Yendo un poco más allá, se postró rostro en tierra y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú». Mateo 26:39 (NVI)
En mi opinión, ella estaba equivocada. Mi amiga reaccionó de forma exagerada y atacó mi carácter. Entonces, ¿por qué, siendo yo la herida, Papá Dios me pedía que me disculpara?
Sentí que Dios y yo estábamos en una lucha libre. Dios quería que pidiera perdón, pero me costaba hacerlo. ¿Acaso Dios estaba enojado conmigo?
Luego, al leer Ester 4, vi que Ester también luchó por obedecer. Mardoqueo le ordenó “presentarse ante el rey para suplicarle compasión e interceder a favor de su pueblo” (Ester 4:8b, NTV). Ester primero respondió enfatizando lo que todos en el reino sabían: si se acercaba al rey sin ser invitada, podía perder la vida (Ester 4:11). En otras palabras, no, no voy a ir.
Imagínate la lucha en el corazón de Ester. Luchando consigo misma, con Mardoqueo y con Dios. La Biblia no nos dice cuánto tiempo pasó, quizás pasaron minutos, horas o días. Lo que sí sabemos es que Ester finalmente se rindió y eligió obedecer.
Al leer su historia, tuve mi propio momento de lucidez: Dios no se enoja cuando luchamos por hacer Su voluntad. ¿Cómo lo sé? Porque Su Hijo también luchó.
Antes de ir a la cruz, en el huerto de Getsemaní, Jesús “se postró rostro en tierra y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú»” (Mateo 26:39). Aunque Jesús luchó, decidió obedecer. Jesús se rindió ante Su Padre. Siempre siguió el camino de Su Padre (Juan 5:19).
Es posible que hayamos tenido padres terrenales que estaban impacientes por una resolución rápida y nos obligaron a obedecer o pedir perdón rápidamente. Tal vez se enojaban cuando no actuábamos de inmediato. Y todas hemos sido impacientes con nuestros propios hijos y también con los demás. Pero a veces, en nuestras demandas de obediencia rápida, nos perdemos de aprender a luchar y a hacer lo correcto cuando es difícil.
En cuanto a mi amiga, me tomó tiemp rendirme al susurro de Dios. Pero Él fue paciente conmigo. Y cuando obedecí, sentí una liberación porque la lucha había terminado.
Tú y yo podemos pasar tiempo con el Padre, aprendiendo Su Palabra, escuchando Su voz llena de ternura animándonos y capacitándonos para confiar en Él, especialmente cuando la obediencia es difícil. Él no se enoja cuando luchamos, sino que está aquí para ayudarnos a dejar de tratar de controlar el resultado y rendirnos a Su buen plan y propósitos.
Nuestro Padre está de nuestro lado para ayudarnos, “pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad” (Filipenses 2:13, NVI).
Dios Padre, quiero obedecerte siempre, al igual que Jesús. Espíritu Santo, dame el poder de escuchar y obedecer, entregándome a Tu voluntad y experimentando Tu paz. En el Nombre de Jesús, Amén.
No estás luchando sin sentido. La lucha tiene su propósito porque lo vas a lograr. Con esto en cuenta, puedes experimentar 50 días de devocionales matutinos y vespertinos en el devocional Lo vas a lograr por Lysa TerKeurst, que te ayuda a permanecer conectada con Dios y a seguir amando a los demás incluso en circunstancias difíciles. Incorpora un nuevo ritmo de recibir el aliento, la instrucción y la Verdad de Dios para empezar el día y soltar a Dios todo lo que te agobia al final de cada jornada. Él te pondrá en el camino de la sanidad.
¿Buscas más aliento? Proverbs 31 Ministries tiene recursos bíblicos gratuitos en español que traerán esperanza y te ayudarán a navegar el día a día.
Juan 15:9, »Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. (NVI)
Cuando luchas por vivir en amor o someterte al camino del Padre, ¿cómo puede el recordar que Jesús también luchó ayudarte a acercarte al Padre? ¡Comparte con nosotras en los comentarios!
© 2025 por Lynn Cowell. Todos los derechos reservados.
NUESTRAS CREENCIAS
Si la vida se siente increíblemente difícil, haz clic aquí para acceder a nuestros recursos de consejería y asesoramiento.
Al asociarte con nosotras en Proverbs 31 Ministries, estás cumpliendo la gran comisión de amar a Dios, amar a la gente y alcanzar al mundo con la esperanza de Jesús. Tu generosidad realmente marca toda la diferencia.
Todas las donaciones son deducibles de impuestos en EEUU, y el 100% es invertido en el ministerio.
Estamos agradecidas a nuestras voluntarias por su trabajo realizado en la traducción de este devocional al español. Conócelas aquí.
Únete a la conversación