Muchos son los planes en el corazón de las personas, pero al final prevalecen los designios del SEÑOR. Proverbios 19:21 (NVI)

Hace varios años compré unos muebles nuevos. No de los que vienen ensamblados, sino de los que vienen en cajas con piezas, muchas piezas.

Rápidamente descubrí que el ensamblaje iba a ser un proceso lento. Instrucciones tediosas. Herramientas diminutas. Piezas que había que pegar.

Aunque estaba muy abrumada, no estaba dispuesta a rendirme porque no soy de las que se rinden fácilmente. Me gusta llevar un proyecto de cualquier tipo hasta el final. Así que, por mucho que quería irme a dormir esa noche, ¡me negué a hacerlo hasta que terminé!

Puede que tú también odies rendirte o darte por vencida. O quizá te resulte demasiado fácil tirar la toalla. Sea como sea, lo cierto es que hay momentos en los que necesitamos seguir adelante. Todas nos hemos enfrentado a temporadas y circunstancias que requieren trabajo duro y persistencia. Pero, ¿es siempre malo renunciar? ¿Hay momentos y situaciones en los que es bueno renunciar?

Hay un versículo en el Antiguo Testamento que nos da una pista sobre cómo separar lo que queremos de lo que Dios quiere, lo cual puede ayudarnos a decidir cuándo renunciar está bien.

Proverbios 19:21 dice: “Muchos son los planes en el corazón de las personas, pero al final prevalecen los designios del SEÑOR” (énfasis añadido).

Esta escritura nos recuerda que hay planes que hacemos, cosas a las que nos comprometemos y sueños que tenemos, pero no todos necesariamente provengan de Dios. Nuestros planes no siempre se alinean con los propósitos de Dios.

Así que tenemos que estar abiertas y sensibles a la guía del Espíritu Santo. Tenemos que ser honestas, dóciles y saber discernir cuándo seguir perseverando y cuándo renunciar. Tal vez esto se aplique a tu trabajo o a un compromiso voluntario. Quizás estás luchando con una relación actual. O podría ser un sueño que has establecido para esta temporada de tu vida.

A veces se hace obvio que nuestros planes no son los propósitos de Dios. Algunas cosas en las que estamos involucradas pueden interponerse en el camino de entregarnos plenamente a las prioridades de Dios para nosotras.

Hay momentos en los que renunciar es lo correcto, y necesitamos fe y valor para reconocerlo y actuar. Y hay ocasiones en las que renunciamos por razones equivocadas. Nos falta la fuerza o la fortaleza moral para seguir adelante.

Sin importar lo que estés pensando en dejar, busca la voluntad de Dios en oración, y Él te dará claridad. Examina la Palabra de Dios. Acude a un líder, amiga o familiar piadoso y de confianza. Y, sobre todo, ten presente que Dios tiene el control. Él ha prometido guiar y dirigir tus pasos.

Señor, quiero honrarte con las decisiones que tomo y la manera en que vivo mi vida. Por favor, ayúdame a discernir lo que Tú tienes para mí mientras busco seguirte. En el Nombre de Jesús, Amén.

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Proverbios 3:5-6, Confía en el SEÑOR de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. (NVI)

¿Qué te pide Jesús que le entregues hoy, confiando en que Él sabe más?

Dedica unos minutos a escribir una oración. Pídele a Dios que te dé sabiduría y discernimiento. Pídele Su voluntad para saber qué cosas debes seguir soportando, así como qué compromisos, obligaciones o relaciones debes abandonar.

¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.

© 2024 por Ruth Schwenk. Todos los derechos reservados.

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