al final de cada jornada. En su nuevo devocional, Lo vas a lograr, Lysa TerKeurst te ayuda a practicar este ritmo y a permanecer conectada con Dios en medio de circunstancias desalentadoras, decepcionantes o incluso devastadoras. Este libro te pondrá en el camino de la sanidad.

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PROFUNDICEMOS

Romanos 12:17-19, No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. No tomen venganza, queridos hermanos, sino dejen el castigo en las manos de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor. (NVI)

¿Cuál es el mayor desafío de Romanos 12:17-19? ¿Qué es lo que te anima en estos versículos mientras entregas cualquier relación difícil que tengas en las manos de Dios?

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© 2024 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.


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