Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos. Hebreos 11:1 (NVI)
Recientemente, recibí un mensaje de una chica simpática en Instagram. Ella quería que supiera más sobre su historia.
Ella creía que había sido obediente a Dios durante la última década después de una desilusión tremenda, pero se estaba cuestionando todo eso ahora porque su vida seguía siendo muy difícil. Ella quería saber si yo sería tan positiva y segura en mi confianza en el Señor si no hubiese conocido a quien hoy es mi esposo, Chaz.
Una pregunta comprensible y justa.
Confiar en Dios sin ver la redención que creímos que veríamos a estas alturas puede sentirse como la traición más grande de todas. Es también lo que edifica nuestra fe, pero a veces preferiríamos tener alivio en lugar de otra oportunidad de aprendizaje.
Me quedé pensando en su pregunta por un rato. Yo no paso mucho tiempo en mis mensajes directos y muy rara vez puedo responder tanto como quisiera. Pero dado que leí este mensaje, sabía que necesitaba responder. Y no quería que mi respuesta pasara por alto su dolor profundo con unas cuantas frases clichés y un versículo de la Biblia. Ella merecía más que eso. Y tú también mereces más, ya que es posible que te encuentres navegando por algo similar.
Esto fue lo que le respondí:
He pasado muchas noches mirando al cielo, desconcertada mientras sentía cómo mi decepción pasaba de dolor a adormecimiento y luego a distanciamiento de Dios. Muchas veces pensé que Dios estaba a punto de arreglarlo todo, pero luego las cosas empeoraron. Algunos de mis días más oscuros fueron cuando no podía entender lo que Dios estaba permitiendo. Y mi temor era: dado que Dios permitió todo esto, ¿qué más podría permitir?
Poco a poco, me fui dando cuenta de que no podía poner mi esperanza en que Dios hiciera que las cosas aparecieran justas. Y ciertamente no puedo vincular mi esperanza a los resultados deseados. Tengo que fijar mi esperanza en quién es Dios. Él es bueno y fiel, un Padre que me ama.
El carácter de Dios, que nunca cambia, es Su promesa para mí y para ti. Podemos estar seguras en quién es Él aún cuando no entendamos lo que Él hace o no hace. Sigo enfrentando cosas dolorosas acerca de mi divorcio también. Desearía que ese no fuera el caso para ninguna de nosotras.
Estoy agradecida porque Dios ha traído a mi vida un hombre que ama a Jesús, y estoy agradecida por toda la alegría que conlleva tener una relación sana. Pero incluso este regalo viene con temores e incertidumbres. Así que mi desafío ahora es no vincular mi esperanza de un futuro mejor a este nuevo hombre. Es la misma lección que aprendí durante los muchos años en que me sentía tan sola. Ahora tengo nuevos retos, pero sigo aprendiendo a confiar en Dios, justo como cuando mis amigas encontraban un nuevo amor mientras yo estaba intensamente sola. Es muy difícil.
Entiendo, y desearía tanto poder mirar en tu futuro y susurrarte todas las cosas maravillosas que te esperan. Aunque no puedo hacer eso, puedo prometerte que Dios está obrando. Ánimo, querida amiga.
Me hubiera gustado hacerle promesas más concretas sobre lo que Dios está haciendo. Me hubiera encantado darle un cronograma de tiempo para ayudarle a aliviar su angustia. Me gustaría que eso fuera posible para todas nosotras. Pero supongo que a lo largo de mi recorrido, he llegado a aceptar la verdad de que si fuera bueno para nosotras tener información tan específica sobre nuestro futuro, Dios seguramente nos la daría. Así que el hecho de que Él no está permitiéndonos acceso a esos detalles me deja saber que tener esa información no es lo mejor.
No siempre quiero acoger a este misterio de Dios. Normalmente no estoy ansiosa por afirmar que versículos como Hebreos 11:1 como mis favoritos: “Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos”.
Yo quiero que la fe opere dentro de mi campo de visión. Estoy desesperada por evidencia visible para que la fe no se sienta como algo tan arriesgado. Pero la fe no funciona de esa manera.
La fe siempre hará que nos sintamos ansiosas e inseguras, a menos que confiemos en la bondad de Dios. Si nos mantenemos firmes en Su bondad y sabemos que todo lo que Él permite de alguna manera fluye de esa bondad, entonces tendremos mucho menos temor de confiar en Él. La fe en Dios significa estar seguras de Su bondad aún cuando lo que Él permite no se sienta bien o parezca bien en este momento.
Espero que hoy te sientas un poco menos sola mientras atraviesas tus situaciones difíciles. Al igual que la amiga que me mandó un mensaje, todas tenemos preguntas hipotéticas. Pero he descubierto que la mejor manera de luchar contra nuestras preguntas más difíciles es crear espacio para una mayor perspectiva de Dios.
Padre, creo que Tú me quieres profundamente y sabes qué es lo mejor para mi vida. Aún cuando no entienda lo que estás haciendo o porqué estoy pasando por cierta situación, seguiré siendo obediente y te seguiré. En el Nombre de Jesús, Amén.
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PROFUNDICEMOS
Salmo 10:14a, Pero tú ves la maldad y la aflicción, las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas. (NVI)
¿Qué aflicción estás cargando hoy? ¿Qué camino difícil estás recorriendo donde quizás tu fe se sienta un poco débil?
Aún en esto, ¿de qué manera has visto la bondad de Dios en circunstancias que no son buenas?
¡Nos encantaría escuchar de ti! Comparte tus pensamientos en los comentarios.
© 2024 por Lysa TerKeurst. Todos los derechos reservados.
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